En esta jornada
de hace ciento dieciocho años falleció Nicolás Rabal y Diez, un personaje clave
de la vida social y cultural de la provincia en la segunda mitad del siglo XIX pues
fue director y catedrático del Instituto, presidente
del Casino Numancia y del Ateneo de Soria, pero sobre todo es conocido hoy por
ser el autor de varias obras históricas y arqueológicas sobre Soria.
Nicolás Rabal
nació en Cirujales
del Río (Soria) en 1840 donde cursaría sus primeros estudios. A los seis años
se marchó a Soria a vivir con su tío Francisco Antonio Martínez, cura párroco
de El Espino, para seguir estudiando si bien acabó el bachillerato en El Burgo
de Osma. Allí cursó estudios de Teología que completaría en Madrid y Valencia
donde comenzaría los de Filosofía y Letras que era lo que a él el gustaba pero
que tuvo que estudiar a escondidas pues no contaba con el apoyo de su familia,
obteniendo el doctorado de esta disciplina en 1865, año en el que obtuvo por
oposición la Cátedra de Latín del Instituto de Tudela. Tras su toma de posesión
desde ahí pasó al de Lorca y meses después consiguió optar a la cátedra de
Retórica y Poética del Instituto General y Técnico de Soria donde se asentará
profesionalmente y llegará a ser su director.
Además de participar activamente en la vida
educativa de la ciudad Nicolás Rabal se implicó en muchos proyectos como el de
presidir el Casino Numancia y el Ateneo de Soria, pero sobre todo se dedicó a
estudiar, a escribir, a viajar por la provincia y a recoger todo su saber en
artículos de opinión, folletines y libros. De entre todos el más conocido es el
llamado “Historia de Soria” aunque no sea ese su verdadero nombre.
Fue en 1889 cuando salió a la calle el
volumen correspondiente a la provincia de Soria de la serie “España. Sus monumentos y artes, su
naturaleza e Historia” de la editorial barcelonesa de Daniel Cortezo quien
le encomendó a Rabal la tarea de escribirlo. Desde el primer momento esta obra
se convirtió en una de las referencias básicas en cualquier biblioteca soriana
y aunque en muchos aspectos ha sido superada, en conjunto sigue siendo una obra
fundamental para el conocimiento de la provincia de Soria.
Retrato, atribuido a Isidro Gil, y firma de Nicolás Rabal en las primeras páginas de la Soria de Daniel Cortezo. |
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