domingo, 31 de mayo de 2020

31/05/1954: La plaza de toros del Mirón.

La plaza de toros de Soria se había inaugurado casi un siglo antes pero, a mediados del siglo XX, quedaba claro que su aforo resultaba muy escaso, especialmente durante el desarrollo de los festejos de las fiestas de San Juan cuando acudían aficionados de toda la provincia, por lo que continuamente se estaban haciendo obras y ampliaciones.


      Precisamente a finales de mayo de 1954 se estaban realizando unas obras y en estado muy avanzado, cuando Manuel Cruz Manrique presentó el proyecto de construir una nueva plaza de toros con una capacidad de quince mil localidades (la ciudad entonces no tendría más de diecisiete mil) con un coste de unos diez millones de pesetas (sesenta mil euros), y no habría que derribar la de San Benito pues la nueva se construiría en el paraje “Los Colmenares”, entre el Mirón y el Hospicio. La Peña Taurina Soriana, que se acaba de crear, estuvo de acuerdo y también el Ayuntamiento de Soria que llegó a encargar el proyecto a los arquitectos Guillermo Cabrerizo y Juan Fernández-Yáñez y Ozores, a quienes pagó 44.694 pesetas (casi trescientos euros), y otras 10.000 (sesenta euros) por una maqueta que se expuso en un céntrico comercio de la capital.
     De aquello nunca más se volvió a hablar y, como tantos proyectos aprobados de nuestra ciudad, sigue durmiendo eternamente el sueño de los justos esperando, o más bien no, que alguien lo resucite. ¿Os imagináis una Saca por la carretera de Logroño? Nuestros padres y abuelos sí.

Proyecto de la plaza de toros en la ladera del Mirón (1954).
Imagen tomada del libro de Carmelo Pérez Fernández de Velasco “Los toros en Soria: de Pozo Albar a San Benito (1533-2000)”, obra ganadora del IIº Certamen del Investigación Taurina "Licenciado Rompelanzas" de la Peña Taurina Soriana y editada por la misma peña, Soria 20.

sábado, 30 de mayo de 2020

30/05/1108: Las consecuencias de la batalla de Uclés para Soria.


A finales de mayo de 1108 las tropas del rey de Castilla y León Alfonso VI “el Bravo” se enfrentaron en Uclés (Cuenca) a los almorávides de Ali Ibn Yusuf. Los primeros fueron derrotados y herido el heredero al trono, el infante Sancho, que murió tal día como hoy de 1108.


     Además del problema militar y político que le supuso la derrota, la muerte del único hijo varón del rey ocasionó un gran problema complejo sucesorio pues Alfonso, ya anciano, tenía varios bastardos, algunas hijas, yernos y un nieto varón, pero ninguna solución sucesoria tenía la unanimidad de sus cortesanos. Finalmente, sin más apoyos que el del alto clero castellano, y ni siquiera el de la propia interesada, adoptó la decisión que le pareció menos mala, la de nombrar sucesora de la corona a su hija Urraca, una joven viuda que ya tenía un hijo y que, como todas las mujeres de la época, no había sido educada para reinar. Además, como para machistas los de antes, era impensable que una mujer pudiera encargarse ella sola de gobernar un reino por lo que su padre pensó que habría que casarla con otro monarca, resultando elegido el rey aragonés Alfonso I de Aragón y Pamplona “El Batallador”.
     Alfonso de Aragón era un antiguo enemigo y medio primo de Urraca, pero se prestó a ello. Guerrero formidable, de carácter hosco y taciturno, era extremadamente religioso y algunos incluso lo han descrito como homosexual, pero ser monarca de Aragón y convertirse además en rey consorte de Galicia, León y Castilla, era una oportunidad que no podía rechazar por lo que aceptó el matrimonio con Urraca aunque parece que no lo llegaron ni a consumar.
     Los problemas del matrimonio surgieron casi de inmediato pero, tratándose de reyes, más que una bronca de pareja sus problemas transcendieron a los dos reinos pues él se creyó con derecho a gobernar en nombre de su esposa, y las desavenencias terminaron en una compleja guerra entre Alfonso con Urraca, ella con su hijo, y todos contra la nobleza y clero castellano que no se ponían de acuerdo a quién apoyar.
     En esta situación la provincia de Soria adquirió un gran interés estratégico y militar pues de hecho se convirtió en la puerta de Castilla desde Aragón, y el Batallador con sus hombres aragoneses y navarros se dedicó a poblar o repoblar algunas núcleos ya existentes, o a fundar "ex novo" algunos nuevos. En ese contexto, en 1119, surgió Soria capital cuando, sin poder determinar si ya existía un pequeño poblado o si la fundó desde el principio, el rey de Aragón, Alfonso I, decidió repoblar la hoy capital con personas procedentes de Castilla, Navarra y Aragón, ofreciéndoles a cambio ventajas y prerrogativas que hicieran ventajoso ese asentamiento.
     Una reflexión tan estúpida como ucrónica. Si el infante Sancho no hubiera muerto en Uclés, ¿existiría Soria tal y cómo la conocemos?

Estatua de Alfonso I de Aragón en Zaragoza.
Autor foto: anónimo. Fuente: wikipedia.

viernes, 29 de mayo de 2020

29/05/1529: Creación del Marquesado de Berlanga.


Cuatro años antes las tropas germano-españolas de Carlos V se habían enfrentado en Pavía (Italia) con las francesas del rey Francisco I y contra todo pronóstico, pues lo franceses eran muy superiores, fueron derrotados y el propio rey tomado prisionero, si bien finalmente el Tratado de Madrid (1526) le dejó en libertad a cambio de que sus dos hijos -el delfín o heredero al trono Francisco, que entonces contaba con 8 años de edad, y Enrique, el segundogénito que al final acabó reinando y que tenía entonces 7 años-, fueran enviados a España como garantía del cumplimiento del tratado.


     Aquellos rehenes no eran sino prisioneros de muy alta cuna por lo que el emperador decidió mantenerles en una jaula de oro, encomendando su cuidado y educación al VIIº Señor de Berlanga don Juan Fernández de Velasco y Tovar -segundo hijo de Íñigo Fernández de Velasco y María de Tovar- que debió cumplir muy bien el encargo cobijándolos y reteniéndolos en un palacio de Berlanga pues, unas semanas antes de liberarlos el 29 de mayo de 1529, Carlos V le concedió el título de Marqués de Berlanga.
     Este don Juan continuará la labor comenzada por sus padres de ennoblecer la villa berlanguesa con las obras del palacio y la colegiata, pero detuvo (Domingo Gamarra o. c. página 19) las obras de reconstrucción del Castillo y, junto con su esposa doña Juana Enríquez, incorporaron nuevas obras como el hospital de San Antonio o la fundación del convento de Concepcionistas.

Castillo de Berlanga de Duero desde el jardín del CEINCE, en una visita organizada en 2017 por la Asociación de Amigos del Museo Numantino. Foto Alberto Arribas.


jueves, 28 de mayo de 2020

28/05/1980: Toma de posturas frente a la Variante Sur.


En pleno debate de la Variante Sur, que sobre todo tenía lugar en Madrid y en la prensa nacional, la ciudadanía soriana no acababa de tomar partido claro pues todos los vecinos eran conscientes de la necesidad de esa infraestructura y, algunos elementos cercanos a la UCD se habían encargado de filtrar, que las únicas posibilidades eran o variante Sur o nada, por lo que ante esta tesitura muchos sorianos preferían “sacrificar” el paseo de San Saturio y disponer de una circunvalación. El pleno municipal votó a favor, los sindicatos, el PSOE, la FOES… todos estaban a favor de esta Variante Sur, antes que nada.


     En este contexto el diputado socialista por Soria, Manuel Núñez Encabo, se decantó claramente en contra del proyecto en el artículo “Mil puentes para el Duero”, publicado en El País el 28 de mayo de 1980 y en el que justificaba la pasividad de los sorianos de la época: “En Soria solamente en el pasado año se han cerrado más de veinte escuelas rurales, clausurado vías férreas, se ha aprobado un mapa sanitario que disminuye los servicios médicos rurales... Soria es la única provincia que aún no posee hospital de la Seguridad Social; sin embargo, poseemos la cárcel más peligrosa de España y, a mayor abundamiento, ahora nos quieren colocar un centro de experimentación nuclear, que supone también la instalación nuclear más peligrosa de todo el Estado. Que nadie se escandalice, pues, de qué, si no nos dan otra alternativa, antes que nuestro arte y nuestra historia escojamos el esperado desarrollo, sin el cual esta provincia desaparecerá sin remedio en un plazo muy breve”, un artículo cuyo fondo tiene hoy la misma validez que hace cuarenta años.
     El cambio de opinión del PSOE en ese asunto y las adhesiones cada vez más frecuentes al proyecto, lograron que el diseño con la variante Sur dejase de ser algo marginal y que se discutiera sobre todo en Madrid y en la prensa, y pasase a ser un auténtico problema de índole local.

Anverso de un postal dibujada por Mingote en 1980 en contra del proyecto de variante Sur.


miércoles, 27 de mayo de 2020

27/05/1969: El polideportivo de la Juventud.


Aunque ya llevaba tiempo hablándose de ello, hacia 1967 la ciudad de Soria comenzó a considerar urgente la necesidad de disponer de un nuevo espacio deportivo ya que el estado del campo de deportes del San Andrés era pésimo. La Delegación Provincial de Juventudes lanzó el reto al Ayuntamiento que asumió el proyecto y comenzó a idear la construcción de un nuevo pabellón polideportivo en unos terrenos propiedad de la Diputación en las inmediaciones del Mirón y del hospital, pero ambas instituciones no se pusieron de acuerdo y el consistorio soriano recurrió a unos solares de su propiedad que tenían en la antigua huerta de San Francisco. En principio se había proyectado construir allí un parador de turismo pero éste al final se construyó en el Castillo por lo que aquellos terrenos inmediatos a la Dehesa fueron cedidos para estas instalaciones de uso público. La obra fue presupuestada en catorce millones de pesetas (algo más de 84.000 euros) aunque al final costó casi el doble, veintisiete, y el ayuntamiento además de los solares puso cinco millones (30.000 euros).


     En 1969 ya estaba construido el nuevo y flamante pabellón polideportivo de La Juventud popularmente conocido como “el Poli”, que incluía la gran novedad de disponer de una piscina climatizada, la primera que hubo en la provincia, lo que en unos tiempos en los que no todos tenían calefacción ni agua caliente en casa suponía el máximo lujo inimaginable. Disponía también de una cancha cubierta polivalente dotada de cestas de baloncesto, porterías de futbito, frontón, aparatos de gimnasia y atletismo y, cómo no en esa época, de su correspondiente bar para los espectadores. No incluía originalmente las piscinas de verano al aire libre que se construyeron poco después.
     Las instalaciones comenzaron a emplearse a finales de mayo, ya que en los días 25, 26 y 27 se celebraron unos campeonatos de Gimnasia femenina presentados por Juan Antonio Samaranch que alabó la nueva obra, aunque no hubo acto oficial de inauguración.
     A lo largo de los años el pabellón acogió veladas de pelota, exhibiciones de gimnasia, partidos de voleibol y baloncesto, pero en las primeras elecciones democráticas fue también el lugar donde se celebraron multitudinarios mítines políticos, sorteos de la Cruz Roja que se retransmitieron a todo el país e incluso fue lugar donde se celebró algún banquete popular para honrar a algunas personas.
     A finales del siglo XX y principios del siglo XXI, “el Poli” comenzó a sufrir el paso del tiempo y fue sometido a numerosas reformas para tratar de modernizarlo, pero el enorme gasto de las caducas instalaciones hizo que, en 2014, el ayuntamiento decidiese derribarlo y construir el actual, y que fue inaugurado el 2016.

Maqueta del antiguo polideportivo de la Juventud en 1971. Autor Salvador Vives,
JCYL AHPSo 20391.


martes, 26 de mayo de 2020

26/05/1863: La Diputación de Soria compra su sede.


Las diputaciones surgieron en 1812 y, aunque desaparecieron durante algún tiempo, reaparecieron para consolidarse en 1835. La de Soria carecía de sede propia por lo que, en 1862, comenzaron a intensificar las gestiones para poder disponer de unas instalaciones adecuadas pero, como entidad pública, lo primero era solicitar la autorización gubernamental, lo que solicitó el pleno de noviembre de ese año. Recordemos que además de salas de juntas y despachos, las comunicaciones entonces no eran lo que ahora son y los diputados que residían fuera de la capital tenían que ser alojados, por ello la sede de la Diputación también se ideó con alcobas y dormitorios.


     Seis meses después, una Real Orden de 26 de mayo de 1863 autorizó a la Diputación provincial de Soria a que adquiera el antiguo palacio del Marqués del Vadillo de la calle Caballeros cuya primera intención había sido adquirido para destinarlo a Escuela Normal y que quedó como sede oficial de la institución provincial. Tras las preceptivas negociaciones, en agosto del año siguiente la Diputación compró la también llamada “Casa del Val” a los hermanos Nicolás y Agapito Ciria Fernández por 110.000 reales.
     Desconocemos cómo era exactamente aquel edificio pues fue reedificado en 1867 por el maestro de obras Zacarías Benito Rodríguez siguiendo trazas del arquitecto provincial Fabio Gago y, aunque algunos autores dicen que se respetó la fachada provincial, no ha podido ser confirmado.        Años después, en 1948, y ante la necesidad de espacio, el palacio fue dotado de una planta superior, y no fue la única reforma de envergadura pues en 2002 se compraron los terrenos adyacentes de la calle Caballeros y se extendió por esa zona.


Palacio de la Diputación en 1913. Autor Alfonso García Cacho. JCYL AHPSo 14628,
colección Pascual Borque. 

lunes, 25 de mayo de 2020

25/05/1310: Posesiones templarias en la provincia de Soria.

No cabe duda de que todo lo templario está de moda y que, con independencia de sus principios religiosos, el voto de pobreza o el celibato, resulta muy seductora esa estética tan particular de mantos blancos y cruces rojas, sus valores, el honor, la nobleza, y si eso lo mezclamos con una buena dosis de intrigas, conspiraciones, conocimientos arcanos y tesoros ocultos, se llega a un producto tan fantástico como probablemente irreal, eso sí, muy atrayente como producto literario o hasta turístico, pero tan poco real como una moneda de tres euros. ¿Recuerdan aquel eslogan de los años setenta “Soria Mágica y Templaria”? ¿Qué tiene de real? Pues desgraciadamente menos de lo que parece pues, aunque a las leyendas hay que darles la credibilidad justa, los documentos son escasos y además, tanto para avalarla o desacreditarla, quizá no reflejen del todo la realidad.


     Ángel Almazán de Gracia, en su libro Templarios, Sanjuanistas y Calatravos en Soria (Sotabur 2.005, página 18), recuerda que, en 1310, dos años antes de la disolución de la orden, el papa ordenó a seis prelados que recabasen información de las posesiones templarias en sus diócesis, y que el obispo de Osma recibió esa comunicación tal día como hoy de 1310, desconociéndose el contenido de la copia que se ha extraviado. Sí conocemos la respuesta dada por el obispo de Sigüenza, de quien entonces dependía buena parte de la mitad sur de la provincia, que afirmó que en toda su jurisdicción no había encomiendas ni posesiones templarias, una respuesta que el investigador considera falsa, y cree que mintió para que el rey de Castilla pudiera quedarse con ellas, que por otra parte nos lo haría suponer ya que el proceso de confiscación de sus bienes ya se estaba planeando.
      En cuanto a la existencia real de sus conventos o posesiones, si nos fiamos únicamente en la documentación objetiva conocida, tenemos que decir que prácticamente no hubo templarios en Soria. Si confiamos en las crónicas o los viejos mapas, ahora sí aparecen algunas encomiendas más o menos mitológicas como las de Ágreda, Aguilera, Aliud, Alcozar… Si por el contrario le damos credibilidad y valor documental a los mitos y leyendas, tendríamos templarios en casi todos los pueblos de la provincia, incluso en los que no existían en el siglo XIV.

     ¿Conoceremos algún día la realidad?

Grupo de recreación histórica Oria Dauria en un “combate” templario celebrado a la entrada de San Juan de Duero en 2017. Imagen Autor Alberto Arribas.

domingo, 24 de mayo de 2020

24/05/1994: Incoación de la iglesia de Los Llamosos como BIC.


El BOCYL de 24 de mayo de 1994 recogía la incoación como Bien de Interés Cultural de la iglesia parroquial de la Asunción en la localidad soriana de Los Llamosos, proceso que se resolvió con una rapidez inusitada, el 3 de noviembre de ese mismo año.


     La parroquia de Los Llamosos es una interesante iglesia románica dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, construida en mampostería, reforzada con elementos de cantería en algunos puntos y vanos, en la que a veces se apuntan evocaciones mozárabes. La planta, algo irregular, tiene una sola nave, y santuario absidal. El santuario, en mampostería, tiene la originalidad del fondo absidal con planta de herradura, condición que ha hecho lucubrar distintas relaciones, cubierto por bóveda de cuarto de esfera; el tramo presbiteral precedente tiene bóveda de medio cañón; delante está el arco triunfal, doblado con traza de herradura sobre semicolumnas adosadas. En el exterior anima la parte superior del ábside una serie de canecillos con cabezas de animales y hombres (ej. un contorsionista) o con vegetales. La nave es más amplia que la cabecera, tanto en anchura como en altura, ilustrando su alero canecillos de tipo geométrico. En el muro meridional está la portada con arco ligeramente ultrasemicircular, acompañado por tres arquivoltas. De tiempos modernos es el último tramo de la nave, la espadaña, el pórtico y las dependencias añadidas en el costado meridional. Una sobria pila bautismal ilustra su copa con arcos de medio punto sencillos, culminando con borde de dientes de sierra. También es interesante la pila de agua bendita. Descripción de Salvador Andrés Ordax en Catálogo de Bienes Protegidos.

Iglesia de Los Llamosos hacia 2010, autor José Antonio Mateo Martín.


sábado, 23 de mayo de 2020

23/05/844: Fiestas desaparecidas en Soria.


En este jornada se celebró la mítica batalla de Clavijo, mítica pues fue una de las primeras victorias significativas de la Reconquista gracias a la milagrosa intervención del apóstol Santiago que disfrazado de caballero y armado de espadas combatió como uno más, pero también porque cada vez se cree con más fuerza que aquella famosa batalla ni siquiera llegó a existir.


     Lo cierto es que, esta jornada, también llamada de la Transición o Aparición de Santiago, fue una de las fiestas tradicionales celebradas durante siglos para ensalzar los ánimos de la Caballería y de todos los que defendían las causas justas.
     En Soria, que se sepa con seguridad, esta fiesta sólo se celebró durante algunos años del último cuarto del siglo XVI y organizada por la Cofradía de Caballeros de Santiago que agrupaba el sector más duro e ¿integrista? de los caballeros de los Doce Linajes. En esa jornada los cofrades celebraban actos religiosos con desfiles a caballo, con los jinetes «a la brida» y sin pendón, y ofrecían espectáculos como «la sortija», un ejercicio de destreza caballeresca consistente en ensartar la punta de una lanza en el interior de un anillo colgado de una cuerda que ponía el alférez de la ciudad, y mantenida por «los cavalleros abentureros que vinieren a correr con El».

     Los caballeros de los Linajes también celebraron fiestas parecidas el día de San Juan, el de Santiago y por la Virgen de agosto, festejos hace siglos desaparecidos pero que dejaron su recuerdo en imágenes como la que ofrecemos a continuación.

Juego de la sortija en la Dehesa de Soria en 1910,
autor desconocido JCYL AHPSo 3234, colección Fernando Villar.

viernes, 22 de mayo de 2020

22/05/1465: Los privilegios de los sorianos y su mercado.


Buena parte de la grandeza que tuvo Soria en el pasado se debe a los privilegios y mercedes que los monarcas castellanos concedían a determinadas poblaciones para agradecerles sus servicios prestados o compensarles por algunas situaciones de marginación para así asegurar su existencia. De uno de ellos hablaremos hoy.


     Desde tiempos muy antiguos, la ciudad de Soria celebraba un mercado los jueves, algo que ya aparece en el Título XVIII del “Fuero de Soria” al incluir como día feriado los jueves, por razón del mercado, sin embargo, aunque el hecho de tener mercado fuese algo importante que no todas las poblaciones tenían, estaba como casi todos, sujeto al pago de impuestos.
     En 1465, el francés conde de Fox, alegando los derechos sucesorios de la familia de su esposa, formó un ejército formado por ocho mil soldados franceses y navarros con el que se dispuso a tomar las plazas que consideraba suyas y estaban entonces bajo el control de Castilla. Llegó hasta Alfaro para encontrarse que los vecinos se habían encerrado dentro sus murallas, por lo que franceses y navarros sitiaron la ciudad en espera de su claudicación, pero antes pudieron salir a pedir ayuda al rey de Castilla que envió las fuerzas que tenía más próximas, las del Señor de los Cameros que acudió con riojanos, y el capitán soriano Rodrigo de Morales que allí se plantó con gentes de Soria. No está claro si al final hubo combate (los de Alfaro dicen que sí y, claro, que ellos fueron los más valientes), pero lo cierto es que a fines de año o el 22 de mayo de ese 1465, según qué fuente se consulte, el francés decidió retirarse y aunque por el camino hizo algún intento de retomar sus planes fue en balde.
     El rey de Castilla, Enrique IV, quiso compensar las molestias y mostrar su agradecimiento a los implicados por lo que concedió varios privilegios, y cuentan que cuando tuvo delante al soriano le permitió pedirle lo que quisiera. El capitán Morales, en vez de pedir mercedes y gracias para su persona, le pidió que se dignase conceder algo para todos los sorianos, un mercado franco a la ciudad para que, además de los privilegios que establecía el Fuero (que nadie podía ser “peyndrado”, emplazado o llamado a juicio), se permitiese que todas sus compras y ventas estuvieran libres del pago de alcabalas, un impuesto que podría determinarse más o menos en torno al diez por ciento y que haría mucho más interesante comprar y vender en Soria.
     Esta noticia documentada por diversas fuentes, se contradice con la información que ofrece placa epigráfica (mandada colocar en 1621) que existe en los soportales de la Audiencia y que dice que la concesión del mercado franco correspondió a los Reyes Católicos y en 1475, por lo que en algún sitio ha debido cometerse un error, o más bien que, más que una concesión, se tratase de una confirmación de privilegios como era costumbre entre los reyes el primer año de su mandato.

Día de mercado en la plaza Mayor de Soria en 1912,
autor desconocido, fondos fotográficos del Museo Sorolla.


jueves, 21 de mayo de 2020

21/05/1187: San Esteban de Gormaz, cuna del parlamentarismo.


En diciembre de 2017, y a propósito de la visita oficial de Mariano Rajoy a Theresa May, primera ministra del Reino Unido, el jefe del Gobierno español publicó un artículo en el diario británico The Guardian donde alababa el país que calificaba como la “cuna del parlamentarismo”, algo incierto y que provocó las iras de los políticos leoneses (algunos del PP) que protestaron argumentando que fue en 1188 y en la antigua capital del reino leonés cuando surgió el parlamentarismo, pues el rey de León y Galicia, Alfonso IX, convocó unos Decreta a las que acudieron ciudadanos, es decir, personas que no pertenecían a la nobleza ni al clero, lo que significa que allí nació el parlamentarismo.


     La metedura de pata de Rajoy le obligó a viajar a León a pedir disculpas y levantó ampollas entre algunos sectores leonesistas que argumentaban que la mismísima Unesco lo reconocía. Sin embargo parece que todos ellos están equivocados pues, además de existir dudas razonables sobre la existencia y composición de los Decreta de León, investigaciones como las desarrolladas por ejemplo por Inés deBenito Rodrigo ofrecen dudas sobre ellas, como también dudan de otras como las de Burgos (1169) y hasta de las que tratamos a continuación, aunque sean las que tiene mayor validez.
     Un año antes de aquellas de León, el 21 de mayo de 1187, el rey Alfonso VIII de Castilla tenía un problema de estado que no veía claro, la conveniencia o no de desposar a su hija mayor, la infanta Berenguela (que entonces tenía seis años y no tenía hermanos varones), con el príncipe germánico Conrado de Rothenburg, quinto hijo de Federico I Barbarroja, y que por entonces contaba con unos doce años. Para asesorarse el rey convocó en San Esteban de Gormaz la llamada “Quinta Curia”, una asamblea a modo de consejo de estado a la que convocó a los de siempre, a los nobles, al alto clero, a sus hombres de confianza, caballeros y demás, pero por primera vez quiso escuchar también la opinión del pueblo llano para lo que llamó a representantes de medio centenar de las poblaciones más importantes de Castilla.
     Historiadores como Julio Valdeón Baruque o el historiador norteamericano J. O´Callahhan consideran que a esa Curia de San Esteban de Gormaz se la puede considerar como las primeras Cortes castellanas y de Europa pues en otros países europeos, la burguesía no participó en las decisiones políticas hasta el siglo XIII: en Alemania, la burguesía se incorporó a la Dieta en 1232; en Inglaterra, el estamento popular alcanzó representación en el Parlamento por primera vez en 1265; y en Francia, lo hizo más de cien años después, en 1302. Por cierto, el compromiso fue aceptado y se firmó un acuerdo que dejó de ser interesante para los germánicos cuando Berenguela tuvo un hermanito y le quitó la posibilidad de reinar.

Vista de San Esteban desde el Rivero en 2018. Autor Alberto Arribas.


miércoles, 20 de mayo de 2020

20/05/1199: Prerrogativas del monasterio de Santa María de Huerta.


Entre 1142 y 1144 doce monjes franceses procedentes del monasterio cluniacense de Molesmes, en la Borgoña francesa, y dirigidos por el abad Rodulfo, se instalaron en el lugar de Cántavos, cerca de Fuentelmonge, con el ánimo de fundar un monasterio de su orden, una iniciativa que correspondía al deseo del rey de Castilla, Alfonso VII, que pocos años antes había hecho voto de construirlo si ganaba una importante batalla a los musulmanes.


     El lugar elegido fue en unos terrenos donados por Miguel Muñoz de Finojosa y su mujer Sancha Gómez, entonces vecinos de Deza y padres de Martín de Finojosa, pero aquel terreno era y es un lugar árido donde escasea el agua, tan fundamental para regar las huertas que mantenían a los frailes, por lo que, hacia 1179, pasaron a instalarse en su emplazamiento actual de Santa María de Huerta donde tenían agua, mejor terreno, y es posible que ya existiera alguna construcción musulmana defensiva.
     Siendo una promoción del propio rey de Castilla, tanto en Cántavos como en Huerta, los dineros para la construcción nunca escasearon y sus frailes fueron objeto de donaciones, exenciones y prerrogativas, como la que se les concedió tal día como hoy de 1199, cuando el papa Inocencio III confirmó el acuerdo sobre diezmos establecidos entre el monasterio de Huerta y la iglesia de Osma, y entre el monasterio y la iglesia de Sigüenza.
     En pocos años las donaciones, privilegios y prerrogativas fueron creciendo, convirtiendo sus instalaciones en lugar de enterramiento de nobles familias que legaban a los frailes sus posesiones, lo que consiguió que en poco tiempo lo convirtiera en el importante monasterio que ha sido y aún es.

Claustro del monasterio de Santa María de Huerta en 2005, autor Alberto Arribas.


martes, 19 de mayo de 2020

19/05/1911: Don Santiago Gómez Santacruz es nombrado miembro de la Comisión Provincial de Monumentos.


Don Santiago Gómez Santacruz fue abad de la colegiata de San Pedro, pero también un hombre culto que defendió vehementemente, a capa y espada, todo lo soriano, incluido su honor como cuando lo sintió desacreditado por Schulten y escribió un libro refutándoselo, y con la misma intensidad la propia vida de algunos sorianos “rojos” cuando en los comienzos de la Guerra Civil dio la cara por ellos enfrentándose a las autoridades militares. Hoy, sin embargo, queremos traerlo a esta sección por su faceta de protector del patrimonio histórico artístico de la provincia, ya que por su condición eclesiástica (la Iglesia diocesana era y sigue siendo la institución con mayor patrimonio artístico de la provincia), como por sus conocimientos y sensibilidad, especialmente hacia Numancia, fue uno de sus principales defensores y por lo tanto, tal día como hoy de 1911, fue nombrado miembro de pleno derecho de la Comisión Provincial de Monumentos.


     Don Santiago nació en Arguijo en 1869 y falleció en Soria en 1949. Los que le conocieron dicen de él que tenía un gran vozarrón de fumador empedernido, y mientras unos lo recuerdan como un tipo mal encarado, con muy mal genio y carácter soberbio, otros lo describen como recto pero con muy buen corazón siempre con la mano abierta para dar un cachete al que blasfemaba o una limosna a todos los pobres que se encontraba.
     Estudió Bachillerato en el seminario de Sigüenza y se graduó por Teología en Guadalajara, de donde pasó a recibir clases en el seminario de El Burgo de Osma y en el seminario Metropolitano de Toledo, licenciándose en Sagrada Teología con la máxima calificación. Fue consagrado sacerdote en 1893 y destinado a las parroquias de Castrillo de la Vega (Burgos), Pozalmuro y Abejar, aunque finalmente y tras una dura oposición, obtuvo el cargo de abad de la colegiata de San Pedro en 1903, cargo que ejerció hasta su fallecimiento en 1949.
     Como abad y sacerdote se dedicó a sus obligaciones, particularmente las encaminadas a extender la devoción al patrón San Saturio. Fue capellán y consejero espiritual de personas, familias e instituciones, y también se dedicó a recuperar el patrimonio artístico de la colegiata de San Pedro promoviendo obras de restauración o recuperando cuadros y lienzos abandonados durante siglos, aunque otros recuerdan que en esas tareas de limpieza mandó quemar muchas otras cosas que no consideraba valiosas y que sin duda lo eran. Acérrimo defensor de Numancia, fue amigo y albacea de Ramón Benito Aceña, por lo que en su nombre ratificó los compromisos adquiridos por el ya fallecido senador en la fundación del Museo Numantino.
     Pero, coherente con sus ideas, don Santiago también destacó por su faceta política, económica, social y reivindicativa en la provincia, y de esta forma fue uno de los inspiradores del movimiento agrario y de los sindicatos católicos, miembro del Consejo de dirección de la Caja de Ahorros, de la Sociedad Económica Numantina de Amigos de País, y un consumado articulista que desde las páginas de periódicos como El ideal Numantino, no se amilanaba en dar su opinión, algo que le costó no pocos problemas.
     En definitiva, con sus luces y sus sombras, don Santiago Gómez Santacruz fue un personaje clave de la primera mitad del siglo XX que cometió errores, sin duda, y también algunos aciertos, pero lo que es innegable es que su compromiso por defender Soria hace que hoy aún se eche en falta una figura como la suya.

Retrato al óleo de Santiago Gómez Santacruz,
obra de Enrique García Carrilero. Colección del Museo Numantino.


lunes, 18 de mayo de 2020

18/05/1953: El monumento a los caídos en la Dehesa.


Pasado lo más duro de la postguerra y en medio de un innegable desarrollo económico, las autoridades locales y provinciales de todo el país comenzaron a adoptar acuerdos e iniciativas que honraran las bondades del régimen y de su generalísimo, así como a los caídos por Dios y por la Patria.


     En Soria, la decisión de construir un monumento en honor a los caídos se tomó ya en 1940, pero había otras necesidades más urgentes y aquel proyecto quedó en suspenso. En 1952, un par de semanas después de la llegada del gobernador civil Luis López Pando -algo que conociéndole hace suponer que tuvo mucho que ver en el asunto y quien nada más llegar sustituyó al alcalde Mariano Íñiguez por Eusebio Fernández de Velasco- el Ayuntamiento soriano se propuso retomar el proyecto de construcción de este monumento, eligiéndose la ubicación de la plaza de Ramón y Cajal así como la convocatoria de un concurso público para elegir el mejor.
     Finalmente se decidió cambiar su ubicación al Alto de la Dehesa, donde entones estaba la Fuente de los Leones, y el 18 de mayo se acordó nombrar ganador del concurso al proyecto presentado por Manuel y José Romero Aguirre, con un coste de 287.835,45 pesetas, unos 1.750 euros, y que al final se incrementaron en algo más.
     Las obras de construcción comenzaron en marzo del año siguiente y se programaron de forma que estuvieran listas para su inauguración, el 19 de noviembre de 1954, en medio de un ceremonial muy al gusto de la época.
     Prácticamente desde su inauguración el monumento fue abandonado y su lugar empleado para otros usos mucho menos heroicos pero mucho más humanos. Ya en democracia y por iniciativa del PSOE municipal, se decidió cambiar la leyenda que llevaba haciendo mención únicamente a los caídos sublevados de forma que hiciera referencia a los caídos de los dos bandos, pero aquello no mejoró el entorno que fue degradándose y convirtiéndose en la zona menos recomendable del parque, por lo que en noviembre de 2003, y a punto de cumplir cincuenta años, el equipo de gobierno de la alcaldesa Encarnación Redondo decidió derribar aquel monumento ante la indiferencia prácticamente generalizada de la ciudadanía que aprobó el derribo.
     Curiosamente la única persona que se lamentó por el derribo fue un anciano, antiguo excombatiente soriano del bando republicano, que se lamentaba de que aun sucio, en mal estado y pese a haber sido un símbolo franquista, ya había dejado de serlo y en la práctica era el lugar donde sentía que se había prestado un mínimo reconocimiento a sus compañeros republicanos caídos.

Inauguración del monumentos a los caídos del Alto de la Dehesa.
Fotograma del NODO, Filmoteca Nacional.


domingo, 17 de mayo de 2020

17/05/1911: Elvira Gascón Vera (Almenar de Soria 1911-México, 2000).


Aunque sea una figura poco conocida en su tierra natal, con la que tampoco tuvo mucha relación, hoy queremos homenajear a una soriana que fue capaz de destacar en el difícil mundo de las artes plásticas como pintora, muralista, profesora y dibujante.


     El 17 de mayo de 1911 nació en Almenar una niña a la que sus padres, él mecánico y ella ama de casa, pusieron de nombre Elvira. No tenemos seguridad del tiempo que pasó residiendo en la villa soriana pero se cree que la salud quebradiza de la niña aconsejó a sus padres que marcharan a un lugar con un clima menos riguroso y se trasladaron a Málaga, donde Elvira cursó estudios de Bachillerato, y después a Guadalajara donde ella ingresó en la Escuela Normal.
     Pronto demostró su talento artístico y su predisposición para el dibujo, y fue admitida en la Academia de San Fernando de Madrid donde cursó Bellas Artes entre 1925 y 1935 especializándose en dibujos de desnudos. En Madrid dio clases como profesora en el Instituto Lope de Vega, en la Escuela de Bellas Artes y en el Museo Antropológico, donde le sorprendió la Guerra Civil. No se vio capaz de empuñar las armas o de estar en las trincheras como otras muchas mujeres, pero por su formación entendió que la mejor forma de defender la legitimidad era proteger el legado artístico para que no desapareciese durante la guerra, por lo que se presentó voluntaria para trabajar en la Junta Delegada de Incautación, Protección y Salvamento de Tesoro Artístico. Allí conoció al que acabó siendo su esposo, Roberto Fernández Balbuena, arquitecto, pintor, subdirector del Museo del Prado y presidente de aquella Junta.
     Aquella actuación colaborando con la República la obligó al exilio en la ciudad de México donde se casó y fijó su residencia, iniciando una fecunda carrera artística ilustrando libros, colaborando en revistas culturales y pintando esmaltes y cuadros que expuso con gran éxito en todo el país y en Europa, donde destacó en la exposición Polifórum Cultural Siqueiros reorganizada por el Año Internacional de la Mujer en 1975, y la exposición individual del Palacio de Bellas Artes en 1977. Profundamente religiosa, aunque no compartiese las tesis de la Iglesia Católica, dedicó buena parte de su carrera a pintar murales en iglesias y óleos de temática religiosa.
     Los críticos destacan que la obra de Elvira Gascón se caracteriza por su desbordante energía y por unas líneas claras y concretas que han marcado sus obras. Obsesionada desde joven por la dimensión social del hombre, esta artista estaba firmemente convencida de que la Grecia clásica era un compendio de las virtudes humanas y artísticas. Ella reconocía que la inspiración le llegaba de dos fuentes: de la cultura y la belleza del desnudo helénico y de Pablo Ruiz Picasso. En un artículo de El País (02/10/1995) edición de México, expresaba opiniones como "Siempre me he inspirado en la cultura y en la belleza del desnudo helénico sin olvida a Picasso". Sobre el dinero afirmaba que "Nunca he tenido agente de ventas,... el dinero siempre me importa muy poco".
     Elvira murió en Méjico, el 11 de febrero de 2000, y aunque no conste que regresara a España, en alguna entrevista manifestó llevar su tierra natal soriana en el corazón. En Soria, algunas de sus obras fueron expuestas en el Palacio de la Audiencia en el verano de 2001.

Retrato de Elvira Gascón Vera.
Fuente foto: Museo de Arte Carrillo Gil



sábado, 16 de mayo de 2020

16/05/1599: Origen de las reliquias de Santa Úrsula en Retortillo.


Nuestra efeméride de hoy se inició hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana,… Bueno, tanto no pero casi. Fue en el año 383 cuando los hunos avanzaban hacia el sur Europa matando, saqueando y reduciendo todo a cenizas allí por donde pasaban, y a su paso por la ciudad de Colonia atacaron la casa donde doce mujeres vírgenes al mando de una de ellas, llamada Úrsula, se habían consagrado a Jesucristo profesando su fe. Aquel primitivo monasterio fue saqueado y las mujeres asesinadas lo que motivó su canonización, y que aquella ciudad alemana eligiera a Úrsula como patrona de la ciudad y depositara los restos de las doce vírgenes en su famosa catedral, donde estuvieron durante siglos hasta que acabaron en Retortillo de Soria.


      Pero ¿Cómo fue posible este traslado?
      Recordemos que, desde que Lutero escribió su famosa lista de tesis e inició la Reforma protestante, la corona española se tomó aquel cisma como un asunto personal y se autotituló como la salvaguarda de los intereses católicos del mundo, comenzando una guerra en la que cristianos mataban a otros cristianos por un quítame allá esas pajas. Bueno, en realidad fue más profundo, pero el caso es que los luteranos se convirtieron en iconoclastas de su propio arte pues no consideraban adorar imágenes, y mucho menos de reliquias de santos, por lo promovían su destrucción.
     Para evitar la pérdida de todo este valioso patrimonio de uñas, huesos, pellejos resecos y pelos, el rey Felipe II encomendó a uno de sus cortesanos de confianza, el noble Luis de Peñaranda, nacido en Retortillo de Soria en 1534, que recorriera Alemania y los Países Bajos, recuperando cuantas reliquias de santos pudieran recoger con el fin de que éstas no cayesen en manos de los herejes protestantes que sin duda las profanarían o destruirían, y las levase a El Escorial
     Por diversas circunstancias parte de estas reliquias no llegaron al Escorial y tras el fallecimiento del rey, don Luis decidió llevarlas a su pueblo natal, Retortillo, donde fueron recibidas con gran alborozo de sus vecinos el 16 de mayo de 1599, y donde unos meses después el noble mando colocarlas en un retablo relicario que mandó instalar en la parroquia de su pueblo natal, donde siguen reposando las reliquias de Santa Úrsula y las vírgenes, santa a la que se le dedican las fiestas patronales junto con las de San Pedro.

Retablo relicario de Santa Úrsula.
Fotografía de Alberto Arribas durante una visita en 2015 de la Asociación de Amigos del Museo Numantino.






viernes, 15 de mayo de 2020

15/05/1814: Sobre la conveniencia del cambio de nombres de las calles y plazas.

En 1812 los sorianos habían celebrado por todo lo alto la retirada de los franceses de la ciudad y se habían adherido a la famosa Constitución conocida como “La Pepa”, lo que fue motivo de alegría, celebraciones y actos de homenaje como la decisión de bautizar a la plaza Mayor de la ciudad con el nombre de plaza de la Constitución.


     En este 1814 los españoles vencieron definitivamente a Napoleón y con gran alegría y alborozo, recibieron con los brazos abiertos al rey Fernando VII “el Deseado”, ignorantes de que había sido tanto o más culpable de traición que su propio padre, y esperaban una época de bonanza y libertades de la mano de su regio monarca. Pero el rey pronto dio muestras de que pretendía seguir manejando el país como su propio cortijo, mandó abolir la Constitución de 1812, disolver las instituciones de gobierno constitucionales y restableció de nuevo el absolutismo.
     Una de las consecuencias menores de esos cambios promovidos por el rey, a quien ya comenzó a cambiársele el apodo por el de “Felón”, fue la decisión adoptada hoy de volver a cambiarle el nombre oficial a la Plaza de la Constitución que volvió a llamarse Plaza Mayor. Unos años después otra Constitución, la de 1836, hizo que la plaza recuperase ese nombre, momento en el que se colocó la placa que persiste en la Audiencia bajo el reloj, pero eso lo dejaremos para otro día.
     Vale la pena leer el acuerdo municipal tomado tal día como hoy de 1814, cuando el concejo de Soria leyó el Real Decreto dado unos días antes por Fernando VII por el que, además de justificarse, declaraba nula la Constitución de 1812 y todas las instituciones surgidas de ellas como los ayuntamientos y diputaciones, disponiendo además que «En este feliz momento en que el Ayuntamiento tuvo la dicha de oír la suave voz del más amado de los soberanos, en su debido obedecimiento y cumplimiento, como a decreto y carta de su legítimo Rey y Señor [SIC] … Que se borre y tilde completamente la inscripción que contienen las cuatro lápidas de la Plaza Mayor en que dice Plaza de la Constitución, y se coloque en ellas y al comedio de la fachada de las salas consistoriales otra que en letras más grandes diga: Plaza Real».
Ni aquel cambio, ni el anterior, ni los siguientes se tuvieron en consideración por parte de los sorianos que siguieron llamando Mayor a su plaza mayor de toda la vida, como tampoco prosperaron otros intentos de cambiar los nombres tradicionales del callejero soriano, véase el caso de la plaza de Ramón Benito Aceña. Todo esto nos lleva a reflexionar si es conveniente que las calles, las plazas o los hospitales deben llevar nombres relacionados con la política, la familia real o con movimientos sociales, pero más que eso, nos lleva a pensar si es conveniente cambiar un nombre tradicional de toda la vida como el de la plaza de San Esteban, por otro como el de plaza de las Mujeres, un homenaje sin duda merecidísimo pero que debería haberse puesto en una plaza nueva.

Plaza Mayor de Soria en 2019. Imagen de Carlos Arlegui en Revista de Soria nº 105 (2020). 

jueves, 14 de mayo de 2020

14/05/1930: Sobre la propiedad del Castillo de Soria.


Alguno de los lujos y privilegios que disfrutamos los sorianos casi al lado de casa son nuestras zonas de paseo junto al Duero o el Castillo, donde se encuentra uno de los mejores parques municipales de la ciudad, aunque no siempre haya tenido esa consideración de parque ni de municipal.


     Ya hemos comentado en alguna ocasión que, al poco de que Durán ordenase la voladura del Castillo, el Ayuntamiento quiso aprovechar la ruina resultante como cantera de piedra pues considera que el solar y las ruinas eran de su propiedad, pero se encontró con la oposición del Gobierno de la nación que consideraba que arruinado o en pie, el castillo era un edificio militar y el solar un importante lugar estratégico propiedad del Ministerio de la Guerra, algo que parece insinuar que en algún momento se valoró la posibilidad de reconstruirlo o de levantar un nuevo cuartel militar.
     El Ayuntamiento de Soria se opuso a este planteamiento y siguió considerándolo suyo, sobre todo ante la pasividad de las autoridades nacionales que nunca más volvieron a hablar de un posible uso real del cerro para usos militares, pero que seguían poniendo pegas a un uso municipal.   Esta situación duró más de un siglo y, aunque el 14 de mayo de 1930 la Dirección General de Propiedades y Contribución Territorial envió al consistorio soriano una resolución que seguía insistiendo que la meseta pertenecía al Ministerio de la Guerra y que todo el cerro seguía siendo monte catalogado de Utilidad Pública, los de Soria nunca lo tuvieron en consideración e incluso ya habían construido sin permiso un depósito de aguas (el del Sagrado Corazón) y planteaban construir otro en terrenos supuestamente militares.
     Al cabo de los años el asunto se fue ya diluyendo y de una forma tácita las administraciones local y ministerial acabaron reconociendo que, más que interés estratégico, el Castillo tenía un gran interés paisajístico para los sorianos, y que su ubicación en un alto junto a la población era el lugar adecuado para situar los depósitos de agua corriente de la ciudad.

Reconstrucción del aspecto que pudo tener el Castillo de Soria en torno a 1700.
Dibujo de Felipe Barnuevo Hernández recogido en la publicación de la Asociación de Amigos del Museo Numantino "La ciudad de Soria, su Castillo y su muralla. Recopilación histórica y documental", de Susana Blanco, Ángel Lorenzo y Alberto Arribas.


miércoles, 13 de mayo de 2020

13/05/1203: Primer convento femenino en Soria.


En estos inicios del siglo XIII la entonces villa de Soria era un lugar próspero que crecía día a día aumentando su población y servicios, pero bajo aquel punto de vista medieval, aún le faltaba algo que la engrandecería mucho más, la presencia de un convento de monjas, algo que hoy apenas consideramos pero que entonces daba categoría a la población pues era la única forma por la que las mujeres podían vivir plenamente su fe. Habría ya un buen número de iglesias, el convento de monjes benitos en la actual plaza de toros, y los propios canónigos de San Pedro que allí vivían bajo regla monástica, pero las mujeres sólo podían ser beatas y en su casa.


     Ante esta situación el obispo de Osma Diego Acebes (1201-1207) promovió la fundación de algún monasterio para mujeres que financió convenciendo a los vecinos de Soria, Martín Burvano y su esposa María Vicente, para que colaborasen en el mantenimiento de las monjas donando varias fincas con viñas y otras para su cultivo.
     Con esta donación bajo el brazo, el obispo Diego Acebes se presentó en San Esteban de Gormaz ante el rey Alfonso VIII para que le diera el visto bueno a la obra, lo que el monarca aprobó tal día como hoy de 1203, añadiendo su autorización para que además las religiosas pudieran comprar treinta yugadas de heredad y cincuenta aranzadas de viña.
     Poco más sabemos de esta fundación que no duró mucho tiempo. Loperráez decía que el monasterio fue puesto bajo la advocación del Sancti Spiritus pero no se conoce con seguridad la orden que profesaron y ni siquiera el emplazamiento pues, mientras algunos investigadores lo han situado cerca de Soria, en Tardesillas, otros apuntan que estuvo en la zona del que después fue convento de San Agustín, en las traseras del Augusto, para entendernos.

Solar de San Agustín en 2008, posible ubicación del monasterio. Autor Alberto Arribas.