La ermita de San
Baudelio de Casillas de Berlanga perdió el culto muchos años antes y era
propiedad de unos vecinos de Casillas que la empleaban como trastero o para
guardar el ganado, pero aquel humilde templo era, y es, una destacadísima obra
arquitectónica con una interesante colección de pinturas murales que la
hicieron merecedora de ser catalogada como Monumento Nacional en 1917. Pero entonces
seguía siendo propiedad particular por lo que un traficante de arte llamado
León Leví ofreció a los propietarios comprar las pinturas que la decoraban por
50.000 pesetas (300 euros). Los propietarios ni se lo pensaron y las vendieron
en julio de 1922, pero un mes después cuando el comprador procedía a arrancar
las pinturas se personó la Guardia Civil de Berlanga que sospechando la
ilegalidad de la venta ordenó detener el proceso hasta que se aclarase todo.
La Comisión provincial de monumentos de
Soria intervino de inmediato para confirmar la suspensión del proceso de
arrancado pero los propietarios y el comprador recurrieron a la justicia.
Cuatro años después, en febrero de 1926, el Tribunal Supremo sentenció a favor
de la venta y finalmente en esta jornada de 12 de
septiembre se celebró el humillante acto en el que los miembros de la Comisión
de Monumentos de Soria entregaron la llave de la ermita de San Baudelio a sus
legítimos propietarios y, simbólicamente, les entregan también la
responsabilidad de mantener el templo o venderlo al mejor postor. Sobra decir
que de inmediato se confirmó la venta de las pinturas que en su mayor parte,
partieron de inmediato a los Estados Unidos y dando origen a un expolio legal
pero expolio al fin y al cabo.
Mucho nos hemos lamentado de aquella venta y lo seguiremos haciendo
pero también hay que reconocer la generalizada falta de sensibilidad
patrimonial que teníamos entonces y que como recuerda algún descendiente de los
propietarios, alguno de los que vendieron aquellas pinturas pasaban autentica
necesidad y que hubo quien salvó la vida gracias al dinero que recibió. Es una
lástima haber perdido aquella joya pero ¿Fue legítimo vender nuestro Patrimonio
a cambio de salvar la vida de un hijo? Nosotros los tenemos claro.
Interior de la ermita de San Baudelio (Casillas de Berlanga, Soria) en 1920 antes del expolio. Fondos fotográficos del Archivo Arqueológico Nacional. |
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