En esta jornada
falleció el rey Alfonso I de Aragón y Pamplona (1073-1134), conocido con el
sobrenombre de “El Batallador” y muy vinculado a la historia de la provincia de
Soria. El monarca logró ampliar su reino en la zona del Valle del Ebro y lo
intentó en la del Duero pues durante algunos años buena parte de lo que hoy es
tierra soriana estuvo bajo su jurisdicción.
Las crónicas le describen como un hombre
obsesionado por la religión y un eficiente guerrero más acostumbrado a llevar
la espada que el cetro, lo que parece que le confirió un carácter un tanto rudo
y adusto poco acostumbrado a relacionarse con cualquiera ajena a su círculo y
en especial con mujeres de quien no parece que tenía un buen concepto. Pero como
todo monarca que se precie debía preservar la continuidad de su linaje se pactó
su matrimonio con su prima Urraca de Castilla, una joven entonces ya viuda y
futura reina de Castilla al no tener hermanos varones, pero de un carácter
totalmente opuesto al suyo lo que hizo que al poco tiempo de celebrarse el
enlace tuvieran que separarse por sus incompatibilidades y por las aspiraciones
del aragonés que, al parecer, tenía previsto ocupar militarmente Castilla lo
que comenzó en tierras sorianas. Esta invasión u ocupación militar le causó
enfrentamientos ya definitivos con su esposa a la que repudió (la tradición
local dice con poco fundamento histórico que en la torre de doña Urraca) y con
su hijastro el rey Alfonso VI de Castilla.
En aquella época la zona este de la actual
provincia de Soria debía ser un desierto poblacional, no sabemos si menos que
ahora, por lo que el rey aragonés favoreció el asentamiento de gentes venidas
desde su reino, Aragón y Navarra, o desde Castilla, logrando repoblar lugares
abandonados o habitando poblados nuevos. Sabemos que repobló las comarcas de
Soria, Almazán, Berlanga, Medinaceli y que en 1120 concedió el Fuero Breve a
Soria favoreciendo también el asentamiento de monjes en San Juan de Duero, San
Polo y fundando en las inmediaciones el desaparecido hospital de Santa Cristina
de Somport.
Pero Soria y su tierra aspiraban a seguir
siendo castellanas y su hijastro, el rey Alfonso VI de Castilla “El Emperador”
luchó y pactó con el aragonés y consiguió que finalmente Soria fuese tierra
castellana ¿Nos habría ido mejor siendo aragoneses?
Retrato de Alfonso I de Aragón y Navarra “El Batallador”. Óleo pintado por Francisco Pradilla (1879), colección artística del Ayuntamiento de Zaragoza. |
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