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viernes, 18 de diciembre de 2020

19/12/1777: La Sociedad Económica Numantina de Amigos del País de Soria.

En el siglo XVIII surgió entre la burguesía europea un movimiento intelectual que acabará influyendo en el pensamiento político, científico, filosófico y social: la Ilustración.

Algo demasiado complejo y con muchas implicaciones para tratar de resumirlo en un par de líneas, además de que en cada país tuvo sus propios elementos diferenciadores, pero sin equivocarnos mucho podríamos afirmar que los ilustrados españoles emprendieron o pretendieron hacerlo, una profunda renovación del país entonces todavía una potencia pero ya en franca decadencia. En esa época surgen, por ejemplo, las Reales Academias de la Lengua o de la Historia, el Real Gabinete de la Historia Natural, pero también otras iniciativas como las sociedades económicas de amigos del país, unas asociaciones de personalidades notables que en un ámbito geográfico concreto, pretendían difundir y aplicar esas ideas ilustradas para reformar el país desde las bases, es decir, desde el pueblo, y para eso emprendieron una serie de actividades formativas que pretendían instruir a los ciudadanos sin recursos para que fomentasen su propia economía individual, familiar y comunal.

En Soria, como casi todo, esta iniciativa tardó en llegar y no fue hasta 1777 cuando, con el visto bueno de las autoridades, la iniciativa salió adelante, si bien no fue hasta el día de hoy de ese año cuando el rey Carlos III firmó la real cédula que autoriza la fundación de la “Sociedad Económica Numantina de Amigos del País de Soria y su Provincia”.

Además de promover el desarrollo económico de Soria basado sobre todo en la industria textil, la Sociedad promovió campañas de vacunación en algunos pueblos, obras públicas, como el paseo del Mirón que proporcionaba asueto a los vecinos y jornales a los trabajadores que los necesitaban, dotó de fuentes públicas a las poblaciones, como las de los Leones en su emplazamiento original de la plaza Bernardo Robles, desarrolló la educación y la formación tratando de incorporar los nuevos avances técnicos agrícolas... Muchas de sus iniciativas se desarrollaron en el antiguo Colegio de Jesuitas (hoy instituto Antonio Machado) que el rey les concedió, pero también establecieron escuelas y talles de formación en los pueblos más grandes de la entonces provincia de Soria como Alfaro, Arnedo, Calahorra… Allá donde se asentaban trataban de erradicar la pobreza debida a la pereza, convirtiendo su lema “el ocioso para nadie es provechoso” en toda una declaración de intenciones.

La Sociedad contó con poco apoyo institucional y aun de las clases privilegiadas, por lo que no pudo desarrollarse tal y como se esperaba. Algunos emprendedores lo dieron todo pero la escasa respuesta de los beneficiarios y la Guerra de la Independencia dieron al traste con una iniciativa pionera y aún hoy escasamente reconocida.

Calle Económica en 2006, único reconocimiento público en Soria a esta Sociedad en la calle donde tuvo su sede. Imagen: Alberto Arribas Hernández.


lunes, 15 de junio de 2020

15/06/1841: Nacimiento del primer periódico soriano: “El Numantino”.


El 15 de junio de 1841 la Sociedad Económica Numantina de Amigos del País publicó el número uno del periódico literario y artístico titulado “El Numantino”, y que pasa por ser el primer periódico particular editado en Soria e impreso en la imprenta de Martín Díez, la misma que desde hacía ocho años ya imprimía el Boletín Oficial de la provincia de Soria, una publicación periódica pero de carácter oficial.
      La publicación, de carácter quincenal, estaba formada por dos pliegos a dos columnas y su suscripción costaba 15 reales el trimestre. Incluía informaciones generales, además de artículos sobre la historia de la propia Sociedad promotora y de sus actividades y reuniones, poemas, artículos literarios o históricos, pero tuvo una efímera vida pues desapareció en septiembre del año siguiente.
Portada y primera página del número 1 de "El Numantino".


viernes, 8 de mayo de 2020

08/05/1936: Fallecimiento de José Casado López.


José Casado López (Madrid, 1873 – Soria, 1936) fue uno de los pioneros de la fotografía en Soria, pero además fue una persona fundamental en la sociedad soriana de su época a la que siempre estaba dispuestos a ofrecer altruistamente su escaso tiempo libre.


     Nacido en Madrid, hijo de los fotógrafos Agapito Casado y Eufrasia López, con catorce años de edad vino a vivir a Soria desde Burgos cuando su familia decidió instalar aquí su residencia y negocio, del que tuvo que hacerse cargo con veintitrés años al morir su padre. Desde entonces como “Viuda de Casado e hijo”, y después él solo firmando como “Fotografía Casado”, fue el autor de los primeros reportajes fotográficos de acontecimientos sociales de la ciudad, de la edición de postales y una gran cantidad de retratos que realizó en sus estudios de la calle Numancia primero, y del Collado después, o en los que acudía semanalmente de Almazán, Ágreda o El Burgo de Osma.
     Pero además de ser uno de los pioneros de la fotografía soriana, Casado fue pintor, dibujante, músico, pianista, cantante, profesor de francés, de dibujo y de música, actor aficionado, escenógrafo y sobre todo, un hombre comprometido con la sociedad en la que vivió pues además de legarnos sus inquietudes artísticas, fue miembro de la Junta Patriótica y del Partido Liberal, socio del Centro de Cultura Popular, del Ateneo de Soria, de la Sociedad Económica Numantina de Amigos del País, concejal del Ayuntamiento de Soria donde fue responsable de las comisiones de Policía, Obras y de festejos; presidente del Casino Numancia en siete ocasiones, promotor de varias sociedades musicales, artísticas, culturales y benéficas, … En definitiva, un polifacético personaje fundamental en la construcción de aquella Soria del primer tercio del siglo XX de la que fue testigo directo y de la que gracias a su arte, aún podemos serlo nosotros casi un siglo después.

Retrato de José Casado López hacia 1930.
Fotografía de autor anónimo incluido en el trabajo de Tomás Pérez Frías “Gabinete fotográfico Casado. Soria (1887-1936). 50 años de fotografía y vida de Soria”. Ed. Diputación provincial de Soria, 2019.


martes, 7 de abril de 2020

07/04/1777: Fundación de la Sociedad Económica Numantina de Soria.

En este último cuarto del siglo XVIII los aires de la Ilustración por fin llegaron a Soria cuando en muchas partes ya se evaporaban, y casi podríamos ponerles la fecha de hoy pues fue cuando, gracias al promotor soriano José Díaz, de quien ya hemos hablado, él organizó la primera asamblea de esta sociedad.
Lástima que no haya suficiente documentación para conocerlo mejor pero, suponemos con fundamento que, José Díaz fue un empresario que más que buscar el lucro personal trató de desarrollar iniciativas que repercutieran positivamente en la sociedad creando trabajo y generando riqueza, sobre todo para los demás. Con ese ideario convenció al intendente de la provincia, Francisco Moñino, para crear este proyecto y juntos constituyeron hoy la asamblea fundacional de la Sociedad Económica Numantina de Amigos del País de Soria y su Provincia, una iniciativa que ya existía en otras provincia y que aquí, como casi todo, tardó en llegar.

        La sociedad, avalada más moral que económicamente por el rey Carlos III y formada por socios que representaban a las clases nobles y poderosas de la provincia y que la apoyaron de una forma parecida, fue una entidad filantrópica sin ánimo de lucro y sin vinculación eclesiástica directa, que tenía como objeto el desarrollo económico de la provincia de Soria a través de diversas medidas que tratasen de mejorar la formación, la agricultura y la industria soriana, proporcionando un modo de vida a hombres y mujeres, pero despreciando en su ideario a los vagos que preferían vivir de las limosnas antes que trabajar, y adoptando el revelador lema «el ocioso para nadie es provechoso».
        Pese a su escasez de recursos, gracias a esta sociedad, se establecieron en Soria y algunos pueblos escuelas de formación profesional para hombres y mujeres donde se aprendía a manejar telares y máquinas textiles que elaboraban prendas con el material producido en la provincia, pero también promovieron o pagaron de sus fondos obras públicas de interés y que daban trabajo a los jornaleros, construyendo obras como la fuente de los Leones en la plaza de Teatinos, la pavimentación y plantación de arbolado en el paseo del Mirón, la construcción del puente de piedra sobre el río Golmayo,…
        La Económica logró un éxito relativo pero, por diversas circunstancias que culminaron con el caos de la Guerra de la Independencia, acabó fracasando en sus propósitos y, aunque hubo otros intentos posteriores para recuperarla, aquel primer intento de plan de desarrollo para la provincia de Soria terminó fracasando.

Logotipo de la Económica con el lema “El ocioso para nadie es provechoso”. Imagen de autor desconocido reproducida en un documento archivado en la Universidad de Valencia.


lunes, 2 de marzo de 2020

02/03/1844: Subasta del convento del Carmen.


Con objeto de ofrecer atención espiritual a las monjas, los frailes carmelitas se instalaron en la capital un sigo después de que se Santa Teresa de Jesús fundase el convento femenino pero, más que monasterio, desde el principio fue más bien un sencillo hospicio ocupado por un reducido número de frailes que ni siquiera tenían capilla abierta al público. Posteriormente, hacia mediados del siglo XVIII, comenzaron a construir un edificio de piedra en el lado nordeste de la iglesia aprovechando el solar de la antigua iglesia de Nuestra Señora de Cinco Villas y parte de sus ruinas que serían aprovechadas en la nueva fábrica, entre ellas la que fue su portada que se mantiene como acceso principal a esta casa, dando la iglesia e instalaciones inauguradas en 1776.

        La desamortización de Mendizábal (1836) obligó a los monjes carmelitas descalzos a abandonar su casa en Soria, aunque la expulsión no fue efectiva y durante algunos años se quedaron asistiendo espiritualmente a las monjas, concretamente hasta que su edificio fue subastado tal día como hoy de 1844. Según el Boletín Oficial de la venta de Bienes Nacionales, el hospicio del Carmen era un edificio de 691 varas cuadradas superficiales, con cuatro pisos y que se tasó en 25.564 reales.
        El caserón fue comprado por el comerciante soriano y secretario de la Sociedad Económica Numantina, don León Perlado, quien se lo adjudicó por 25.560 reales con la intención de que esa Sociedad instalase allí una escuela de párvulos que funcionó dirigida por aquella sociedad hasta 1861, fecha en la que se hizo cargo el Ayuntamiento de la ciudad convirtiendo el edificio después en escuela mixta, y dedicando otra parte a Archivo Histórico Municipal.
        Prácticamente desde que los frailes fueron expulsados de forma definitiva, las monjas carmelitas iniciaron gestiones para que se les adjudicara a ellas el edificio y que los frailes regresaran. Pero tuvo que pasar casi un siglo hasta que, en septiembre de 1937, sus oraciones fueron escuchadas y los frailes carmelitas pudieran regresar a Soria, instalándose primero en un piso alquilado cercano y después en su emplazamiento original de la plaza del Carmen que era entonces propiedad municipal. Allí los frailes siguieron pagando un alquiler al Ayuntamiento de la ciudad y, en 1947, pudieron volver a comprar lo que les había sido expropiado en 1835.

Imagen del Sagrado Corazón en el jardín de los frailes carmelitas de Soria en 2017.
Autor: Alberto Arribas.


domingo, 23 de febrero de 2020

23/02/1780: La producción textil de Soria.


Ya hemos hablado en alguna ocasión de lo fundamental que fue la industria pañera en Soria durante toda la Edad Media, basada en la elaboración de paños que confeccionaban con la lana de su amplia cabaña ovina y que pastaba en sus tierras. Pero sin que se conozcan muy bien las razones, aquella industria manufacturera desapareció a mediados del siglo XVI. No obstante, la cantidad de lana producida en Soria siguió creciendo, pero sin apenas elaboración textil.
            En el siglo XVIII la situación era parecida, y los escasos aires ilustrados que hasta aquí llegaron, demostraban que la actividad económica generada por la elaboración de productos a partir de la materia prima obtenida en el mismo lugar, generaría mucha riqueza y puestos de trabajo. Por ello, a través de varias iniciativas públicas y privadas, se establecieron algunos talleres de tejedores.
            Una de estas iniciativas tuvo lugar cuando, auspiciados por la Sociedad Económica Numantina, un grupo de comerciantes, emprendedores diríamos hoy, naturales de Soria y de San Pedro Manrique, pero establecidos en Cádiz, fundaron una sociedad mercantil con el fin instalar en Soria escuelas y talleres de paños o prendas de confección para generar empleo en sus lugares de nacimiento y productos con los que ellos podrían comerciar en la otra punta del país.
            El 23 de febrero de 1780, una real provisión de Carlos III aprobó la fundación de esta sociedad gaditano-soriana que llegó a contar con ciento cuatro socios. Se instaló en Soria –probablemente en dependencias del actual Instituto Machado- una fábrica de medias que dio trabajo a cuarenta mujeres de la ciudad y que tenía pensado vender en Cádiz los productos elaborados. Pero la fábrica no fue todo lo productiva que se esperaba y, unido a la marcha el maestro del taller por ciertas desavenencias y a lo que parece una mala gestión, obligó al cierre de la misma.
            Aquella explotación industrial que, a duras penas, subsistió algunos años más, y fue insignia de lo que hoy, en pleno siglo XXI y salvo alguna honrosa excepción, es la industria textil de Soria, casi tan rara como intentar una plantación de plátanos.

Rebaño de ovejas hacia 1980 cruzando el puente del río Duero.
Foto: Autor desconocido, JCyL. AHPSo 21507.