sábado, 29 de febrero de 2020

29/02/1888: Abundio Andaluz Garrido.

Una de las polémicas recurrentes que hemos tenido en otras ediciones de esta sección de efemérides sorianas, y que nos tememos volveremos a tener, es la relativa a los víctimas de la Guerra Civil ya que, unas veces nos decían defender unos intereses y en otras los contrarios, sin entender que no tratamos de polemizar sino más bien de dar a conocer una oscura parte de nuestro pasado reciente que parece no hemos superado del todo. Pero, ante ciertas declaraciones que de vez en cuando oímos de algunos representantes públicos y que dan mucho miedo, conviene recordar que los criminales de las dos Españas cometieron barbaridades y que la crueldad, el fanatismo y la intolerancia no conocen ideologías, colores, ni tendencias, y que hoy hablamos de un represaliado por el fascismo pero, otro día, lo haremos de un fraile asesinado por su condición religiosa.

            Hace 132 años, en Vinuesa, nació Abundio Andaluz Garrido, hijo del sacristán y organista de la parroquia, pero no pasó mucho tiempo en Pinares pues, a los cuatro años de edad, la familia se trasladó a Almazán donde su padre consiguió trabajo como alguacil del juzgado. Allí Abundio estudiaría sus primeras letras y sus primeras notas pues además de estudios de Derecho fue un destacado músico.
            Tras licenciarse en Madrid regresó a Almazán donde ejerció como procurador jurídico, desarrollando también su pasión musical como director de la banda de música y pianista del Casino, tareas que compaginó con su militancia política en la sede adnamantina del Partido Republicano. En 1920, su profesión le llevó a asentarse en El Burgo de Osma donde también siguió desarrollando su afición musical pues fue director del Orfeón Burgense y delegado del Ayuntamiento en la Banda Municipal, desarrollando también sus inquietudes políticas en el consistorio burgense donde fue elegido concejal por el Partido Republicano Socialista Radical, partido que en 1934 formará parte de Izquierda Republicana por el que fue elegido diputado provincial por el distrito burgense desde 1931, representante en varias comisiones y, desde febrero de 1936, ejerciendo como vicepresidente de la Diputación Provincial de Soria.
            En esa etapa burgense no abandonó su carrera musical y como autor o director de la banda de música desplegó una intensa actividad en eventos religiosos, fiestas populares, procesiones de Semana Santa, corridas de toros, bailes, verbenas y obras de teatro. Casado con Petra Ezequiel Vega, tuvo seis hijos.
            De la información recabada por la asociación Recuerdo y Dignidad entre las personas que lo conocieron, así como de los abundantes testimonios que hay sobre él en periódicos y boletines de la época, se desprende que era un hombre muy culto y preparado. Abundio era una persona buena, comprometida con los demás y con sus propios ideales, lo que le llevó a defender a los más desfavorecidos, especialmente los niños.
            El golpe de estado de 1936 le sorprendió ocupando la vicepresidencia de la Diputación Provincial de Soria, como representante de Izquierda Republicana, motivo por el que fue detenido y fusilado, en agosto de 1936, en la cuesta del Temeroso. Malherido, aún pudo arrastrarse en dirección a Rioseco pero falleció poco después en término de Calatañazor donde fue encontrado por un pastor y enterrado, con permiso del alcalde, en el mismo lugar donde ochenta años después fue exhumado por iniciativa de la familia y con la colaboración de la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad en un proceso rodado por el director de cine Lorenzo Soler que le dedicó el documental: "1000 lunas".
            Tras la pertinente identificación, el 14 de abril de 2018, y en una emocionante ceremonia celebrada en Soria, la asociación Recuerdo y Dignidad entregó a sus familias los restos de Abundio y de otras víctimas asesinadas por el fascismo. Pero no serán los últimos. Aún quedan muchos restos de personas a las que, tras haberles arrebatado la vida, sólo queda devolverles la dignidad de una sepultura.

Abundio Andaluz Garrido

viernes, 28 de febrero de 2020

28/02/1435: Sorianos en Andalucía.


Hace unos días hacíamos mención a una colonia de sorianos emigrados a Cádiz a finales del siglo XVIII donde se establecieron como comerciales textiles pero, aunque a priori hoy nos parezca un lugar poco habitual, las migraciones de sorianos al sur peninsular han sido frecuentes desde antiguo. Probablemente los desplazamientos trashumantes de los rebaños hayan tenido mucho que ver pero, en otros casos como el de hoy, también los servicios de armas prestados a la corona castellana favorecieron que allí se asentaran vecinos nuestros.
            En los últimos años de la Edad Media, los monarcas castellanos estaban empeñados en terminar el proceso de reconquista y uno de los lugares que se le resistían a Juan II eran las localidades de Rute y Zambra, al sur de Córdoba, que habían pasado varias veces de unas manos a otras. Finalmente los castellanos la tomaron en 1433 y, para hacerlas fuertes, tal día como hoy de 1435, el rey se las concedió al militar soriano Ramiro de Barnuevo que con sus gentes de armas, probablemente también sorianos, las ocupó para el rey.
            Ramiro de Barnuevo y Sotomayor fue el hijo primogénito de Hernando de Barnuevo y Santa Cruz, (alférez Mayor del Rey Juan I, Juez y Comisario de la Cancillería de Navarra) y de su esposa Constanza de Sotomayor (noble, hija de Pedro Méndez de Sotomayor, Señor de Mengíbar, Regidor de Jaén). Hizo carrera de armas y llegó a ser doncel del rey Juan II. Casado en primeras nupcias con Constanza de Mendoza (Señora de los heredamientos de Tovajas, Sotos del Duero, Almenar, Cabrejuelas del Hoyo y Fonsanco; hermana de Pedro, Señor de Almazán), enviudó sin descendencia y, posteriormente, se casó con Elvira Ortiz de Salcedo, con quien tuvo varios hijos, algunos de los cuales se asentaron ya definitivamente en Andalucía.
            Pidió ser enterrado en la capilla funeraria familiar de la iglesia de San Francisco de Soria junto a los restos su primera esposa.

Escudo de armas del linaje de los Barnuevo en el Manuscrito Marrón (1584) f128.
Archivo de la concatedral de San Pedro, fotografía gentileza de Jesús Muñoz.


jueves, 27 de febrero de 2020

27/02/1523: La ermita de la Virgen de las Lagunas entre Villálvaro y Zayas.


La ermita de Nuestra Señora de las Nieves o de las Lagunas, en la localidad de Villálvaro, es un precioso templo románico que hoy podemos disfrutar gracias a que fue salvado in extremis de la desaparición total por la intervención del programa Soria Románica. Hace veinte años muchas de sus piedras habían sido saqueadas y parecía que todo el edificio estaba a punto de desplomarse.
            La ermita se encuentra a unos dos kilómetros al oeste de Villálvaro a través de un camino rural que se dirige a Zayas de Bascones (o Báscones, como prefieren algunos de sus vecinos) con quien se reparte la titularidad del templo. Se trata de un templo de una sola nave con cubierta de madera a dos aguas de factura reciente, capilla mayor formada por el tramo presbiterial cuadrangular cubierto con bóveda de horno apuntada y ábside semicircular, y que al exterior presenta algunos elementos ornamentales con canecillos de rollos, bolas en cornisa y vano con arquivolta y chambrana. El templo se abre a través de una interesante portada abierta en arco apuntado, con profusa decoración en sus tres arquivoltas y baquetones. Consta la existencia de otra puerta, en el otro lado, hoy desaparecida.
            La hoy ermita fue, en origen, la iglesia parroquial de un despoblado llamado Lagunas que se insinúa al norte del templo y del que apenas hay vestigios. En cuanto a su abandono, Josemi Lorenzo Arribas en el artículo Románico y majadas. Sostenibilidad y paradojas en XX Congreso Nacional y XI Iberoamericano deHistoria de la Veterinaria (página 3), recuerda un interesante texto del visitador diocesano, el 27 de febrero de 1523, que indica que el templo ya no era parroquia, lo que nos sugiere que ya estuviera despoblado. Pero añade una nota sobre los usos, mucho más prosaicos, que los vecinos daban al templo: "que ninguno de aquí en adelante descerraje ni abra la iglesia de Lagunas ni meta ganado en ella y el que lo contrario hiciere, de aquí en adelante le doy por condenado y so la dicha pena mandó a todos los que supieren que ha metido ganado o descerrajado la dicha iglesia los vengan a manifestar al ¿teniente? de cura de Zayas de Báscones, que él, so la dicha pena, lo escriba y lo vaya a denunciar al Burgo a los fiscales y al señor provisor para que les pidan la pena en que ha incurrido".
            La imagen titular del templo es una Virgen sedente con el Niño, transformada en imagen de vestir, y fechada hacia el siglo XIV. Originalmente ambos pueblos la veneraban en su ermita pero, debido al mal estado del templo y para evitar que fuese robada, desde hace mucho tiempo los vecinos de ambos pueblos se la intercambiaban en dos romerías anuales. La costumbre desapareció y fue felizmente recuperada.

Imagen de Ana Hernando (2014).
Fuente foto: amigosdelromanico.com


miércoles, 26 de febrero de 2020

26/02/1813: El sentido práctico de la destrucción del patrimonio.


Bajo nuestro actual punto de vista el patrimonio histórico cultural es un valor en alza que, al menos económicamente, merece la pena conservarse ya que resulta ser un motor de desarrollo, aunque nuestros antepasados tenían un sentido mucho más práctico de lo suponía el valor económico de ese mismo patrimonio histórico.
            Recordemos que, en la Guerra de la Independencia y tras la expulsión de los franceses, Durán y las autoridades sorianas acataron las órdenes superiores y destruyeron el castillo, las murallas y varios monasterios de la ciudad para evitar que, si regresaban los gabachos, se hicieran fuertes, y, aunque hoy sentimos una pena infinita por aquel desastre, nuestros tatarabuelos encontraron las ventajas y beneficios de las demoliciones. A primeros de febrero de este año, el vecino de Soria, Manuel Liso, pidió al Ayuntamiento que le concediese el usufructo del solar del Castillo durante doce o quince años para, de esta forma, compensarle de los perjuicios que sufrió en el desalojo que hizo de un Molino cuando el cerco de la ciudad.
            Es posible que la petición pillase por sorpresa a los representantes municipales que quizá, incluso, albergaban esperanzas de reconstruirlo, y denegaron el permiso solicitado argumentando que el solar había pasado a ser propiedad de la ciudad. Pero, lo cierto es que, los dueños de los numerosos inmuebles que habían sido destruidos durante la Guerra, y que estaban reconstruyéndolos, pensaron que las ruinas del Castillo y murallas, más que un monumento recuperable, rendían una estupenda cantera muy accesible, y que, como estaba ahí tirada, la piedra no era de nadie. El consistorio soriano espabiló y, el 26 de febrero, el Ayuntamiento acordó sacar a subasta el aprovechamiento de piedra del Castillo, permitiendo extraerse de forma autorizada y ordenada, previo pago claro está.

 Estado del Castillo de Soria en 1896.
Fotografía de José López de Cerain en Recuerdo de Soria nº 5 (1896).

martes, 25 de febrero de 2020

25/02/1485: Los incendios de San Leonardo.


El hambre, la peste, la guerra, el fuego… Aunque a veces nos quejemos de los duros tiempos que nos toca vivir, no tenemos más que echar la vista atrás y nos daremos cuenta de que somos unos privilegiados.
            Hace quinientos, doscientos o cien años, la vida humana era un valor de escasa consideración y sujeta a las calamidades públicas o privadas, a sequías, enfermedades o accidentes. Hoy estos agentes nos provocan inconvenientes, más o menos molestos, pero antaño resultaban verdaderas tragedias. Los alimentos nunca sobraban, el agua a menudo era insana y las casas de madera, paja y barro no protegían del frío. Además, estas viviendas constituían un riego real de incendio pues el fuego, que daba vida en forma de calor y luz, y era determinante para cocinar los alimentos, podía descontrolarse y causar muerte y destrucción, a menudo de pueblos enteros.
            Algo así ocurrió en San Leonardo de Yagüe a finales del siglo XV cuando dos incendios prácticamente asolaron el poblado. La noticia la conocemos pues, el 25 de febrero de 1485, los Reyes Católicos eximían a sus vecinos de doce años del pago de alcabalas y ordenaban que en vez de con madera construyesen sus viviendas de piedra para evitar las consecuencias del anterior incendio en el que sólo seis casas permanecieron en pie.
            No fue el último incendio que asoló la villa. Otros tres a partir de 1538 también destruyeron el pueblo y dieron lugar a la fiesta de Santa María Magdalena, pero esa historia al dejaremos para otro día.

Barriada antigua de San Leonardo hacia 1925.
Foto: JCyL AHPSo 1323, archivo Carrascosa, atribuible a Tiburcio Crespo Palomar.


lunes, 24 de febrero de 2020

24/02/1923: Dos mecenas sorianos en el olvido.


En alguna ocasión ya nos hemos referido a dos eminentes sorianos cuyo olvido general es la peor ofensa que podemos hacer a su memoria y que desde aquí tratamos humildemente enmendar. Nos referimos a los hermanos Hermenegildo y Eusebio García Sanz, dos royanos nacidos a mediados del siglo XIX que, como tantos otros paisanos nuestros, se vieron obligados a emigrar a La Argentina –así, con artículo según acostumbraban a decir entonces- a buscarse la vida y donde, a base de trabajo, esfuerzo y tesón, lograron hacer una gran fortuna.
            Casi todos los indianos de los pueblos sorianos se agruparon en diversas sociedades filantrópicas para dotar a sus pueblos natales de obras de carácter público como: escuelas o fuentes, pavimentar calles o construir trinquetes. Pero los hermanos García Sanz, además, decidieron patrocinar directamente y con sus propios recursos diversas instituciones como el asilo-colegio de niñas en El Royo y Derroñadas; promovieron económicamente la instalación en Soria de las Siervas de Jesús y del colegio de los padres Franciscanos; e impulsaron diversas becas de estudio para niños necesitados.
            Hoy hace 97 años que estos hermanos instituyeron en Derroñadas la fundación del Asilo de Ancianos y Colegio de Niñas de los Sagrados Corazones, dos instituciones dotadas por ellos y mantenidas por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Asilo y Escuela se instalaron en el edificio cedido por los fundadores. La escuela formó a niñas de todas las clases sociales, incluyendo en régimen gratuito o semigratuito a las de familias de Derroñadas, El Royo y pueblos de la comarca que contaban con pocos o escasos recursos.
            Lo dicho, dos personajes casi desconocidos cuya iniciativa y generosidad sirvió para mejorar la formación de miles de sorianos que a lo largo de varias generaciones fueron beneficiarios de su altruismo. ¡Cuánta ingratitud! En nuestra ciudad, por mucho menos, a otros se les han dedicado plazas o títulos honoríficos pero a los García Sanz ni un simple reconocimiento.

Eusebio (izquierda) y Hermenegildo (derecha) García Sanz.
Fotografías de JCYL AHPSo números 11874 11975 (archivo familia García Llorente) tomadas de un artículo en Revista de Soria segunda época nº 84.

domingo, 23 de febrero de 2020

23/02/1780: La producción textil de Soria.


Ya hemos hablado en alguna ocasión de lo fundamental que fue la industria pañera en Soria durante toda la Edad Media, basada en la elaboración de paños que confeccionaban con la lana de su amplia cabaña ovina y que pastaba en sus tierras. Pero sin que se conozcan muy bien las razones, aquella industria manufacturera desapareció a mediados del siglo XVI. No obstante, la cantidad de lana producida en Soria siguió creciendo, pero sin apenas elaboración textil.
            En el siglo XVIII la situación era parecida, y los escasos aires ilustrados que hasta aquí llegaron, demostraban que la actividad económica generada por la elaboración de productos a partir de la materia prima obtenida en el mismo lugar, generaría mucha riqueza y puestos de trabajo. Por ello, a través de varias iniciativas públicas y privadas, se establecieron algunos talleres de tejedores.
            Una de estas iniciativas tuvo lugar cuando, auspiciados por la Sociedad Económica Numantina, un grupo de comerciantes, emprendedores diríamos hoy, naturales de Soria y de San Pedro Manrique, pero establecidos en Cádiz, fundaron una sociedad mercantil con el fin instalar en Soria escuelas y talleres de paños o prendas de confección para generar empleo en sus lugares de nacimiento y productos con los que ellos podrían comerciar en la otra punta del país.
            El 23 de febrero de 1780, una real provisión de Carlos III aprobó la fundación de esta sociedad gaditano-soriana que llegó a contar con ciento cuatro socios. Se instaló en Soria –probablemente en dependencias del actual Instituto Machado- una fábrica de medias que dio trabajo a cuarenta mujeres de la ciudad y que tenía pensado vender en Cádiz los productos elaborados. Pero la fábrica no fue todo lo productiva que se esperaba y, unido a la marcha el maestro del taller por ciertas desavenencias y a lo que parece una mala gestión, obligó al cierre de la misma.
            Aquella explotación industrial que, a duras penas, subsistió algunos años más, y fue insignia de lo que hoy, en pleno siglo XXI y salvo alguna honrosa excepción, es la industria textil de Soria, casi tan rara como intentar una plantación de plátanos.

Rebaño de ovejas hacia 1980 cruzando el puente del río Duero.
Foto: Autor desconocido, JCyL. AHPSo 21507.


sábado, 22 de febrero de 2020

22/02/1959: Recordando a Machado.


La fecha de hoy está ineludiblemente asociada a la muerte de Antonio Machado y, con motivo de esa efeméride, han sido muchos los actos e iniciativas realizadas en su honor, y que conviene recordar, para reconocer que no siempre fue fácil homenajearle. Una de ellas, por ejemplo, fue la que tuvo lugar en este año de 1959.
            Desde algunos años antes, los propios compañeros del instituto en el que dio clases y el Ayuntamiento soriano, con el alcalde Eusebio Fernández de Velasco, habían comenzado a organizar ya algunos actos en memoria del poeta Antonio Machado, pero su figura seguía siendo muy controvertida pues, pese a su genialidad, aquel que se retrató a sí mismo como “rojo y masón” no era precisamente el poeta favorito de la dictadura franquista. Sin embargo las autoridades tuvieron que reconocer que sus méritos artísticos eran incuestionables y que, ante el poeta fallecido en el exilio y cada vez más admirado, no les quedaba otra salida que autorizar algunos gestos oficiales en su honor.
            El 22 de febrero de este año y con motivo del vigésimo aniversario de la muerte del poeta, en el Cine Ideal de Soria se celebró un acto oficial de homenaje a Antonio Machado que tuvo repercusión nacional y que contó con un grupo de poetas, escritores y personalidades de la época como: Luis López Anglada, Rafael Morales, Salvador Pérez Valiente, Salvador Jiménez, Manuel Alcántara, Heliodoro Carpintero Moreno o Adolfo Muñoz Alonso, entre otros.
            Aunque el acto oficial del homenaje literario se celebró en Soria, otros actos y homenajes espontáneos surgieron en Segovia o en otras ciudades en las que residió el poeta pero, carentes del visto bueno del régimen, aquellos fueron disueltos, en algún caso, por la fuerza.
            Unos meses después, en el Instituto y con todo el boato oficial, se inauguraría el aula “Antonio Machado”, y hasta se acabó permitiendo que diera nombre al centro docente. Pero el camino, lo iremos viendo, fue complicado.
Retrato de Antonio Machado por Pablo Picasso en el cartel del homenaje en su honor de los artistas españoles celebrado en París en 1955.



viernes, 21 de febrero de 2020

21/02/1587: El retablo de Villar del Río.


Según José Arranz en su obra “La escultura Romanista en la Diócesis de Osma-Soria” (1986, página 256), el escultor romanista del Taller de Tudela, Bernal de Gadabi, se comprometió a realizar el retablo mayor de la Virgen del Vado de Villar del Río, obra que terminó en tres años y que entregó tal día como hoy de 1587. Este retablo pasa por ser uno de los más soberbios de la provincia.
            Arquitectónicamente el retablo se distribuye en banco, dos cuerpos y ático, todo ello desarrollando cinco calles que contienen varias hornacinas con imágenes y relieves dorados y policromados que narran escenas evangélicas de la Vida y la Pasión de Cristo. El lugar de honor lo ocupa la imagen titular del templo, la Virgen del Vado, una talla escupida entre los siglos XIII o XIV y, por lo tanto, de época anterior a dicho retablo.
            El templo parroquial de Villar del Río es una edificación monumental, construida en sillarejo con contrafuertes de sillar. Consta de una sola nave con tres tramos, el primero con crucería de ligazones, el segundo y el tercero con estrellada de combados, separados por fajones que apoyan en medias columnas y soportes ochavados. El crucero, igualmente, se cubre con terceletes sobre medias columnas. A la capilla mayor se accede por arco triunfal apuntado con rosca decorada con pomas y está cubierta por terceletes. A modo de brazos del crucero se abren dos pequeñas capillas de planta rectangular, cubiertas con terceletes sobre ménsulas y abiertas en arco de medio punto. En la capilla de la costanera de la Epístola se abre un óculo moldurado por dos escodias exornadas con bolas. Junto a ésta, abierta al tercer tramo, aparece otra pequeña capilla con arco de acceso apuntado y cubierta de terceletes de cinco claves decoras con los símbolos de la Pasión y nervios apoyados en ménsulas. A los pies aparece, en alto, el coro sobre arco escarzano. La sacristía tiene cubierta de lunetos. Dos portadas: una, en el lado del Evangelio, de arco de medio punto peraltado con arquivoltas y la inscripción: “FLY ILUSTRÍSIMO SR. D. PEDRO ANTONIO DE JUANO OBISPO DE MENORCA”, sobre un escudo de madera. La otra, en el lado de la Epístola, tiene sencillo arco de medio punto doblado. Torre a los pies, de sillarejo, de dos cuerpos con cuatro vanos, que fue realizada en el siglo XVIII.

Os proponemos que con la excusa de visitar el templo, este fin de semana acudáis a Villar del Río y su comarca, y recorráis esta tierra tan plena de atractivos.

información turística: 
Retablo de Villar del Río.
Foto de Laura Ayllón en
soria-goig.com




jueves, 20 de febrero de 2020

20/02/1691: Un olvidado primer ministro soriano.


A los 54 años de edad, el 20 de febrero de 1691, murió en Madrid Juan Francisco Tomás Lorenzo de la Cerda Enríquez Afán de Ribera Portocarrero y Cárdenas, político y noble grande de España, nacido en Medinaceli (1637) que ostentó lo siguientes títulos: VIIIº Duque de Medinaceli, VIIº Marqués de Cogolludo, IVº Marqués de Alcalá de la Alameda, VIº Duque de Alcalá de los Gazules, IXº Conde de Los Molares, IXº Marqués de Tarifa, y VIIIº Conde de El Puerto de Santa María.
            Hombre cercano a la Corte, marchó a residir a Madrid donde ocupó varios cargos de confianza de Carlos II llegando a ser: Gentilhombre de Cámara, valido del rey, sumiller de Corps, Caballerizo mayor, presidente del Consejo de Indias, capitán general, consejero del Consejo de Estado y del de Guerra. Sin embargo, si por algo se le recuerda, es por su nefasta política económica como primer ministro de Carlos II en una dura época en la que, mientras la Corte derrochaba en lujos y guerras, el pueblo sufría los desastres navales, hambrunas, epidemias, sequías y malas cosechas. Unas circunstancias que el medinense no supo o no pudo solucionar pues fue el responsable de una devaluación monetaria que llevó al colapso de precios, al acaparamiento de granos y a la bancarrota. Todo ello provocó diversas revueltas que determinaron su dimisión y posterior destierro, en 1685.
            Política aparte, también se le reconoce porque donó a los trinitarios de Madrid un solar que tenía junto a su palacio madrileño, en el que los frailes construyeron una capilla para alojar una imagen de Jesús Nazareno que pronto, con el nombre del Cristo de Medinaceli, se convirtió en una de las devociones más castizas de Madrid, y cuya imagen sus devotos consideran como la más milagrera de la villa. Los descendientes en el Ducado de Medinaceli se encargaron de promover la devoción al Nazareno y, es posible, que fueran ellos los encargados de llevar esa imagen a varios pueblos, entre ellos Medinaceli y Almazán, donde el Nazareno tiene su propia ermita.
Retrato suyo por Claudio Coello en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.



martes, 18 de febrero de 2020

19/92/2002: Declaración de Rello como BIC.


Rello es una pequeña villa ubicada al sur de la provincia de Soria y situada sobre lo alto de un cerro flanqueado por las hoces formadas por el río Escalote y otro arroyo afluente. Constituyó, en la Edad Media, un plaza fortificada para la defensa de la línea del Duero, una característica estratégica y militar que ha condicionado su peculiar estructura urbana. Morfológicamente, el núcleo se estructura en forma de «T», con un eje fundamental que es la calle que une el castillo y la iglesia, espacio en el que se integra la plaza Mayor, y cortado transversalmente por un eje Norte-Sur por el que se penetra en el núcleo desde una de las puertas de la muralla. Paralelamente a la calle principal se trazan dos calles que desarrollan un circuito perimetral, de ronda, junto a la muralla. La villa tiene un castillo, murallas, puertas y el famoso rollo de hierro, pero sobre todo se caracteriza por ese urbanismo, que en general ha sabido mantenerse desde antiguo, permitiendo al visitante que pueda evocar sin dificultad como sería la vida en la Edad Media o imaginarse, como un soldado, haciendo la ronda por el adarve.
            Pese a su monumentalidad, Rello es uno más de los muchos pueblos de Soria que sigue siendo todavía un gran desconocido para el turismo en general, a quien le cuesta desplazarse a esa zona del sur de la provincia, pero para los sorianos no hay duda de que siempre estará en nuestra lista de pueblos favoritos.
            Todos esos encantos hicieron que tal día como hoy, de 2002, el Boletín Oficial del Estado recogiese la publicación que declaraba Bien de Interés Cultural a la villa en su conjunto, dando fin así a un expediente que se había iniciado treinta y un años antes.
Excursión a Rello de la Asociación de Amigos del Museo Numantino en 2015. Archivo.


18/02/1992: "A rey muerto, rey puesto".

Tras varios tratamientos inefectivos, los sorianos tuvimos que rendirnos a la evidencia y reconocer que nuestro Árbol de la Música había muerto víctima de la grafiosis. Aunque hubo algunas propuestas de mantenerlo artificialmente, que enseguida se desecharon, prácticamente, desde el principio, se pensó en sustituirlo por otro. A finales de enero de 1992 el viejo olmo fue retirado y transformado en llaveros o pisapapeles encerrados en una cápsula de metacrilato. Pero sobró madera y con ella se hicieron algunos muebles que disfrutan algunos privilegiados.
            Su sustituto fue colocado tal día como hoy, un roble joven de sesenta años procedente del monte Valonsadero que, aunque al principio parece que arraigó, no pudo resistir el trasplante y cinco años después fue retirado y sustituido por el actual.

Templete del Árbol de la Música tras ser retirado el viejo olmo.
Fotografía de Ana Isla en Soria Semanal febrero 1992



lunes, 17 de febrero de 2020

17/02/1836: Nacimiento de Gustavo Adolfo Bécquer.


En este becqueriano año 2020, en el que celebraremos el 150 aniversario del fallecimiento de los hermanos Gustavo Adolfo y Valeriano, es preciso hacer mención a otras referencias biográficas de estos hermanos cuya genialidad también se inspiró o acrecentó en nuestros paisajes.

            El 17 de febrero de 1836 nació en Sevilla un niño llamado Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida, que será un reconocido poeta y narrador del movimiento del Romanticismo bajo el nombre de Gustavo Adolfo Bécquer. Probablemente sea uno de los autores más populares de la literatura hispana. Sus padres, José María Domínguez Insausti y Joaquina Mª Bastida y Vargas, tuvieron ocho hijos pero, aunque murieron cuando Gustavo apenas tenía doce años, comenzaron a inculcarles una valiosa educación que se continuó después con los parientes que se hicieron cargo de ellos. El padre, un pintor de cierto renombre en su época, recuperó el apellido Bécquer de un antepasado que acudió a Sevilla en el siglo XVIII
            Con 18 años Gustavo Adolfo marchó a Madrid para desarrollar su carrera literaria pero, lejos de ese ambiente bohemio y amable con el que a veces se ha descrito la vida cultural del Madrid de mediados del XIX, la ciudad le resultó fría y hostil, más pendiente de las revueltas políticas de la época que de las artes. Quizá este contexto acrecentó más su carácter solitario y taciturno y que, en parte, se paliaría al año siguiente con la llegada a la villa de su hermano el pintor Valeriano Bécquer, su imprescindible alter ego, alguien con quien tuvo una profunda relación más allá de la fraternal y que permitió a ambos derrochar creatividad. Gustavo comenzó a colaborar en la prensa de la época y poco a poco fue haciéndose un nombre propio que, aunque apenas le permitía vivir miserablemente, le facilitaba el escribir poesía, historia, libros de artes, narraciones, teatro,…
            En marzo 1861 se documenta la presencia de Gustavo Adolfo en Soria, donde su tío Curro residía y ejercía como médico, remitiendo cartas y escritos desde la casa familiar de la plaza de Herradores. Además de la relación familiar con su tío, parece que algo tendría que ver su relación amorosa con Casta Esteban que, aunque se conocieron en Madrid donde ambos residían, su familia pasaba temporadas en la casa de Noviercas. Los dos se casaron en Madrid el 19 de mayo de este año y, a los pocos meses, comenzó a publicar sus primeras leyendas sorianas en el periódico El Contemporáneo.
            De la presencia de Bécquer en la capital soriana apenas hay noticias que lo confirmen, pero sí de sus largas estancias en la casa familiar de Noviercas donde nacieron los hijos de la pareja. También Valeriano pasó en Soria algunas temporadas, lugar este que le inspiró para crear alguno de sus cuadros y dibujos más conocidos.

            Poco a poco iremos conociendo algunos acontecimientos que relacionan a Bécquer con Soria y, particularmente, con Noviercas, donde vivirá grandes pasiones y desencuentros con Casta.

Placa homenaje a los hermanos Bécquer en el edificio original de la plaza de Herradores donde residieron y que fue destruido por un incendio en 1922.
Fotografía de José Casado, tomada del libro de Tomás Pérez Frías “Gabinete fotográfico Casado. Soria (1887-1936). 50 años de fotografía y vida de Soria”. Ed. Diputación provincial de Soria, 2019.


domingo, 16 de febrero de 2020

16/01/1844: Subasta del convento de la Concepción.


Uno de los muchos conventos y monasterios que ha habido en Soria capital a lo largo de los siglos fue el convento femenino de la Inmaculada Concepción, que ocupaba parte del solar del actual colegio de las Escolapias y cuya fachada oriental correspondería, más o menos, al medianil entre el colegio y los edificios del Espolón números 10 y 12. De este convento se conserva el monumental arco de la portada que, desmontado y reubicado, luce hoy en el acceso al cuartel de la policía municipal de Soria.

El monasterio fue fundado en el siglo XVI por el capitán y conquistador de Indias Francisco de Barrionuevo, un noble soriano enriquecido en aquellas tierras, que legó una importante cantidad de dinero en su testamento para la fundación de este convento en el que sólo habría diez monjas concepcionistas. Su dedicación se centraba en las labores propias de su condición religiosa, y en atender y cuidar en sus necesidades básicas a los hidalgos pobres, especialmente los de su linaje, los Barrionuevo o Barnuevo. En la práctica, esas instalaciones se convertían en una especie de 'residencia de la tercera edad' para nobles venidos a menos. Es posible que con el tiempo cambiase o ampliase sus fines pues, en protocolos notariales del siglo XVII, se refieren gastos que ocasionaban los colegiales que vivían en esas dependencias.

            Sabemos que, su iglesia disponía de suntuosos retablos y una capilla funeraria de la familia del fundador, que el monasterio se incendió en 1667 y, que fue reconstruido y reocupado por monjas hasta el final de la Guerra de la Independencia cuando fue parcialmente destruido por los españoles para evitar que, si los franceses regresaran, pudieran hacerse fuertes en él. A partir de este momento los investigadores ya no se ponen de acuerdo. Unos dicen que en ese momento las monjas lo abandonaron para siempre, y otros que regresaron, lo reconstruyeron y lo perdieron con la Desamortización de Mendizábal. Las ruinas del convento y su solar (hoy Escolapias) fueron tasadas en treinta y nueve mil reales, cantidad por la que, tal día como hoy, fueron adjudicadas al comerciante soriano León Perlado.

            Las ruinas del convento se encontraban en una parte privilegiada de la ciudad por lo que se pensó en reconstruirlas para usos militares, pero nada se hizo. El edificio acabó desmoronándose del todo y su solar destinado a cuadras de animales, muy útil por la cercanía al mercado y por las ferias celebradas en sus inmediaciones; al rastro o mercado de las carnicerías de la ciudad; e, incluso, fue el lugar donde se instalaba la parada de sementales del Ejercito, una especie de centro de inseminación ganadera de carácter itinerante.

            Posteriormente el solar del convento fue destinado al colegio de las Escolapias y el campo del mercado, que se extendía hasta el Museo Numantino, empleado para parque de bomberos, ferias, y, finalmente, para construir el edifico residencial del Espolón nº 10.

Vista del Espolón y del Campo de las Concepciones desde la terraza de la Caja de Ahorros hacia 1974. Autor foto: Salvador Vives Soriano, JCYL AHPSo 29865, fondo Vives.


sábado, 15 de febrero de 2020

15/02/1444: Hinojosa de la Sierra se disgrega de la Tierra de Soria.


La reina de Castilla, doña María de Aragón, esposa de Juan II, disfrutaba, además de esa dignidad como esposa del rey, del título de Señora de Soria, razón por la que en 1440 decidió eximir una pequeña porción del territorio de la jurisdicción de la Tierra de Soria, Hinojosa de la Sierra, para recompensar al aposentador real don Rodrigo Vera, un miembro del linaje soriano de los Chancilleres. Doña María de Aragón quería recompensarle por "los muchos y leales servicios que nos avedes fecho y facedes de cada día a el Rey mi Señor y a mi", y por ello la soberana excluyó de la jurisdicción de la Tierra de Soria el lugar de "Finoxosa de la Sierra vos fago merced donación con todos los vasallos que en el son y viven y serán y vivirán de aquí adelante para siempre jamás".

            Fue doña María de Aragón una mujer de carácter, que poco tuvo que ver con el prototipo de abnegada esposa y reina consorte que se limita a saludar y sonreír, más bien fue una mujer de estado que participó activamente en decisiones políticas y que incluso le enfrentaron a su esposo, como es el caso que nos ocupa.
            Los vecinos y autoridades sorianas no acataron esa decisión real temiendo que esa segregación en el corazón de la Tierra fuera el primer paso para acabar perdiendo la dependencia real que disfrutaban y pasar a depender de un señor. Por ello, iniciaron una serie de negociaciones con la reina, que no transigía, y con el rey que acabó cediendo a la solicitud de los sorianos en tal día como hoy, de 1444.
            La situación, sin embargo, no fue definitiva y, aunque llegó a enfrentar a la pareja real, Hinojosa de la Sierra fue durante algún tiempo villa eximida.

            Una observación. En esta misma sección, hace cuatro años, escribimos erróneamente que con Hinojosa de la Sierra se eximieron otras aldeas y lugares desgajados de la Tierra de Soria, pero la lectura del documento original fue errónea y entendimos que incluía todas esas aldeas cuando en realidad las indicaba como referencias geográficas para ubicar el lugar de la donación. Como rectificar más que de sabios es sobre todo de justicia, volvemos a ofrecer este texto con las indicaciones que hace unos meses nos hizo un lector, error que lamentamos evidentemente pero que a la vez nos sirve como estímulo pues nos permite comprobar el seguimiento de esta sección incluso mucho tiempo después de haberlo colgado en la página de la asociación en facebook. Muchas gracias.

Visita al Castillo de Hinojosa de la Sierra
 organizada por la Asociación de Amigos del Museo Numantino en 2018.
Fotografía: Alberto Arribas.


viernes, 14 de febrero de 2020

14/02/1591: La antigua parroquia de San Millán.


En el día de hoy de 1591, y tras haberlo solicitado sin obtenerlo dos años antes, el Cabildo de San Pedro instó al obispado de Osma permiso para derribar la ermita de San Millán, una de las famosas 35 colaciones de la ciudad, y que esta vez le fue concedido.

            Tras la repoblación de Soria de 1119, los colonos se establecieron, en lo que viene a ser el perímetro amurallado de la ciudad vieja, en 35 pequeños barrios independientes o colaciones que surgirían en torno a una iglesia o parroquia y que haría funciones más allá de las meramente religiosas. Con el tiempo aquella organización social fue evolucionando, la población se unificó y muchas de aquellas parroquias se dejaron arruinar sin que sepamos, con seguridad, la ubicación concreta de algunas de ellas.
            Una de aquellas antiguas parroquias que dio nombre a su colación fue la de San Millán, un santo tradicionalmente asociado con la devoción de los pastores, dato este que puede darnos una pista sobre el origen de sus pobladores o bien, tampoco sería descartable, que procedieran de alguna población con parroquia a ese santo o, incluso, que procedieran de la zona próxima al monasterio de San Milán de la Cogolla, cenobio con alguna presencia en Soria por aquella época.
            Aunque no se ha podido confirmar arqueológica ni documentalmente su ubicación concreta, se ofrecen dos posibles: una, hacia el final de la calle de San Vicente, entre el actual camino de San Ginés y el barrio de la Cruz; y otra, en la ladera del Mirón por la zona de San Pedro, al fondo del barranco donde finaliza la calle de Santa Apolonia.
            Tras la desaparición de la parroquia de San Millán, sus propiedades pasaron a la de Nuestra Señora del Azogue, que dos siglos después también fue eliminada y absorbida por de San Pedro. Aquí fueron a parar muchos de sus objetos litúrgicos, entre los que se recogen: una campana, una imagen de Santa Apolonia, y otra imagen muy milagrosa y de gran devoción entre los sorianos conocida como la Virgen de San Millán. La propia piedra de esta vieja parroquia fue reutilizada para construir la torre campanario de la hoy concatedral.

Torre de la concatedral de San Pedro con la piedra de San Millán en su fábrica.
Fotografía A. Arribas.


jueves, 13 de febrero de 2020

13/02/1979: Declaración como Monumento Nacional del paseo de San Saturio.


La sociedad soriana del final de la década de 1970 estaba dividida entre los que consideraban que la carretera de circunvalación de la ciudad era tan necesaria que no valía la pena perder tiempo en discutir la conveniencia o no de que pasara por las inmediaciones de San Saturio, sino que se hiciera ya. Y entre los que argumentaban que el paseo de la ermita era intocable y la variante sur una barbaridad. Pero, salvo esos argumentos románticos y paisajísticos, pocas más razones podían emplear en defensa de sus posicionamientos.

            La situación dio un giro radical, el 13 de febrero de este año, cuando el BOE publicó la incoación como Monumento Nacional de la margen izquierda del río Duero a su paso por Soria: “La delimitación del entorno se inicia desde la margen derecha del río Golmayo, una perpendicular al eje del río Duero. Desde aquí continúa hasta el vértice geodésico de la Sierra Santa Ana a 1.268 m. y hasta el vértice geodésico situado a 1.245 m., incluidos los repetidores de TV. Desde aquí, hasta el vértice geodésico del Monte de las Ánimas a 1.122 m., continuando perpendicularmente a la línea de alta tensión que va hasta la subestación eléctrica. Continuaría por la misma línea eléctrica hasta la subestación y la carretera de Almajano. Sigue por el trazado de esta carretera hasta la entrada en la curva. Desde aquí, hasta el vértice exterior de la muralla de Soria en su intersección con el eje del río Duero, para seguir por el eje del cauce del río hasta el punto donde se ha iniciado la delimitación del entorno”.
            El proceso no fue definitivo hasta 2006 pero, en la práctica, constituyó una protección que convertía el lugar en intocable y supuso una importante contradicción política pues tanto la Comisión de Monumentos, encargada de la declaración, como el MOPU, encargado del proyecto de la circunvalación, eran organismos públicos dependientes del Gobierno que quería construir por ahí esa variante.
            Meses después el ministro de Cultura quiso rectificar y retirar la incoación que impediría construir la variante pero, para entonces, la movilización social ya era imparable y, aunque los miembros de la Dirección General de Patrimonio Artístico tuvieron que dimitir para no rectificar un asunto que tuvo repercusiones políticas nacionales, se pudo detener el proyecto. Así, hoy, el paseo del Duero entre San Polo y San Saturio sigue siendo la envidia de todos los que nos visitan.
Vista nocturna del paseo de San Prudencio desde la ermita de San Saturio.
Fotografía A. Arribas.


miércoles, 12 de febrero de 2020

12/02/1925: El final del proceso de las pinturas de San Baudelio.

Hace 95 años se puso un triste final a una de los menoscabos patrimoniales que más nos han dolido a los sorianos: la pérdida de los frescos de la capilla de San Baudelio de Casillas de Berlanga.

            Aunque una Real Orden de 1917 declaró Monumento Nacional a la ermita, entonces sin culto y en manos privadas, en 1922, un traficante de obras de arte compró a los dueños las pinturas murales que la decoraban por 50.000 pesetas (300 euros). Cuando los obreros especializados vinieron a arrancarlas, la Guardia Civil sospechó sobre la legalidad de la venta y dio aviso a la Comisión de Monumentos de Soria que intentó detener el proceso acudiendo a los tribunales. Sin embargo, y pese a disfrutar de la categoría de Monumento Nacional, la legislación sobre protección del patrimonio artístico y cultural que había entonces no pudo evitar que tal día como hoy, de 1925, el Tribunal Supremo declarase la venta conforme a derecho y diera la razón a los propietarios que inmediatamente las vendieron. Esta venta propició que, hoy, la mayor parte de ellas estén expuestas en museos de los Estados Unidos de América. Más tarde, unas pocas regresaron a España y se exponen en el Museo del Prado. Y, desde este museo, algunos fragmentos pudieron reintegrase a su emplazamiento original del que nunca debieron salir.

Aquel suceso hoy sería inconcebible y nos rasgaríamos las vestiduras pero, seamos sinceros, ¿qué habríamos hecho cualquiera de nosotros si, a cambio de algo que apenas valorábamos, nos ofrecieran mucho dinero que necesitáramos? Pero, no nos pongamos en una situación tan extrema. ¿Qué hacemos los sorianos para evitar que los frescos de San Saturio se deterioren cada vez más; para que La Monjía de Fuentetoba no se hunda; para impedir que desaparezca el castillo de Serón;…?

Fragmento del fresco del camello procedente de San Baudelio, expuesto en un museo de Nueva York.
Foto: Colección particular.


martes, 11 de febrero de 2020

11/02/1370: El Señorío de Andaluz.


Una de las consecuencias de la guerra civil castellana, entre el rey Pedro I de Castilla y su hermanastro Enrique II de Trastámara, fue que el vencedor tuvo que pagar los servicios prestados por traidores y mercenarios a los que tuvo que recurrir para derrotar a Pedro. Y, cuando los maravedíes se le terminaron, hubo que compensarles concediéndoles en señorío muchos territorios y poblados hasta entonces independientes o de realengo.

            Una de esas “mercedes” concedidas, y que fueron tantas que esa palabra dio apodo al rey, es la que vamos a tratar hoy. Estando el monarca en Medina del Campo, en esta fecha, concede a Juan Ramírez de Arellano (que ya era desde poco antes Señor de Aguilar) el Estado de Andaluz, una pequeña demarcación que más o menos correspondía con lo que antaño había sido la Comunidad de Villa y Tierra de Andaluz o de Fuentepinilla y que disponía de un Fuero propio concedido por Gonzalo Núñez de Lara en el siglo XI. La Comunidad y el Estado de Andaluz estaba compuesta por las siguientes poblaciones: Andaluz, Centenera de Andaluz, Fuentelárbol, Fuentepinilla, Osona, La Seca, Tajueco, Torreandaluz, Valderrodilla, Valderrueda y Ventosa de Fuentepinilla.
            Con los siglos, y como consecuencia de bodas nobles y transmisiones hereditarias, el Estado de Andaluz acabó siendo propiedad del Ducado de Abrantes hasta que fueron abolidos los señoríos por decisión de las Cortes de Cádiz en 1814.
Andaluz (Soria).
Imagen tomada de cajarural,com

lunes, 10 de febrero de 2020

10/02/1718: Numancia hoy y siempre, símbolo de resistencia y de valor.


Con motivo de una reestructuración de las fuerzas militares españolas, el rey Felipe V dispuso, mediante una Real Ordenanza de 10 de febrero de 1718, la conversión del antiguo Regimiento "OSUNA" en el Regimiento "NUMANCIA" número 1 de dragones (una fuerza de caballería, pero que también era capaz de comportarse como fuerza de infantería). Recibió ese nombre en recuerdo de la heroica resistencia que dicha ciudad celtíbera mantuvo contra los romanos.

            Su escudo de armas actual es un campo de azur en el que se muestra un ave Fénix de plata con las alas desplegadas, y renaciendo entre el fuego sobre un nido de ramas de canela de oro y gules. Está orlado por una rama de palma de plata a la diestra y una de roble también de plata a la izquierda, unidas por sus troncos y liadas en punta por lazo de plata. Todo rodeado de los estandartes y banderas tomadas al enemigo y el lema: "PRIUS FLAMMIS COMBUSTA QUAM ARMIS NUMANTIA VICTA". (Numancia antes quemada por el fuego que vencida por las armas).
            La composición orgánica quedó estructurada en doce Compañías (Secciones) con tres Oficiales y treinta y dos Dragones cada una, y al frente del regimiento se puso al Coronel D. José Vallejo, a quien entonces se le encomendó su primera misión en Sicilia, iniciándose así una historia militar con victorias, derrotas y mucha, demasiada, sangre derramada en muchos países europeos, en la Guerra de la Independencia, en las guerras carlistas, en la guerra de Cuba o en la Guerra Civil española. Tras varios y diferentes emplazamientos, hoy tiene sus acuartelamientos en Ronda y Valladolid.
Porta-estandarte del 7º de Dragones de Numancia en 1805.
Imagen tomada de defensa.com

domingo, 9 de febrero de 2020

09/02/1672: Fray José Campuzano de la Vega (1672-1731) maestro general de la Merced.


El 9 de febrero de 1672, según algún biógrafo local, -los biógrafos de la orden mercedaria dicen que fue diez días después-, nació en la capital José Campuzano de la Vega, un casi desconocido personaje en su tierra pero que fue una de las figuras más destacadas de la orden de la Merced en el siglo XVIII. Probablemente, ingresó como novicio en el convento soriano aunque tomó sus hábitos en el convento de Alcalá. Regresó algún tiempo a su ciudad natal como profesor de Artes y ejerciendo como comendador de la orden en Soria, pero, está mejor documentado su pasó por los conventos de Valladolid y Toledo, donde enseñó Teología, o ejerciendo como comendador en los de Guadalajara y Madrid.

            Ocupó también las responsabilidad de: Definidor General de la Orden; Teólogo de la Real Junta de la Inmaculada y en la Nunciatura; y examinador sinodal de Toledo. Fue propuesto para obispo de Mondoñedo. El 24 de abril de 1728 fue elegido provincial de Castilla, momento en el que publica su única obra conocida: “Slaluta quce in Segoviensi coenobio regalis ac militaris Ordinis B. M. V. de Merced” (Madrid, 1728). El 4 de junio de 1729 fue nombrado maestro general de la Orden, cargo que ejercía cuando falleció en Madrid, el 23 de septiembre de 1731.
Fachada principal de la antigua iglesia de la Merced en Soria. Fotografía A. Arribas.


sábado, 8 de febrero de 2020

08/02/1559: El obispo Acosta dona a la catedral el retablo de San Miguel en el trascoro.


La catedral de El Burgo de Osma es, sin duda, el principal tesoro artístico de la provincia tanto por su arquitectura como por la cantidad de obras que contiene de varios estilos y épocas. Una de sus joyas es el retablo de San Miguel Arcángel que el obispo Pedro Álvarez de Acosta (1539-1563) encargó nueve años antes y donó oficialmente tal día como hoy de 1559. Quizás una de las obras más destacadas del Renacimiento sacro de la provincia y que ha sido atribuida por algunos a Juan de Juni o a su taller, aunque hay especialistas que también lo relacionan con otros destacados escultores como: Juan Picardo, Miguel de Espinosa, Francisco Giralte, Francisco de Logroño, Isidro de Villoldo, o Manuel Álvarez.
            Arquitectónicamente consta de sotobanco de piedra, banco, único cuerpo con cinco calles divididas por columnas
 jónicas y ático. En el centro del banco aparece una escena de la Magdalena mirándose en el espejo que sostienen dos ángeles. A sus lados relieves con la rueda de Santa Catalina y cinco costillas, armas del obispo donante. En la calle central del cuerpo aparece un San Miguel de bulto y a sus lados las tallas de San Blas y San Nicolás de Bari, que están rodeadas por relieves que representan a San Cosme, San Damián, San Jorge y Santiago. Sobre ellos, unos tondos y relieves con los cuatro evangelistas. En la parte superior, ático en frontón que cobija al Padre Eterno.
Retablo de San Miguel o del trascoro en la catedral de El Burgo de Osma.
 Dibujo de Isidro Gil en “Soria” de Nicolás Rabal (1889).

viernes, 7 de febrero de 2020

07/02/1958: La figura de Antonio Machado empieza a ser reivindicada en Soria.


En estos momentos de la dictadura franquista, la figura de Antonio Machado seguía estando mal vista pues seguía siendo el “rojo y masón” denostado por el régimen y cualquier acto de demostración de afecto hacia el poeta era considerado comprometedor. Pero, poco a poco, las cosas estaban cambiando y la genialidad de su poesía vencía hasta las resistencias del régimen. Así, con motivo de la celebración del vigésimo aniversario de su fallecimiento en Coillure y que se celebraría al año siguiente, algunos profesores del claustro del Instituto de Segunda Enseñanza de Soria, en el que el poeta dio clases, decidieron reunirse para ir organizando los actos conmemorativos: una actitud valiente y arriesgada.

            Esta primera reunión se celebró en el Instituto el día 7 de febrero de 1958. Allí surgieron algunas ideas como: la de intentar repatriar sus restos a España; darle su nombre a una de las aulas del Instituto, en la que se colocaría una vitrina con documentos internos relacionados con el profesor Antonio Machado; y crear una cátedra, también con su nombre, que se inauguraría con la presencia de Gerardo Diego, otro antiguo profesor del centro, poeta y libre de las sospechas que marginaban al sevillano.
            Contra todo pronóstico y tras unas, suponemos, tensas negociaciones que se alargaron varios meses con las autoridades de la Dirección General de Enseñanza Media, el proyecto acabó siendo una realidad y cobró una dimensión impensable. Eso sí, la idea del traslado de los restos, más que pendiente, parece que quedó olvidada.
 Aula “Antonio Machado” en la que se dice que el poeta daba sus clases. Fotografía A. Arribas.