sábado, 17 de septiembre de 2016

17/09/1315 ~ La primera referencia escrita de Jubera es un documento de la venta del municipio al obispo de Sigüenza.

El 17 de septiembre de 1315 doña Magdalena Fernández vendió al obispo seguntino don Simón el castillo, términos, ríos, molinos, viñas y aldea de Xuera (Jubera) por ocho mil maravedíes pues el obispo quería que sus fieles de la comarca tuvieran un castillo donde recogerse en caso de guerra. El documento de compraventa añade detalles como que por aquel entonces en Jubera no vivían más que moros y algún judío.

Esta pasa por ser la primera referencia escrita de Jubera aunque parece que el poblado al que hacía referencia no era el actual sino el que existió junto al castillo arruinado que hay en las inmediaciones del pueblo.

Jubera es uno de los pueblos más desconocidos por los sorianos en general. Situado en la vega del río Jalón entre Arcos y Medinaceli el poblado se sitúa junto a la antigua carretera nacional II y las vías del ferrocarril, muy cerca de la antigua calzada romana.

El topónimo se ha relacionado con el latín iugarius (a su vez de iugum), yugo, aunque cada vez cobra más fuerza la hipótesis que lo relaciona con una antigua población íbera documentada en la cuenca del Ebro y llamada Ubeda, y que luego quedó arabizada en Jubera. Aquel primitivo núcleo de población situado junto al castillo iría extendiéndose hasta el río y parece haber estado formado exclusivamente por moriscos y judíos hasta finales del siglo XV pero como un barrio dependiente de la población que habitaba el Castillo pues no fue hasta los últimos años del siglo XVIII cuando el obispo de Sigüenza se propuso dar entidad de poblado al conjunto de casas que había surgido junto al Camino Real donde ya existía una ermita dedicada a los Santos Mártires y solicitó construir un mesón que aliviase las necesidades de los viajeros y la miseria de los habitantes del entorno. El obispo pagó la construcción de veinticuatro casas, todas iguales y nobles, el mesón, dotó a la ermita de espadaña confiriéndole además la categoría de parroquia, dio tierras a sus habitantes y nombró un alcalde.

Hoy Jubera es un pueblecito casi abandonado como todos los de la provincia pero su excepcional situación geográfica lo está convirtiendo en destino de fin de semana para muchas familias madrileñas y zaragozanas que mantienen sus casas buen estado.

Pese a la distancia desde la capital, el paisaje, la arquitectura y la historia de Jubera merece la pena ser conocido y visitado, lo que puede ser una buena alternativa para un fin de semana.


Iglesia de los Santos Mártires en Jubera (Soria).

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