El 6 de octubre en la aldea abulense de Gutierre Muñoz y a los
cincuenta y nueve años de edad muere el rey Alfonso VIII de Castilla que fue
enterrado en el monasterio burgalés de las Huelgas. Buena parte de su agitada vida se desarrolló en Soria lo que ha dado pie a noticias,
leyendas y muchos malentendidos que vamos a intentar desentrañar sin ahondar
excesivamente en un complejo asunto plagado de matices y que se extendió
durante años.
Alfonso VIII nació en 1155, y hay quien dice que pudo hacerlo en Soria
pues sus padres pasaban aquí largas temporadas. Lo que sí sabemos con seguridad
es que enseguida quedó huérfano pues al poco tiempo murió su madre doña Blanca
y su padre, el rey Sancho III de Castilla “el Deseado”, cuando el niño apenas
contaba con tres años de edad.
Por aquel entonces Castilla y León estaban
divididos en dos reinos siendo el rey leonés Fernando II, tío de nuestro
Alfonso. La situación castellana era muy complicada pues a Castilla la ansiaban
los leoneses por el oeste, el rey Sancho VI de Navarra y Alfonso II de Aragón
por el este, además de los almohades que amenazaban por el sur, pero quizá el
principal problema estaba en el interior pues las dos familias más poderosas
del reino, los Lara y los Castro, estaban enfrentadas.
Conocedor de esta situación, antes de morir el rey
Sancho III dispuso que el que había sido su propio ayo y tutor, don Gutiérrez
Fernández de Castro, lo fuese también de su hijo Alfonso. Sin embargo no les
dio a los Castro todo el poder pues la regencia del reino se la dejó a don
Manrique de Lara, representante de la otra familia. Los Lara no se fiaban del
rey de León y mucho menos de los Castro pues pensaban que podían influir para
enfrentarles con Alfonso por lo urdieron un plan en el que consiguieron hacerse
pacíficamente con el rey niño. Cuando los Castro se dieron cuenta de que habían
sido engañados acudieron a León buscando ayuda del rey Fernando II que se creía
con derechos sobre la corona de Castilla pues ya se otorgaba el título de Hispaniarum Rex.
Al conocer la alianza del rey
de León con los Castro, los Lara se replegaron
con la intención de darles tiempo a pensar una maniobra y en espera de la
decisión del rey leonés llevaron al niño rey hasta Soria, probablemente seguros
de la lealtad de los sorianos y por ser el punto castellano más alejado de
León. Sabemos que en ese tiempo Alfonso VIII se alojó en las casas de los Santa
Cruz, parientes de los Lara y leales a su causa.
Fernando II de León acudió a Burgos donde se
celebraban Cortes y exigió a los Lara la entrega del niño bajo la promesa de
que se convertiría en el tutor de su sobrino si bien parece seguro que sus
intenciones eran otras, como mínimo la de convertir a Alfonso en vasallo suyo
aunque hay fundadas sospechas para pensar que podría haberle mandado asesinar
pues sin lugar a dudas esa era la mejor solución para él y sus aspiraciones.
Los Lara se negaron a entregar al niño y no revelaron el lugar en el que lo
escondían si bien los espías del leonés localizaron al niño rey en el barrio de
la Santa Cruz de Soria a donde el de León acudió con su ejército.
En el año 1162 el rey Alfonso era un despreocupado
niño de siete años más pendiente de sus juegos junto al Duero que de los
asuntos de estado. Su responsable y tutor de entonces don Pedro Núñez de
Fuentearmegil de la casa de los Santa Cruz, al enterarse de la inminente
llegada del rey de León decidió huir apresuradamente con el niño. Llegó primero
a San Esteban de Gormaz y de ahí a Atienza donde se lo entregó
a los Lara diciéndoles “Libre os lo
damos, guardadle libre”.
Apenas sabemos nada de la Soria de la época pero
estamos convencidos de que toda la población sería consciente de los riesgos
que habían asumido cobijando al rey de Castilla y que algunos lo pagaran caro,
razón por la que ya pasado el peligro, el rey Alfonso VIII no olvidó los favores recibidos y concedió a Soria
un trato preferente y varios honores de lo que ya hemos hablado y de los
seguiremos hablando.
Escultura de Alfonso VIII obra de Federico Collaut Varela (1972) para la fachada principal de la Diputación provincial de Soria. |
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