miércoles, 30 de diciembre de 2020

31/12/2020: Fin de una temporada más.

Pues así como quien no quiere la cosa, este complicado año ya ha pasado y hemos cumplido el compromiso que nos impusimos con la sociedad soriana.

Cada día hemos sido capaces de publicar una reseña histórica, cultural, biográfica, básicamente una excusa diaria para reflexionar sobre nuestro pasado y así poder encarar mejor el futuro, reconociendo que aunque cambien las formas, los modos y los condicionantes, muchos de los problemas a los que nuestros antepasados se enfrentaron hace siglos son los mismos que tenemos en la actualidad.

La insistencia por hacerlo a diario ha sido una tarea laboriosa y complicada, pero conveniente porque lo que también queríamos era demostrar que los sorianos seremos pocos pero que estamos cargados de historia, y que para bien o para mal tenemos un pasado, grande y glorioso unas veces, otras humilde e ignominioso, pero nuestro e irrenunciable. Eso no nos hace mejores ni peores que otros pueblos ni debe ser motivo para creernos mejor que nuestros vecinos pero, si ha servido para que los que no conocían nuestra grandeza se hayan sentido sin complejos y orgullosos de su pasado, estaremos satisfechos por haberlo conseguido.

Seguir ese ritmo diario tiene sus riesgos. Por una parte tememos aburriros y por otra, tememos aburrirnos nosotros. La recopilación de información, documentación, redacción y búsqueda de imágenes no es algo fácil, es una tarea agotadora que con ésta de 2020 ha sido la cuarta edición, y aunque sólo con lo que tenemos ya recopilado haya para muchos años, hemos decidido tomarnos un descanso, no para no hacer nada sino para hacer otras cosas distintas y también interesantes, y que esperamos daros pronto a conocer en este muro de Facebook o en nuestra página web.

La Asociación de Amigos del Museo Numantino es un colectivo formado por personas que comparten un interés común, la historia de Soria y de los sorianos, su arte, sus paisajes y monumentos, y aunque este 2020 haya sido excepcionalmente raro y apenas hayamos podido desarrollar actividades, queremos invitaros a participar activamente como socios, pero no sólo asistiendo a excursiones, como espectadores de exposiciones u oyentes de conferencias, necesitamos socios activos e inquietos que quieran comprometerse a trabajar activamente en este proyecto que hoy acaba o en otros que tenemos proyectados.

Esperemos volver pronto, mientras tanto nos vemos por las redes.

Puente romano de Vinuesa en 2017.


martes, 29 de diciembre de 2020

30/12/1841: Orígenes del Rincón de Leonor.

En 1841 la sacristía de la iglesia de la Mayor, construida en el lado sur de la cabecera del templo donde estuvo la antigua capilla de los Calderón, estaba en mal estado y medio arruinada por lo que el Ayuntamiento de Soria ordenó que la derribasen por riesgo de ruina, lo que finalmente ocurrió el 30 de diciembre de 1841.

El obispado pretendía reedificarla pero por diversas causas el proceso se fue alargando varios años y para cuando estaba todo dispuesto para el comienzo de la obra de reconstrucción, el 1 de mayo de 1855 se publicó la Ley Desamortizadora de Madoz que expropió muchos bienes eclesiásticos y entre ellos lo que en esos momentos y circunstancialmente era un solar vacío en espera de ser construido.

La ley se aplicó y, pese a las quejas y reclamaciones de la parroquia y del obispado el solar fue expropiado y acabó siendo propiedad del Ayuntamiento de Soria que a los dos años lo vendió al particular Eustaquio Hernández quien lo destinó para construir viviendas. La Iglesia recurrió la decisión y pasaron varios de años de tiras y aflojas, pero finalmente el solar quedó en manos de la familia Hernández que pese a que la sentencia les dio la razón se comprometió a dar una cantidad para adecentar la nueva sacristía.

En el solar se construyó un edificio de viviendas y bajos comerciales que estuvo en uso hasta finales del siglo XX cuando quedó abandonado. En 2006 aquel viejo caserón que había sido adquirido por el Ayuntamiento de Soria con idea de construir un centro cultural llamado “la Casa de los Artistas”, fue derribado a excepción de la fachada según dispuso la Comisión provincial de Patrimonio, pero la oposición ciudadana y dentro del propio equipo de gobierno convenció a la alcaldesa Redondo de que no construyese nada, que dejase el solar diáfano para que pudiera contemplarse la parte externa de la capilla mayor. El proceso fue complejo y a los pocos meses la alcaldía pasó a manos de Carlos Martínez que con la colaboración económica de Caja Duero convocó el concurso de ideas que acabó construyendo lo que hoy conocemos como Rincón de Leonor.


Edificio de la calle Mayor 1 en 1998, autor Alberto Arribas Hernández.

lunes, 28 de diciembre de 2020

29/12/1882: Diferencias por el recorrido del Valladolid-Ariza.

El Boletín Oficial de la Provincia de 29 de diciembre de 1882 publicaba la Real Orden de 27 de diciembre que otorgaba a Antonio Marqués la concesión del ferrocarril entre Valladolid a Ariza por Almazán sin pasar por la capital.

Este hecho causó tanto malestar en las instituciones de la ciudad recurrieron esa decisión. Los adnamantinos por el contrario estaban encantados y la defendieron con ahínco pues el asunto fue el tema estrella de las tertulias provinciales del año siguiente, incluso traspasó las fronteras locales y casi fue asunto de Estado con gran repercusión en la prensa nacional.

La postura de los capitalinos, representada sobre todo por Lorenzo Aguirre como presidente de la Junta Gestora de Ferrocarriles, consiguió del Ayuntamiento de Soria y de la Mancomunidad de los 150 pueblos el compromiso de que si finalmente el ferrocarril pasaba por la ciudad se le otorgaría ayudas económicas y madera para las traviesas.

Como todos los proyectos de la provincia, éste también quedo arrinconado durante algún tiempo, pero finalmente se tomó la decisión que fue la opción de discurrir por Almazán con parada en la estación de La Dehesa. Al parecer, en la toma de esta decisión mucho tuvieron que ver las gestiones continuadas del diputado adnamantino Lamberto Martínez Asenjo que se lo tomó como un compromiso personal a sus electores, al contrario de las gestiones realizadas por los diputados del distrito de la capital, mucho más laxos y menos motivados que además eran sustituidos periódicamente.

La línea fue cerrada al tráfico de pasajeros en 1985 y al de mercancías en 1994 pese a que algunos estudios certificaban su rentabilidad para el trasporte de mercancías. La Estación de La Dehesa de Almazán se abandonó pero gracias a las gestiones del Ayuntamiento de Almazán y la Junta de Castilla y León sus instalaciones pasaron a manos municipales, las naves se emplearon para impartir talleres de empleo y el propio edificio de la estación fue reconvertido en una casa rural.

Antiguo apeadero de la Dehesa de la línea Valladolid-Ariza, hoy casa rural la Estación del Alma (Almazán, Soria). Imagen de Fernando Segura en abuaf.com



domingo, 27 de diciembre de 2020

28/12/1964: Comienza el rodaje en Soria de Doctor Zhivago.

No conocemos exactamente los motivos para que se decidiera rodar en Soria la película del Doctor Zhivago.

En algún reportaje de la prensa local se ha contado que, en 1963 y prácticamente por casualidad, pasó por Soria en viaje particular el embajador de los Estados Unidos en España, Robert Forbes Woodward junto con su esposa Virginia Parker Cooks y sus dos hijos. La familia quedó gratamente entusiasmada por nuestros paisajes y arte, especialmente por la fachada románica de Santo Domingo, tanto que decidieron emplear una fotografía de ella para imprimirla en sus felicitaciones navideñas.

Aquella felicitación permitió que Santo Domingo y Soria se conociesen en España, América del Norte y en muchas legaciones diplomáticas por lo que para agradecer aquella inesperada campaña turística, el embajador y su familia fueron formalmente invitados a cursar visita oficial a la provincia, el 24 de junio de 1964, con el fin de entregarle el título de Presidente de Honor de la Cámara de Comercio, la Llave de Oro de la ciudad y la declaración de Ciudadano Ilustre.

Según Manuel Seseña, uno de los miembros de la Cámara de la época, el embajador manifestó su agradecimiento e hizo una oferta a Soria: instalar una estación para el seguimiento de satélites en lo alto del Urbión o rodar una gran producción cinematográfica en la provincia. No dudamos de quien estuvo presente en aquel acto ni de las poderosas influencias del embajador pero al parecer los responsables decidieron que mejor lo segundo, un detalle dejado al azar que resulta extraño en la todopoderosa industria cinematográfica de Hollywood.

El embajador cumplió su palabra y ya a primeros de octubre llegó a Soria David Lean, director de la película Doctor Zhivago cuyo rodaje ya había comenzado pero que no estaba satisfecho con los exteriores elegidos. Finalmente el rodaje comenzó el 28 de diciembre de 1964 tras un año de preparativos.

Los equipos estuvieron dos años en Soria, uno con los preparativos y otro para el rodaje, hasta que los trabajos acabaron en octubre del año siguiente, pero ya habrá tiempo en otra ocasión para desarrollar algunos aspectos de aquel proyecto.

Geraldine Chaplin y Omar Shariff ante el palacio de hielo, de Candilichera.


sábado, 26 de diciembre de 2020

27/12/1771: Escasez de vecinos en la cuadrilla de San Martín.

Casi hasta cuesta hablar de San Juan en estas fechas que son las antípodas de nuestras fiestas pero es que algunos asuntos como la elección de los jurados no siempre se ha hecho en la asamblea vecinal del Catapán. 

En este periodo del siglo XVIII muchas cuadrillas tenían costumbre de decidirlo en estas fechas navideñas, algo chocante sin duda, pero mucho más raro fue que, en el caso de la cuadrilla de San Martín, el cargo recayese en un vecino de otra cuadrilla.

Hoy no nos sorprende que un jurado haya nacido fuera de este país o que tenga su domicilio fuera de los límites provinciales, pero en aquella época en la que el jurado, más que una figura festiva, era el representante político de los vecinos, el hecho se considera como poco sorprendente. Para que se entienda en términos actuales, sería como si un partido político pusiera como cabeza de lista a un reconocido militante de otra formación.

Pues eso es lo que aconteció en la cuadrilla de San Martín hasta en tres ocasiones, aunque en justicia hay que reconocer que era la menos poblada de todas las de la ciudad. La asamblea vecinal del 27 de diciembre de 1771, celebrada en casa del jurado saliente, decidió elegir jurado para los dos años siguiente a Joaquín Calzas, vecino de la de Santo Tomé, lo que comunicaron al estado del Común de la ciudad que no sólo no se opuso a ello sino que en ocasiones posteriores impusieron como jurados de San Martín a un individuo avecinado en la de San Blas, si bien en este caso los vecinos de San Martín se opusieron pues querían seguir siendo representados por Joaquín Calzas, quizá ya vecino suyo.

La situación poblacional no varió y con los años esa cuadrilla se fusionó con las de Santo Tomé y San Clemente, pero ni siquiera así llegaron a ser un número importante de vecinos, de ahí que tuvieran menos recursos económicos y nos les quedará más remedio que contentarse con el toro más chiquitín y el más barato, claro está. Ya lo dije la sanjuanera “Yo no sé, niña, por qué el toro más chiquitín es el de Santo Tomé, San Clemente y San Martín”.

Portada del Aula Magna Tirso de Molina, antigua iglesia de San Martín.


viernes, 25 de diciembre de 2020

26/12/1901: José María Palacio llega a Soria.

Un 26 de diciembre de 1901 llegaba a Soria como funcionario escribiente de la Sección de Montes del Distrito Forestal de Soria, un joven oscense de 21 años de edad llamado José María Palacio y Girón.

Como tantos otros intelectuales de la época, pronto se integró plenamente en la vida social y cultural de la ciudad donde se casó con Heliodora Acebes Maza, y casi de inmediato comenzó a escribir en la prensa provincial de Soria llegando a dirigir los periódicos Tierra Soriana (1906) y El Porvenir Castellano (1912), hasta que marchó a Valladolid en mayo de 1919 donde siguió implicándose activamente en la vida cultural de la ciudad y donde murió el 22 de noviembre de 1936.

Pero vamos a centrarnos en su época soriana. Sus trabajos periodísticos como redactor y director en la prensa local le otorgaron motivos de sobra para estar incluido en esta sección, pero no nos engañemos, si alguien se acuerda hoy de José María Palacio es sobre todo por su relación con Antonio Machado, compañero de pensión, testigo de boda y esposo de la prima de su mujer. Parece que la relación entre ambos primos políticos fue mucho más allá de la relación familiar pues ambos compartían intereses comunes y, si bien también se ha dicho que al final su relación personal no fue tan buena, lo cierto es que estando en Baeza, el 29 de abril de 1913, Antonio Machado le inmortalizó para siempre al dedicarle un poema que no tiene precio:

Palacio, buen amigo,

¿está la primavera

vistiendo ya las ramas de los chopos

del río y los caminos?...

Seguro que Palacio cumplió el encargo de su amigo, y probablemente sería en una de sus visitas al cementerio soriano cuando se le ocurrió que el olmo del atrio del Espino sería el lugar más adecuado para colocar en él la placa con otro célebre poema: A un Olmo Seco.

Retrato de José María Palacio recogido en el libro de Jesús Emilio Rubio Jiménez “Palacio, Buen amigo (Historia regeneracionista castellana)” Ed. La Fuente de los Incrédulos-Ayuntamiento de Soria, Zaragoza 2018.


jueves, 24 de diciembre de 2020

25/12/1533: Un medinense primer obispo de Santa Marta (Colombia).

Ocho años antes el conquistador sevillano Rodrigo de Bastidas había fundado el primer asentamiento español en Colombia, la ciudad de Santa Marta.

Una población portuaria en el norte de Colombia situado junto al Caribe que muy pronto comenzó a crecer y prosperar por lo que las autoridades religiosas solicitaron al papa Clemente que fundara allí un obispado que permitiera afianzar la fe en aquellas tierras salvajes. Las desavenencias entre el papa y el emperador Carlos, así como otras disputas internas del clero, retrasaron la fundación del obispado hasta comienzos de 1533 que fue cuando el papa Clemente VII dispuso la creación de ese obispado, encomendándoselo al sacerdote Alonso Tobés, natural de Medinaceli y licenciado en Sagrada Teología, a quien el Emperador Carlos V lo distinguió con el título de “Protector y Defensor de los Indios”.

En la obra “Cedulario de las Provincias de Santa Marta y Cartagena de Indias”, por Manuel Serrano y Sanz, se encuentran algunos datos de este personaje que permaneció aquí poco tiempo hasta el 25 de diciembre de 1535 fecha en la que durante un desplazamiento en barco, este efímero obispo medinense se ahogó.

Logotipo de la diócesis colombiana de Santa Marta.
Fuente: diocesisdesantamarta.org


miércoles, 23 de diciembre de 2020

24/12/1286: Osonilla, el precio de una espada.

Una tradición soriana recogida en la obra de Miguel Martel “Canto tercero de La Numantina y su comento…”, repetida después por Mosquera de Barnuevo, Loperráez y otros posteriormente, recuerda que Osonilla, una aldea incluida entre las de la Tierra de Soria en 1270, fue concedida por el rey Sancho IV de Castilla al alcalde de Soria Pedro Martínez, un 24 de diciembre de 1286, en gratitud a que don Pedro le regaló la famosa espada “Colada” del Cid Campeador, una de las dos que poseía junto con la Tizona.

Además de las fuentes bibliográficas provinciales, el conde de Valencia de don Juan es autor del Catálogo Histórico-descriptivo de la Real Armería de Madrid (1898), y en la página 198 de esa obra afirma que fue Sancho IV en 1280 (seis años antes) quien por esta razón la cedió «á Pedro Martín de Soria, su Alcalde, el lugar y señorío de Osonilla a cambio de la Colada, espada que fue del Rey de Aragón».

Sin embargo y en justicia, hay que recordar que la tradición de atribuir al Cid las espadas Tizona y Colada, no consta en ninguna fuente contemporánea a Rodrigo Díaz el Campeador, y aunque esté feo decirlo se piensa que atribuir al Cid dos espadas con nombre propio sería una invención del Cantar de mio Cid donde, ahí sí, se cuenta que fue ganada como botín de guerra al conde de Barcelona Ramón Berenguer, y que don Rodrigo regaló esta espada (junto a la Tizona) a sus yernos los infantes de Carrión, dos personajes asimismo completamente legendarios.

Espada Colada. Fuente: arteyacero.com 


martes, 22 de diciembre de 2020

23/12/1906: Homenaje a los hermanos Bécquer.

Aquel otoño de 1906 nuestras autoridades municipales decidieron homenajear a los hermanos Valeriano y Gustavo Adolfo Bécquer con motivo del trigésimo sexto aniversario del fallecimiento del poeta.

Dispusieron colocar la lápida en la vivienda de la plaza de Herradores en la que ambos vivieron hacia 1860. La placa, que aún figura en la fachada de la casa de la plaza Herradores, obra del marmolista Emilio Molina Payés, fue descubierta en la mañana del domingo 23 de diciembre, y dice:

«A LA MEMORIA

DE

GUSTAVO Y VALEIANO

BÉCQUER

CONSAGRA ESTE RECUERDO

LA CIUDAD DE

SORIA

EN EL

SOLAR DONDE MORARON»

         El investigador Juan Antonio Gómez-Barrera en el artículo: El solar donde vivieron los Bécquer (HDS 11/02/2020), recuerda que aquella vivienda fue la de su tío abuelo Francisco Bécquer, “el tío Curro”, pero que no fue la original pues aquella se quemó en un incendio en 1886, y aquella en la que se colocó la placa volvió ser reducida a cenizas en el famoso incendio de la ferretería de Claudio Alcalde de 1922.

         En cuanto a los motivos para situar allí el domicilio de Francisco Bécquer, el tío “Curro”, que acogió a sus sobrinos, recuerda Gómez-Barrera que su emplazamiento concreto fue indicado por la tradición oral del médico soriano Guillermo Tovar de Pablo (propietario de los inmuebles 15, 16 y 17) y de Pascual Pérez-Rioja, coetáneos ambos y compañero de juegos en la niñez de los hijos de Valeriano, el segundo. Gómez-Barrera todavía no ha podido confirmar formalmente este dato en los documentos municipales de la época pero recuerda otras investigaciones como las de Víctor Higes Cuevas que ofrece otro emplazamiento para el domicilio del tío Curro, en la calle Zapatería de Soria donde viviría desde 1856, si bien Juan Antonio ha investigado los padrones municipales y ha demostrado que en 1867 el tío “Curro” llevaba al menos diez meses viviendo con sus empleados domésticos en el nº 6 de la plaza Teatinos.

Placa homenaje a los hermanos Bécquer en el edificio original de la plaza de Herradores donde residieron y que fue destruido por un incendio en 1922.
Fotografía de José Casado, tomada del libro de Tomás Pérez Frías “Gabinete fotográfico Casado. Soria (1887-1936). 50 años de fotografía y vida de Soria”. Ed. Diputación provincial de Soria, 2019.


lunes, 21 de diciembre de 2020

22/12/2006: Inauguración de una nueva escultura para la ciudad.

En la rotonda entre la avenida de la Constitución con la de Gaya Nuño hay una escultura cuyos orígenes y significado, pese a ser recientes, se han olvidado por lo que aprovechando que fue inaugurada tal día como hoy de 2006, vamos a hablar de ella.

Aquel verano de 2006, la Cámara Agraria provincial quiso prestar un homenaje a la agricultura y a la ganadería soriana, y propuso al Ayuntamiento de Soria colocar en esa rotonda una escultura que ofreciese ese reconocimiento y que fuese elegida por un concurso cuyo premio serían 9.000 euros. El consistorio, entonces dirigido por Eloísa Álvarez, aceptó el ofrecimiento, y para evitar las suspicacias de otros concursos en esa época, la Cámara, que invirtió unos 40.000 euros en todo el proyecto, nombró una comisión de expertos en arte para la elección al frente de la cual y como portavoz estuvo el galerista Miguel Tugores, de la Fundación DeArte.

Tras las correspondientes deliberaciones sobre las 21 obras presentadas, la elegida resultó ser la obra de José Luis Terraza Justes que tituló a su escultura “La esencia de la Tierra”, una obra realizada en acero corten de cuatro metros de alto por dos de ancho que según el autor refleja la dualidad hombre y mujer en el campo y que estuvo lista en su emplazamiento a primeros de diciembre de 2006 e inaugurada en la mañana del 22 de diciembre con la presencia del autor, de la alcaldesa de Soria, y representantes de la Cámara Agraria.

Aquel acto duró menos de lo que se esperaba pues una inesperada lluvia disolvió la concentración, aunque "trajo" una lluvia de millones ya que aquel día el sorteo especial de Navidad de la lotería nacional dejó dos terceras partes del gordo en Soria, trescientos setenta y cinco millones de euros.

“La esencia de la Tierra” imagen en la web del autor terrazart.com


domingo, 20 de diciembre de 2020

21/12/1992: Muere el intelectual soriano Manuel García Gallo.

El 5 de enero de 1911 nacía en su casa familiar del Collado nº 10 el niño Manuel García Gallo, hijo del general de la Guardia Civil Joaquín García de Diego, y nieto del también general, pero sobre todo destacado intelectual, fotógrafo y escritor soriano, don Juan José García de Diego.

Aunque no lo hemos podido confirmar con absoluta seguridad, creemos que cursó sus primeros estudios en Soria y en su Instituto, de donde pasó a cursar estudios de la licenciatura de Derecho, accediendo al cargo de doctor en 1934 con sólo 23 años de edad. Al año siguiente consiguió por oposición la Cátedra de Historia del Derecho de la Universidad de Murcia, y en 1940 volvió a ganar la misma oposición para la Universidad de Valencia, y como debía sobrarle tiempo y cabeza, en 1942 también se licenció en Filosofía y Letras por la rama de Historia.

Además de catedrático, consiguió cargos honoríficos como: dos doctorados honoris causa por la Universidad Católica de Chile (1948) y la de Buenos Aires (1980); fue director del Anuario del Derecho Español, aunque destacó sobre todo en su faceta de historiador del Derecho, siendo considerado en esa área como el más importante investigador e historiador español de la segunda mitad del siglo XX, escribiendo importantes obras como Historia del Derecho Español (1943), Los orígenes de la administración territorial de las Indias (1944), Curso de Historia del Derecho Español, Manual de Historia del Derecho Español (1977),…; miembro de varias sociedades de estudios históricos; fue premio nacional de investigación en Letras (1970); condecorado con la Gran Cruz de Alfonso el Sabio y Collar de la Orden de Andrés Bello, de Venezuela; fundador del Instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano; maestro de Tomás y Valiente, Villapalos,... En 1961 y siendo catedrático de Historia del Derecho Español de la Universidad Complutense de Madrid, fue nombrado miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.

Aunque pasó toda su vida fuera de Soria, mantuvo un estrecho contacto son su familiares y amigos, y procuraba regresar unos días cada verano. Un seguidor de esta sección que fue alumno suyo, soriano y relacionado por vía de amistad paterna con su familia, recuerda que como profesor era un hueso (en realidad la expresión usada fue otra más fuerte), lo que chocaba mucho con su faceta estival amable y despreocupada cuando llamaba a su alumno por el diminutivo familiar al encontrarlo paseando por la Dehesa.

Falleció tal día como hoy de 1992 y fue nombrado Hijo Predilecto de Soria, a título póstumo, según decisión de la corporación municipal de 11 de octubre de 2007.

Retrato del biografiado hacia 1980, colección particular.


sábado, 19 de diciembre de 2020

20/12/1563: El privilegio de los Miranda.

El 20 de diciembre de 1563 el rey de España Felipe II reiteró la confirmación del privilegio ya dado por sus predecesores de conceder al linaje soriano de los Miranda 1.000 maravedíes en concepto de juro en recuerdo del apoyo prestado por esta familia a sus predecesores.

Para conocer qué servicios prestaron los Miranda sorianos a la corona debemos retrotraernos casi doscientos años atrás, concretamente hasta 1375, cuando en la guerra civil fratricida entre Pedro I y Enrique II, el segundo pudo lograr vencer al primero con la ayuda del rey de Aragón Pedro IV “el Ceremonioso”. Tras la victoria de Enrique, Pedro IV quiso obtener lo prometido (Murcia, entonces en manos de Castilla) pero su antiguo socio y amigo se hacía el tonto. Pedro IV quiso cobrar su deuda y echó cuentas, pero tuvo que reconocer que por las malas llevaba las de perder ya que en ese tiempo Enrique tenía otros buenos socios que le apoyaban militarmente, así que se tuvo que tragar el sapo y reconocer que no le quedaba más remedio que poner buena cara y ofrecerle un tratado de amistad y cooperación. Aquel tratado se firmó en el desaparecido convento de Almazán, en 1372, y en él se acordaron devoluciones territoriales y de lo que hoy tratamos: del matrimonio entre la infanta aragonesa Leonor con el heredero del trono castellano, el infante Juan, así como otra segunda boda del heredero de la corona navarra, el Príncipe don Carlos, con otra hija de Enrique II, la infanta Leonor de Castilla.

No vamos a comentar sobre las arras, capitulaciones o de la dote que llevaba cada uno pues lo más destacado de aquel primer matrimonio fue que, aunque parezca increíble, la consecuencia de una negociación de estado pactada entre dos países fue una boda romántica en la que parece que entre los novios había algo tan raro en una pareja real como el amor, y es que por diversas circunstancias los dos se conocían desde que eran niños, habían pasado mucho tiempo juntos y ¡eso sí que toda es una novedad! parece que el rey nunca le fue infiel a su esposa. No pasó lo mismo con el matrimonio entre su hermana Leonor con el príncipe navarro Carlos donde hubo acusaciones de malos tratos y amenazas a la reina por parte de los nobles navarros, aunque al final del roce surgió el cariño y una larga descendencia.

El tratado de Almazán determinaba que aquellas bodas reales debían celebrarse en la ciudad de Soria, primero, el 27 de mayo de 1372, entre Carlos de Navarra y Leonor de Castilla, y después la de Juan de Castilla y Leonor de Aragón, y aunque probablemente fuesen las dos en el mismo lugar (hay quien dice que esta ceremonia fue en San Francisco), con seguridad sólo lo sabemos del segundo que se celebró en el palacio de los Miranda, hoy Colegio del Sagrado Corazón, y que por ese servicio el rey les concedió el privilegio del que hablábamos al principio.


Existen muy pocas imágenes del palacio de los Beteta, casi tantas como personas vivas lo conocieron por lo que en esa ocasión hemos decidido ofrecer este montaje colocando la imagen antigua de un archivo familiar en una fotografía moderna que nos sitúa el lugar original donde estuvo, en el hoy colegio del Sagrado Corazón.



viernes, 18 de diciembre de 2020

19/12/1777: La Sociedad Económica Numantina de Amigos del País de Soria.

En el siglo XVIII surgió entre la burguesía europea un movimiento intelectual que acabará influyendo en el pensamiento político, científico, filosófico y social: la Ilustración.

Algo demasiado complejo y con muchas implicaciones para tratar de resumirlo en un par de líneas, además de que en cada país tuvo sus propios elementos diferenciadores, pero sin equivocarnos mucho podríamos afirmar que los ilustrados españoles emprendieron o pretendieron hacerlo, una profunda renovación del país entonces todavía una potencia pero ya en franca decadencia. En esa época surgen, por ejemplo, las Reales Academias de la Lengua o de la Historia, el Real Gabinete de la Historia Natural, pero también otras iniciativas como las sociedades económicas de amigos del país, unas asociaciones de personalidades notables que en un ámbito geográfico concreto, pretendían difundir y aplicar esas ideas ilustradas para reformar el país desde las bases, es decir, desde el pueblo, y para eso emprendieron una serie de actividades formativas que pretendían instruir a los ciudadanos sin recursos para que fomentasen su propia economía individual, familiar y comunal.

En Soria, como casi todo, esta iniciativa tardó en llegar y no fue hasta 1777 cuando, con el visto bueno de las autoridades, la iniciativa salió adelante, si bien no fue hasta el día de hoy de ese año cuando el rey Carlos III firmó la real cédula que autoriza la fundación de la “Sociedad Económica Numantina de Amigos del País de Soria y su Provincia”.

Además de promover el desarrollo económico de Soria basado sobre todo en la industria textil, la Sociedad promovió campañas de vacunación en algunos pueblos, obras públicas, como el paseo del Mirón que proporcionaba asueto a los vecinos y jornales a los trabajadores que los necesitaban, dotó de fuentes públicas a las poblaciones, como las de los Leones en su emplazamiento original de la plaza Bernardo Robles, desarrolló la educación y la formación tratando de incorporar los nuevos avances técnicos agrícolas... Muchas de sus iniciativas se desarrollaron en el antiguo Colegio de Jesuitas (hoy instituto Antonio Machado) que el rey les concedió, pero también establecieron escuelas y talles de formación en los pueblos más grandes de la entonces provincia de Soria como Alfaro, Arnedo, Calahorra… Allá donde se asentaban trataban de erradicar la pobreza debida a la pereza, convirtiendo su lema “el ocioso para nadie es provechoso” en toda una declaración de intenciones.

La Sociedad contó con poco apoyo institucional y aun de las clases privilegiadas, por lo que no pudo desarrollarse tal y como se esperaba. Algunos emprendedores lo dieron todo pero la escasa respuesta de los beneficiarios y la Guerra de la Independencia dieron al traste con una iniciativa pionera y aún hoy escasamente reconocida.

Calle Económica en 2006, único reconocimiento público en Soria a esta Sociedad en la calle donde tuvo su sede. Imagen: Alberto Arribas Hernández.


jueves, 17 de diciembre de 2020

18/12/1500: El origen de los tajones de las fiestas de San Juan.

Los tajones son, eran, unas fincas de cultivo que existieron en la zona este del monte de Valonsadero junto al río Duero, formando parte de él pero ya cerca del barrio de las Casas, cuya explotación servía para financiar parte del gasto de las cuadrillas ocasionado por las fiestas de San Juan, otra parte del gasto la pagaba el mayordomo de su bolsillo y otra parte correspondía a los vecinos.

Como ya hemos comentado varias veces, la propiedad de Valonsadero era de todos y cada uno de los sorianos pero su gestión y explotación era compleja pues los Linajes pretendían controlarlo todo. A finales del siglo XV los caballeros de los Doce Linajes se negaron a que los vecinos pecheros del Común labrasen una parte de la dehesa ya que estos preferían dejarla para pastos, por lo que los pecheros acudieron a los tribunales que, el 18 de diciembre de 1500, dictaron sentencia a su favor si bien y por alguna razón, nos dice Máximo Diago Hernando en el artículo, “La participación de los pecheros en la vida política de las ciudades castellanas: el Común de los Pecheros de Soria entre los siglos XIV y XVII” (Celtiberia nº 98, 2.004, página 73), la ejecutoria no fue retirada por el Común hasta 1512.

Esta ejecutoria puede ser el origen de los tajones pues dice el investigador que a partir de entonces a cada cuadrilla se le asignó una finca o tajón en un sector de la dehesa de Valonsadero y que las cuadrillas solían cederlo en arriendo a algún labrador de la ciudad, generalmente casinos, que solían pagar en especie, si bien el término “tajón” no aparece documentado hasta algo más tarde, concretamente hasta 1536, fecha en la que según José Antonio Martín de Marco en: Diccionario de términos sanjuaneros. Glosario del vocabulario festivo (Soria 1.999, página 134), trataron de imponerse unas ordenanzas festivas en las que ya aparece ese término como fuente para financiar parte del gasto festivo.

Al cabo de los siglos los Linajes desaparecieron, el Común se transformó, y los tajones o la financiación de las fiestas cambiaron, pero la esencia de las fiestas de San Juan como celebración que surge de las asambleas vecinales de las cuadrillas y que los vecinos pagan parcialmente a escote, sigue manteniéndose, si no igual más o menos, pero hay que reconocer que sin la inevitable participación del Ayuntamiento de la ciudad las fiestas habrían desaparecido.

A tres kilómetros al norte de Las Casas aún persiste el topónimo “Tajones de la Vega”. Paraje de los tajones, al fondo La laguna y la Sierra de Urbión. Imagen de Esca - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0. Fuente: commons.wikimedia.org



miércoles, 16 de diciembre de 2020

17/12/1864: El principio del fin.

Aunque los orígenes de los Doce Linajes son tan legendarios que algún historiador clásico de Soria los sitúa en la Numancia que sitió Escipión (otros creemos que surgieron en el siglo XIV, pero eso lo dejamos para otra ocasión), su final sí que es bien conocido y casi hasta podríamos ponerle la fecha de hoy.

El 17 de diciembre de 1864 se fecha una sentencia del Tribunal Supremo que desestimaba el recurso de casación interpuesto por la Diputación de los Doce Linajes (entonces poco menos que una asociación privada), con lo que ya definitivamente la totalidad del monte Valonsadero pasó a propiedad única del Ayuntamiento de Soria. La sentencia además les condenaba en costas y a devolver todas las rentas percibidas por el monte desde que se emitió la sentencia previa el 18 de agosto de 1860.

En la práctica, esta sentencia contra la que ya no cabía recurso, dejó sin ingresos económicos a los Linajes que ya al año próximo certificó su desaparición al no tener ingresos propios, y tuvo que ceder sus bienes, entre ellos la que fue su casa palacio y que en un primer momento fue destinada a cuartel de la Milicia Nacional y escuela de párvulos. Sin embargo el viejo palacio de los Linajes tenía gran interés y valor para hacer frente a las indemnizaciones que debían abonar, por lo que dos años después los representantes legales de la extinta institución cedieron al Ayuntamiento el uso de la que había sido su casa palacio.

Aquella cesión no fue definitiva, ya lo hemos visto en alguna ocasión, pero fue el primer paso y quizá el más simbólico para que la institución asumiera más que su desaparición, su disolución dentro de todo el pueblo soriano del que siempre había formado parte.

La poderosa institución, que otrora había sido fuerte y orgullosa, y sus caballeros con sus arneses la envidia de Castilla, era ahora una institución formada por caballeros que en buena parte eran sencillos labriegos o ganaderos, humildes ministriles obligados a ganarse el pan con el sudor de su frente, que habían perdido la orgullosa memoria de sus antepasados los cuales habrían preferido morir antes que trabajar. Más por un romántico sentimiento de orgullo genético que por pragmatismo, unos pocos caballeros, con Lorenzo Aguirre al frente, seguían alentando la pervivencia de un estamento ya caduco en 1864, cuando la nobleza de la sangre valía menos que el dinero, y la incipiente burguesía soriana que les había sustituido, soñaba con un ferrocarril a Torralba en el Casino de los Artistas.


Rueda de los Linajes en la Diputación, postal Vistabella hacia 1973.

16/12/1886: Homenaje a Eusebio Millán Alonso.

Aunque actualmente parece que no hay en España más espectáculo de masas que el fútbol, hubo un tiempo en el que el público en general se interesaba por otros eventos como los toros, o por deportes como el ciclismo, el boxeo o el baloncesto que en los años 80 del siglo pasado alcanzó (esto es una percepción personal) su apogeo en España cuando había ligas provinciales de varias categorías, se practicaba en los colegios, había retransmisiones por la televisión y los principales jugadores (Fernando Martín, Romay, Epi, Biriukov, Bravender…) eran casi igual de famosos que los futbolistas de primera división. En ese ambiente tan proclive muchos sorianos no enteramos que el primero que lo introdujo en España fue un sacerdote soriano de La Quiñonería.

Fue el 16 de diciembre de 1886 cuando en La Quiñonería nació Eusebio Millán Alonso, hijo de la típica familia de labradores del pueblo que siendo él un niño se vio obligada a emigrar para buscar una vida mejor. Sus padres eligieron la Barcelona de finales del siglo XIX, una ciudad abierta al mundo, cosmopolita, industrial y obrera, en la que toda mano de obra era bienvenida. Eusebio estudió en la Escuela Pía de Sant Antoni. En septiembre de 1901 ingreso en el noviciado de Moia de la misma orden, y acabó siendo ordenado sacerdote escolapio en 1910. Al año siguiente su orden le envió a Cuba donde permaneció hasta 1921, cuando regresó a Barcelona como profesor de colegio en una Escuela Pía.  Eusebio, además de enseñar a sus alumnos Geografía e Historia, les encaminó a jugar un deporte de equipos que había conocido en América y que consistía en introducir una pelota naranja por un aro. Al principio no tuvo éxito, pues el fútbol acaparaba todos los recreos, pero, poco a poco y por pura cabezonería del sacerdote, llegó a pactar con sus alumnos una alternancia en los días para jugar a cada cosa. Así los niños comenzaron a practicar y aficionarse a ese nuevo deporte.

En 1922, Eusebio fundó el primer club español de baloncesto, el Layetano Básquet Club, formado por sus alumnos del colegio Sant Antoni. Pronto este deporte fue extendiéndose y surgieron otros equipos en varias categorías y en otras poblaciones catalanas cercanas a Barcelona con las que, en 1922, se celebró ya el primer Campeonato de Cataluña convocado por el propio padre Eusebio. De ahí el camino fue cuesta abajo pues comenzaron a surgir equipos en todo el país, muchos vinculados a los escolapios y a otras escuelas católicas, y se fundó la Federación Española de Baloncesto.

Durante la Guerra Civil el padre Eusebio fue detenido en Barcelona, y pronto puesto en libertad por las influencias de sus antiguos alumnos y de la federación catalana de baloncesto. Acabada la guerra, el nuevo régimen promocionó la actividad física y el deporte, ya sin la intervención directa del padre Eusebio que alternaba la docencia con el cuidado a sus padres.

Su salud empezó pronto a decaer y se retiró a la casa escolapia de Alella (Barcelona), donde falleció en 1956. Pronto surgieron los homenajes: en el Colegio de Sant Antoni de Barcelona donde había jugado el primer partido de baloncesto; en su pueblo natal, especialmente en 1986 cuando se inauguró su casa museo; durante la Olimpiada de Barcelona en1992; e incluso en Soria capital donde el sacerdote da nombre al polideportivo del colegio de los escolapios.

Retrato de Eusebio Millán Alonso hacia 1950.
Fuente: 
www.appcbjaa.es


lunes, 14 de diciembre de 2020

15/12/1976: Soria tiene ganas de Libertad.

El 15 de diciembre se celebró un referéndum para que los españoles ratificasen la Ley para la Reforma Política que básicamente proponía a los ciudadanos si querían o no la democracia.

Un referéndum para el que las izquierdas (Socialistas agrupados en el PSOE y en otros partidos ya desaparecidos, comunistas de varias tendencias, sindicalistas), junto con algunas fuerzas de la derecha (Falange Española Auténtica, Partido Carlista,…) pedían la abstención, pues los primeros no confiaban en que se aceptase un resultado positivo, y los segundos porque aspiraban a oros caminos políticos. Los franquistas (Falange Española de las JONS, Fuerza Nueva, Federación de Excombatientes…) pedían un no rotundo, y las derechas moderadas (Alianza Popular, Partido Agrario, La Unión Democrática Cristiana…), alguna escisión del PSOE como el Partido Socialista Democrático Español, y sobre todo el Gobierno con Adolfo Suárez al frente, se atrevían a pedir un sí incondicional con una machacona campaña publicitaria que aún hoy es motivo de estudio. Seguro que muchos aún os acordáis del pegadizo eslogan: “Habla pueblo, habla”, del que hasta cintas de cassette se regalaban en el mercadillo de la plaza del Vergel.

Había ganas de democracia y en Soria, donde el censo era de 73.714 votantes, votó el 82% de los electores, de los cuales votaron a favor 57.771, en contra 1.131, hubo 139 nulos, 2.069 blancos y la abstención fue de 12.664. A nivel nacional la situación fue parecida y la participación electoral llegó al 77,4% de los que el 94,2% de los votantes votó a favor.

Este resultado permitió aprobar la ley, el 4 de enero de 1977, y fue el principio de nuestro sistema político con sus miserias y sus grandezas, posiblemente mejorable, pero hoy por hoy el único que tenemos.

Carteles de la campaña institucional.


domingo, 13 de diciembre de 2020

14/10/1563: Clausura del concilio de Trento con Diego Laynez como una de las figuras más destacadas.

El 14 de diciembre de 1563 y tras diecinueve años de celebración intermitente, en Bolonia tuvo lugar la sesión de clausura del Concilio de Trento.

Una especie de congreso de teólogos católicos que rurgió para dar respuesta a la reforma protestante, aclarar algunos conceptos doctrinales que planteaban dudas, definir dogmas y adoptar unos acuerdos organizativos internos sobre cuestiones como el celibato sacerdotal obligatorio, la administración de los sacramentos, la formación del clero en seminarios… Para algunos teólogos e historiadores, Trento fue el comienzo de la nueva era en la Iglesia católica, para otros fue el comienzo del integrismo católico, pero de lo que no cabe duda es que las consecuencias de aquel concilio tuvieron y tienen todavía consecuencias buenas, malas o regulares para toda la Humanidad, ya seamos creyentes, gentiles, ateos o todo lo contrario.

Pues bien, uno de los personajes más destacados de aquel concilio fue el jesuita adnamantino Diego Laínez, o Laynez que de las dos formas se ve escrito, cuyas aportaciones se hicieron tan fundamentales que, si el de Almazán estaba indispuesto y no podía acudir a las sesiones, ese día el concilio se suspendía, haciéndose famoso el latinejo “Hodie sessio suspendatur quia Lainez infirmatur” (Hoy se suspende la sesión por Laínez está débil”)

Diego Laínez Gómez de León (Almazán, 15/04/1512 - Roma, 19/01/1565), ha sido sin duda alguna el personaje de mayor trascendencia histórica de los nacidos en la villa soriana. De origen judeoconverso, estudió Gramática en Soria y después en Sigüenza, Filosofía en la Universidad de Alcalá y Teología en la de París donde conoció a Ignacio de Loyola de quien fue amigo, compañero y biógrafo. Ordenado sacerdote en 1537, sus conocimientos de Teología hicieron que el papa Pablo III le encomendase formar parte de sus embajadores en el Concilio de Trento y, a partir de 1556, sucedió a San Ignacio de Loyola como General de la Compañía de Jesús, destacando en su mandato por la gran extensión de su centros educativos en muchos países. Como recordábamos hace unos meses, sin ser cardenal ni formar parte del cónclave, llegó a ser propuesto como candidato a papa.

Unos años después y estando en Roma, su delicada salud, las penalidades con las que se afligía, y los grandes sacrificios a los que se obligaba para cumplir con sus objetivos le pasaron factura y falleció en 1565.

Escultura de Diego Lainez en la fachada principal de la Diputación Provincial de Soria.


sábado, 12 de diciembre de 2020

13/12/1849: Fallecimiento de un ilustre visontino.

Hoy, en el día de su fallecimiento, recordaremos a Francisco Martínez Larrad.

Visontino nacido a finales del siglo XVIII que, como muchos otros sorianos, emigró a Cádiz para dedicarse a negocios de venta de prendas de confección y también, como muchos, trabajando duro y que, gracias a algunas inversiones, hizo una fortuna que le permitió vivir desahogadamente. Fue propietario de varios comercios, un molino, casas en Cádiz y, en El Puerto de Santa María, fundó al menos dos compañías, participó en empresas mineras y ferroviarias, y fue elegido senador por esa provincia en 1841.

En su testamento legó dos casas de Jerez de la Frontera a favor de la escuela de niños de su pueblo natal; otras dos casas en Cádiz para las niñas; un legado de 200.000 reales; otro legado de cuatro prados y 1.200.000 reales en favor del hospitalillo visontino.

La investigadora Ana Calonge García, en el artículo Aproximación a las fundaciones benéfico-docentes existentes en Soria en la primera mitad del siglo XX (Revista de Soria 2ª época nº 80, primavera 2013, página 97, recuerda que en 1935 sus agradecidos vecinos decidieron darle su nombre a la plaza Mayor de Vinuesa que hoy recibe el nombre del emérito monarca Juan Carlos I.

Plaza Mayor de Vinuesa hacia 1969.
Postal de ediciones Vistabella, colección particular.


viernes, 11 de diciembre de 2020

12/12/1966: Don Eloy Sanz Villa (1880-1966).

Hace cincuenta y cuatro años falleció en Soria Eloy Sanz Villa, un médico oculista que tuvo que ejercer de alcalde.

Su nombre nos suena mucho pues es a quien se le dedicó una céntrica calle, no sabemos si por sus méritos como político, profesionales o por ser buena persona pues sorianos que le conocieron y trataron le recuerdan con cariño por su trato amable, por su facilidad para empatizar con los problemas ajenos, e incluso por prestar sus servicios profesionales a los más necesitados sin cobrarles, llegando a pagar de su bolsillo las medicinas.

Don Eloy nació en Fompedraza (Valladolid) en 1880 pero se trasladó a Soria en 1916 para trabajar como médico especialista en oftalmología. De formación tradicional y tendencia conservadora, no parece que militase pero sí que era simpatizante del movimiento carlista por lo que alguien se fijó en él y tras el golpe de Primo de Rivera el 13 de septiembre de 1923, se cesó por la fuerza al alcalde de Soria, Mariano Vicén Cuartero, y se puso en su lugar a este oculista que ejerció durante seis años y que, pese a las malas formas de su nombramiento, pasa por ser uno de los mejores que haya tenido la ciudad en el siglo XX pues introdujo importantes mejoras en la capital como el suministro de aguas limpias, evacuación de las sucias, eliminación de basuras, iluminación nocturna y pavimentado de las calles. Algunos sorianos han llegado a decir que fue el auténtico responsable de que Soria pasase del siglo XIX al XX.

Pese a su buen papel no era un político profesional pues entendía la alcaldía como un servicio a los demás y, en 1929, cuando le pusieron pegas para llevar a cabo sus proyectos prefirió dimitir, abandonar la política y dedicarse a su carrera de oftalmólogo.

Años después y durante la dictadura franquista, don Eloy volvió a ejercer algún tiempo como primer teniente de alcalde y diputado provincial, cargos que acató, probablemente sin gana y condicionados a poder seguir desarrollando su carrera como médico.

Tras toda una vida en Soria don Eloy falleció el 12 de diciembre de 1966 a los 86 años de edad con el reconocimiento de sus paisanos.

Eloy Sanz Villa hacia 1925 con traje de gala y atributos del alcalde: fajín, bastón y medalla.
Archivo de Eduardo Moreno.


jueves, 10 de diciembre de 2020

11/12/1916: Fallece un gran hombre.

Hoy es uno de esos días que sobran efemérides y asuntos que recordar pero como fue una figura clave de su época y su papel sigue siendo meritorio y digno de recordarse, hoy no tenemos más remedio que dedicar esta sección a rememorar que hace ciento cuatro años falleció don Ramón Benito Aceña.

Un personaje a quien se le recuerda todavía por las muchas cosas buenas que hizo pero especialmente para esa asociación por su empeño en reivindicar el nombre y la grandeza de Numancia, y sobre todo por ser mecenas, donante y fundador del Museo Numantino.

En una época en la que la Cultura era considerado algo así como una curiosidad prescindible o una extravagancia propia de señoritos, los sorianos lo teníamos bastante mal para disponer de un museo provincial, y eso que, desde la desamortización de 1835, se había dispuesto que cada capital de provincia tuviera uno para evitar que las obras de arte expropiadas se perdieran, pero poco caso se hizo.

A finales del siglo XIX y comienzos del XX, la Comisión de Monumentos de Soria custodiaba una ingente cantidad de objetos de procedentes de excavaciones arqueológicas de toda la provincia y, en 1904, solicitaron al Ayuntamiento de Soria o a la Diputación que les cediese un local para almacenar y exponer esos objetos. Tras diez años de trámites, gestiones y diligencias, un decreto de julio de 1913 disponía la creación del “Museo Provincial Arqueológico y de Bellas Artes de Soria”, un rimbombante nombre para designar a un salón de la planta baja de la Diputación que enseguida se quedó pequeño.

Casi a la par de generarse ese proceso, las excavaciones arqueológicas realizadas en Numancia estaban sacando a la luz una enorme cantidad de restos conforme a la costumbre casi enfermiza de la época de desenterrar cuantos más objetos mejor, lo que hizo que la caseta habilitada para guardar los enseres descubiertos enseguida se quedara pequeña. El alcalde de Garray cedió un cuarto, pero pronto ocurrió lo mismo. El senador Ramón Benito Aceña, admirador de las glorias numantinas y buen conocedor de la burocracia de su época, sabía que ese material debía estar en un museo donde se exhibiera no donde se almacenara, pero también era consciente de que cualquier intento de proyecto público se extendería durante varios lustros por lo que tomó la decisión de patrocinar la construcción de un museo digno.

Con la colaboración del Ayuntamiento de Soria que cedió un terreno del paseo del Espolón valorado en unas 21.000 pesetas, (algo más de 126 euros), Benito Aceña construyó un edificio que tuvo un coste de unas 100.000 pesetas, (600 euros, recordemos que esos días y por trabajar de sol a sol un segador ganaba 1,75 pesetas más la comida). Pocos meses antes de morir Ramón Benito Aceña hizo entrega al Estado de su museo, una obra que no llegó a ver inaugurada pero que fue y sigue siendo motivo de orgullo y reconocimiento a la figura de este gran hombre.

Retrato de Ramón Benito Aceña, obra de Maximino Peña
perteneciente a los fondos pictóricos del Museo Numantino.


miércoles, 9 de diciembre de 2020

10/12/1964: Soria como decorado de cine

Aunque la película del Dr. Zhivago haya sido la más importante rodada en la provincia de Soria no fue la única pues, ese mismo de 1964, un grande del cine, como Orson Welles.

También vino a Soria a rodar la que él calificó como su mejor película, Campanadas a media noche, un drama shakesperiano ambientado en la Edad Media, que encontró en la provincia algunos escenarios ideales como Calatañazor, convertido en un poblado medieval sin apenas necesidad de trabajos de ambientación, ya que estos consistieron en retirar los cables de la luz que cruzaban las calles y poco más.

Allí estuvieron rodando durante un mes para trasladarse después a Santa María de Huerta, donde filmaron algunas escenas en el monasterio, concretamente en la sala del refectorio. Posteriormente, el 10 de diciembre, rodaron en Soria capital, frente a la fachada de Santo Domingo, la escena nocturna de un funeral, y de ahí a Barriomartín, en un paraje junto al puerto de Piqueras que aparece en las primeras escenas de la película.

Durante su estancia en Soria Orson Welles se alojó en el Hotel Comercio y fue un asiduo visitante de los bares, cafeterías y restaurantes de la ciudad. Los sorianos de la época aún le recuerdan por su enorme corpulencia y por sus pantagruélicos festines de los que nos han hecho comentarios que nos resistimos a reproducir por parecer bastante exagerados, pero si alguien que lo sepa quiere comentar algo se lo agradeceríamos.

Captura de un fotograma de la escena citada delante de Santo Domingo.


martes, 8 de diciembre de 2020

09/12/1966: El Ayuntamiento decide construir un nuevo mercado de abastos.

El mercado de abastos de Soria siempre ha sido un tema que ha dado muchos quebraderos de cabeza a nuestras autoridades municipales. Primero por los muchos problemas que hubo para buscarle ubicación, después por la financiación y los defectos que presentaba la propia obra, y finalmente porque enseguida, prácticamente desde su inauguración, se quedó pequeño. Para solucionar este último problema, que surgió casi desde su inauguración, se recurrió, como casi siempre, a la chapuza y el apaño adosándole por el exterior nuevos puestos, excavando un espacio para cámaras, instalando un nuevo piso o buscando alternativas en locales cercanos, resultando al final una estructura práctica pero que poco tenía que ver con la interesante estructura original de hierro.

Los años de oro de este gran mercado fueron las décadas de los sesenta y de los setenta cuando el aumento poblacional y la ausencia de grandes superficies convirtieron a “la Plaza” en un hervidero de personas, que no era capaz de dar servicio a todos los compradores y vendedores, por lo que se planteó seriamente construir un nuevo mercado en el mismo lugar. Siendo concejal delegado de abastecimientos Pablo López Vera, el 9 de diciembre de 1966, el Ayuntamiento de Soria acordó derribar el edificio del mercado de abastos de Bernardo Robles para construir en el mismo emplazamiento uno nuevo mucho más grande con nueve plantas y sótanos donde instalar las cámaras frigoríficas, generando un espacio comercial de más de una hectárea, más que algunos centros comerciales.

Finalmente, y por problemas que no hemos podido concretar, se decidió dejarlo en pie y construir otros mercados de abastos en la calle las Balsas y en las Pedrizas, aunque finalmente ningún proyecto se llevó a cabo y el derribo de aquel mercado y construcción de uno nuevo se hizo ya en pleno siglo XXI, y con un estilo arquitectónico que nada tiene que ver con el entorno que le rodea.

Dibujo del proyecto de construcción del nuevo mercado no llevado a cabo.
Colección particular.


lunes, 7 de diciembre de 2020

08/12/1953: Bendición de la nueva imagen de la Virgen del Espino.

En su día ya hablamos del incidente ocurrido en febrero de 1952 cuando un incendio destruyó el retablo mayor de la soriana iglesia de Nuestra Señora del Espino quemándose también la imagen titular del templo, una imagen a la que la ciudad le tenía una gran devoción ya que era la patrona de la ciudad desde 1690.

Una de las leyendas que explicaban el origen de la imagen afirmaba que era anterior a la conquista musulmana aunque el análisis estilístico estima que aquella talla sería de finales del siglo XIV o principios del XV. Era una imagen "morena" que representaba a la Virgen sedente con el Niño sobre su pierna izquierda y una bola en la derecha.

Tras el incendio se decidió retirar lo que quedaba del retablo, una importantísima pieza barroca realizada por el artista Antonio Tagle, porque estaba muy deteriorado, y se decidió dejar exenta la capilla mayor para que se viese la piedra. La imagen se carbonizó y no pudo ser restaurada, y ante esta situación, con 19.000 pesetas (unos 115 euros) donadas por los fieles sorianos, se encargó otra imagen al escultor Félix Frutos. El que fue párroco de la iglesia, don Teógenes (que era su nombre real por mucho que algunos se empeñaban en llamarle a sus espaldas “don Tejódenes”), afirmaba que la imagen actual está hueca y que en su interior guarda cenizas de la original.

Finalmente, el 8 de diciembre de 1953 y tras una procesión por las principales calles de la ciudad, se procedió a la bendición y colocación de la nueva imagen en el camarín de la iglesia de El Espino donde persiste.

Estampa-recordatorio de la bendición de la imagen de la Virgen del Espino, colección particular.


domingo, 6 de diciembre de 2020

07/12/1936: Sobre el origen de la cascada de La Toba.

Una de las muchas posibilidades que se plantearon nuestros padres o abuelos para asegurar el adecuado suministro de agua a la capital fue traerla desde los acuíferos del pico Frentes, por lo que se realizaron varios sondeos que aunque no dieron el resultado deseado provocaron otro inesperado resultado pero de gran interés.

A finales de 1936, una brigada de bomberos municipales de Soria dirigidos por el ingeniero Clemente Sáenz procedió a realizar una serie de sondeos de perforación en la ladera sur de la Sierra de Cabrejas, en propiedades de la familia Caravantes que autorizó estos trabajos. El 7 de diciembre, tras un verano y un otoño muy secos, realizaron un sondeo bajo el pico Frentes por encima de la cueva de la Toba y de resultas de aquella perforación surgió un caudalillo de agua que corrió hasta caer por un precipicio, agua sí, pero en cantidad insuficiente para asegurar el suministro a la ciudad. Se hicieron varios intentos infructuosos lo que unido a la situación del país y a que el invierno siguiente nevó y llovió tanto que provocó una gran crecida que arrasó la obra, hicieron que el proyecto de traídas de aguas de La Toba se desestimase.

Sin embargo aquellos trabajos no resultaron del todo inútiles pues de aquella corriente de carácter irregular surgió la cascada de la Toba que ha llegado a convertirse en la principal atracción turística de Fuentetoba, especialmente en época de lluvia cuando algunos días hay casi que hace cola para contemplarla.

Cascada de la Toba en febrero de 2015. Autor Alberto Arribas.


sábado, 5 de diciembre de 2020

06/12/1853: Aprobación del reglamento de accionistas de la plaza de toros de la capital.

Como ya nos hemos referido en alguna ocasión, hasta mediados del siglo XIX cada vez que se celebraba un festejo taurino en la ciudad con motivo de fiestas locales, celebraciones, coronaciones de monarcas o motivos semejantes, había que montar y desmontar una estructura de madera que permitiera desarrollar el festejo con seguridad, y ese trámite costaba un dinero perdido en personal y material, por lo que en 1850 se decidió construir una plaza de toros estable en el antiguo emplazamiento de la iglesia y monasterio de frailes benitos que se había arruinado al final de la Guerra de la Independencia.

¿El problema? El mismo de siempre, la financiación, pues el Ayuntamiento no tenía los cuarenta mil reales en los que se había presupuestado la obra, así que, tras estudiar las diferentes propuestas, en el día de hoy el alcalde Francisco Redondo dio el visto bueno a la idea de construir una plaza de toros en un solar de propiedad municipal cuya obra sería financiada a través de una sociedad con un capital de cuarenta mil reales y formada por cuatrocientos accionistas que ganarían un cincuenta por ciento de lo invertido. Los beneficios de las corridas serían para los accionistas, a excepción de los actos taurinos de los sanjuanes que tenían carácter gratuito.

Visto con la mentalidad actual, la solución puede parecernos un tanto irregular pero en aquella época soluciones de este tipo, sorteos, rifas de un cordero o corridas de toros para financiar proyectos públicos eran organizados frecuentemente por el Ayuntamiento de la capital para sufragar algunas obras públicas.

Postal de la plaza de toros de Soria en 1903.
Fotografía de la Viuda de Casado e Hijo, edición de V. Sobrino.