19/05/1861: En esta
jornada Gustavo Adolfo Bécquer y Casta Esteban Navarro se casarón en la
parroquia madrileña de San Sebastián.
Hacia 1860
Gustavo Adolfo y su hermano Valeriano residieron en Soria durante algún tiempo
en la casa de su Francisco “Curro” Domínguez Bécquer. Pero no fue aquí donde conoció
a Casta sino en Madrid donde ella residía con su padre, un médico oriundo de
Noviercas (Soria) que atendía a Gustavo de ciertas dolencias.
Suponemos
que Casta quedaría prendada
de ese varón prototipo del Romanticismo pero ahí acababan las coincidencias.
Él, poeta bohemio y errante; ella una señorita de vida acomodada. El matrimonio
tuvo dos hijos pero su relación, apasionada y tormentosa a partes iguales, fue
deteriorándose lentamente.
Gustavo Adolfo vivía conforme a su
estilo. Escribía artículos, poemas y relatos que publicaba en la prensa
nacional, viajaba mucho junto con su hermano Valeriano y todavía le daba tiempo
para otras tareas que nunca le agradeceremos suficiente como la de buscar
financiación y concienciación para que el monasterio de San Juan de Duero no se
arruinase del todo. Pero ese tiempo se lo quitó a su familia y mientras él
viajaba y escribía, Casta quedaba sola con sus dos hijos, convenciéndose de que
ese estilo de vida errante tan propio del Romanticismo no iba con ella, por lo
que el deterioro matrimonial fue ya definitivo.
Casi a la par que se les rompía el
amor estalló la revolución de 1868 y la familia se trasladó a Noviercas a salvo
de los incidentes de la capital. Sin embargo, Gustavo Adolfo regresó a Madrid
dejando sola a su esposa que aburrida y desencantada cayó en manos de un
antiguo novio de Noviercas conocido como “el Rubio”. Enterado el poeta de esa
relación decidió separarse de ella llevándose a sus dos hijos.
Dicen sus cronistas que la familia
pasó penurias y dificultades. Mientras él viajaba con su hermano y sus hijos,
ella dio luz a un tercer varón cuya paternidad fue puesta en duda por Gustavo Adolfo,
quien murió el 22 de diciembre de 1870, al poco tiempo de haberse reconciliado
con ella y sin ser consciente del éxito que tuvo su obra pues se le reconoció
póstumamente. Ella murió el 30 de marzo de 1885 debido a una encefalitis
crónica. Le sobrevivió catorce años, pero llevó una desafortunada vida que le
llevó a perder a su familia y a arruinarse.
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