En esta jornada se documenta la primera
referencia sobre el monasterio templario de San Juan Otero, una bula del papa Alejandro III que viene a decir que entre 1169 y 1170, al morir el monje fray Fernando Núñez (nacido
en Fuentearmegil, hermano de Pedro Núñez de Fuentearmegil, maestre de la Orden de Caballería de los
Templarios y que había recibido su hábito en San Juan de Otero), surgió un pleito entre monjes templarios que
consideraban como propia la herencia de fray Fernando, y los monjes de la orden
de Calatrava pues fray Fernando había cambiado de orden antes de morir
pasándose a la segunda. El texto habla de un monasterio que los
templarios en territorio de la diócesis de Osma bajo la advocación de San Juan
de Otero, pero no ofrece más datos para ubicarlo.
Tradicionalmente no ha habido dudas en identificar el monasterio
templario de San Juan de Otero con la actual ermita de San Bartolomé junto al
río Lobos en término de Ucero. Además de su curioso e idílico emplazamiento que
lleva al reposo y la meditación, se une la tradición oral, indicios
documentales así como coincidencias astrológicas y geográficas como las que
sacó a la luz Juan García Atienza que identificó varias en este emplazamiento.
Sin embargo hay que reconocer que junto a la ermita no hay restos ni evidencias
de otros edificios correspondientes al citado monasterio y sí hay datos
históricos que, como poco, siembran las dudas en cuanto a esta relación
templaria de la ermita del río Lobos.
Esto viene a cuento de que fray Francisco de Rades y Andrade -capellán
de Felipe II, Cronista de Calatrava y natural de San Andrés de Soria- escribió
en 1572 un texto titulado Crhonica de la Orden y Cavalleria de Calatrava
en el que recoge el citado problema legal entre templarios y calatravos, y
quien sin ofrecer más datos ubica San Juan de Otero a "tres
leguas de la ciudad de Soria en un cerro muy alto llamado el Otero, donde al
presente ay una ermita llamada Santo Iuan, y con cimientos y otras señales de
grandes edificios".
Esta ubicación no coincide con la tradicional del
río Lobos pues ni está a tres leguas de Soria ni en un alto. Se han ofrecido
hasta tres ubicaciones alternativas: Matute de la Sierra, Tozalmoro y Peroniel
del Campo.
Sabemos que en las inmediaciones de Matute de la
Sierra existe un cerro u otero llamado San Juan (1.359 m ) en el que además
de leyendas y tradiciones existen restos de haber existido una pequeña
construcción, quizá una capilla, y al que el siglo XVIII Tomás López relacionó
con los templarios. El investigador Florentino Zamora Lucas se inclinó a
situar San Juan de Otero en el propio castillo de Ucero, situado en un alto u
otero; en el citado cerro de de San Juan de Matute de la Sierra (1.359 m .) o en otro de
Peroniel del Campo. Gonzalo Martínez Díez en Los templarios en la Corona de Castilla, localiza San Juan de Otero
en un monte llamado de San Juan y situado en término de Peroniel, aunque sea
propiedad de vecinos de Tozalmoro y linde con Mazalvete, donde quedan restos
constructivos de lo que fue un templo dedicado a ese santo y abundantes restos
de otros edificios anejos.
Es
posible que todos estos emplazamientos fuesen propiedades templarias no
documentadas, o que ni de lejos pasaran por ahí, o que incluso Rades malinterpretara el dato por ignorancia o interés. En cualquier caso este
misterio es uno más, si acaso el menor, de los que hacen que la ermita de San Bartolomé
sea un lugar tan interesante para miles de visitantes.
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