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lunes, 4 de mayo de 2020

04/05/1901: Primeros pasos para el acceso al agua corriente en Soria.

Aunque no le demos ninguna importancia a cada vez que abrimos el grifo, el acceso al agua corriente en la ciudad es algo relativamente reciente, y fue tan fundamental para su desarrollo que vale la pena recordarlo.

En aquella época la escasez de agua era el principal problema de Soria y urgía una solución eficaz. Finalmente, y ante las diferentes soluciones, la sesión municipal de 4 de mayo eligió la construcción de una elevadora de aguas al depósito del Castillo cuyo presupuesto (maquinaria, obra, expropiación del molino de Enmedio y desviación de las aguas sucias) ascendía a la astronómica cifra de trescientas ocho mil ochenta y ocho pesetas (unos mil ochocientos euros); más otras doscientas cinco mil quinientas dieciocho (unos mil doscientos treinta euros), para depósitos, maquinaria para elevar las aguas durante el estiaje, reparación de la presa y arreglo de las fuentes de la ciudad.

El Molino de Enmedio era entonces una instalación dedicada a la molienda de grano y propiedad del conde de Gómara, don Pedro Pujadas, y, aunque se intentó alquilar parte del edificio y compatibilizar el uso molinero con el propio de elevar las aguas, finalmente se destinó únicamente a este segundo fin ya que acabó siendo propiedad municipal.
Aún se tardaría algún tiempo en abrir un grifo y que saliera agua, pero los principales pasos ya estaban dados y el agua corriente comenzaba a ser una realidad.


Elevadora de aguas de Soria, en 2005, durante la realización de obras con el cauce casi seco.
Autor Alberto Arribas.

miércoles, 12 de octubre de 2016

13/10/1883 ~ Solución al abastecimiento de agua para los siete mil vecinos de la capital.

El problema del abastecimiento de aguas en la ciudad de Soria ha sido uno de los más destacados de la ciudad y cada vez era más preocupante. En este último cuarto del siglo XX a la escasez de aguas surgieron varios brotes epidémicos de cólera, viruela y tifus motivados por un suministro inadecuado y las autoridades municipales no sabían qué hacer. El problema fundamental era la falta de dinero y es que los proyectos más económicos no aseguraban el suficiente caudal. Otros proyectos mucho más costosos eran los de llevar las aguas desde el río hasta un depósito que se construirá en el Castillo o construir un viaducto de unos cuarenta kilómetros río arriba, pero ambos proyectos se entendían como obras faraónicas e inasumibles.

En sesión municipal de 13 de octubre de 1883 se volvió a tratar el asunto, entendiéndose que pese a su elevado coste la solución idónea era la de subir el agua del Duero a unos depósitos construidos en el Castillo desde el Molino de En medio (la elevadora hoy conocida como Museo del Agua) pues esta forma era la única que aseguraba un suministro adecuado estimado entonces en 50 litros de agua por persona y día para los siete mil habitantes de la ciudad.

Finalmente esa fue la solución acordada, encomendando ya en este año al ingeniero Manuel Garbayo y Moreno que redactase el proyecto cuyas obras -expropiación del molino aparte- se calcularon en ciento dos mil pesetas, 612 euros.

Una de las clásicas fuentes de la ciudad, la de la plaza de San Pedro que desmontada y parcialmente mutilada sigue almacenada en dependencias municipales en espera de reubicarse en otro emplazamiento.
 
Antigua fuente en el Barrio de San Pedro (Soria).
Foto JCyL AHPSo nº 2619 archivo Carrascosa, mediados del siglo XX, atribuida a Tiburcio Crespo.