Una de las muchas posibilidades que se plantearon nuestros padres o abuelos para asegurar el adecuado suministro de agua a la capital fue traerla desde los acuíferos del pico Frentes, por lo que se realizaron varios sondeos que aunque no dieron el resultado deseado provocaron otro inesperado resultado pero de gran interés.
A
finales de 1936, una brigada de bomberos municipales de Soria dirigidos por el
ingeniero Clemente Sáenz procedió a realizar una serie de sondeos de
perforación en la ladera sur de la Sierra de Cabrejas, en propiedades de la
familia Caravantes que autorizó estos trabajos. El 7 de diciembre, tras un
verano y un otoño muy secos, realizaron un sondeo bajo el pico Frentes por
encima de la cueva de la Toba y de resultas de aquella perforación surgió un
caudalillo de agua que corrió hasta caer por un precipicio, agua sí, pero en
cantidad insuficiente para asegurar el suministro a la ciudad. Se hicieron
varios intentos infructuosos lo que unido a la situación del país y a que el
invierno siguiente nevó y llovió tanto que provocó una gran crecida que arrasó
la obra, hicieron que el proyecto de traídas de aguas de La Toba se
desestimase.
Sin
embargo aquellos trabajos no resultaron del todo inútiles pues de aquella
corriente de carácter irregular surgió la cascada de la Toba que ha llegado a
convertirse en la principal atracción turística de Fuentetoba, especialmente en
época de lluvia cuando algunos días hay casi que hace cola para contemplarla.
Cascada de la Toba en febrero de 2015. Autor Alberto Arribas. |
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