La situación económica en la ciudad de
Soria de esos años era mala o muy mala. A varias epidemias consecutivas de
peste le siguieron plagas y malas cosechas que hicieron que algunas personas
murieran de hambre.
Ante esta situación
el concejo de la ciudad se reunió tal día como hoy para debatir la conveniencia o no de celebrar festejos taurinos en San Saturio. Las
deliberaciones debieron ser difíciles pues cuatro días después volvió a
tratarse sobre este asunto pero finalmente por seis votos a cinco se acordó que
hubiese toros y que los pusiera Juan de Santa Ana, arrendador de la nevera del
Pozo de la Puente y propietario de la ganadería de Valonsadero. El interesado
acordó ofrecer cuatro toros del lugar elegido por el Ayuntamiento, y otros dos
de su propia ganadería, comentario que parece hacernos pensar que su ganado no
sería de gran calidad taurina y quizá más bien fuese criado para carne.
Aunque no
tenemos la seguridad plena de que se trate del mismo, la cercanía al puente y
la ausencia de otros pozos neveros en las inmediaciones nos hace pensar que el
de la imagen y que persiste parcialmente mutilado, sea el referenciado en el
texto.
Vista general de Soria desde el Monte de las Ánimas. Fotografía postal de Pío Mariano González Molina, edición de Las Heras, fecha estimada hacia 1920. |
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