Sor María Jesús
de Ágreda falleció hacia las 9 de la mañana del 24 de mayo de 1664 a los 63 años de edad y
fue enterrada en el cementerio común de su monasterio en el subterráneo de la
iglesia. Desde ese momento muchos devotos de la monja invocaban su protección y
su sepultura se convirtió en lugar de peregrinación pues recibía muchas visitas
de los que la consideraban santa.
Veintiocho meses después de
su muerte las monjas concepcionistas de Ágreda decidieron sacar el cuerpo de
sor María Jesús de Ágreda para trasladarlo a un lugar menos húmedo y más
adecuado para ser recibido por la multitud de personas que hasta aquí acudían
atraídos por su fama de santidad. Fue el 10 de septiembre de 1667 cuando al
sacar el cuerpo observan que después de dos años muerta el cadáver está
incorrupto. El ataúd estaba inundado de agua, las tablas y la mortaja podridas
pero el cadáver estaba indemne, lo que fue la prueba que se necesitaba para
convencer a los que tenían dudas de que estaban ante una santa y que debía
iniciarse el correspondiente proceso de beatificación que pese a las últimas
noticias negativas sigue tramitándose, esperando confirmar lo que todos los
devotos saben, que la Venerable sor María Jesús fue una santa.
Urna con el cuerpo incorrupto de la Venerable Sor María Jesús de Ágreda expuesto en la iglesia del convento concepcionista en Ágreda (Soria). |
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