Con objeto de ofrecer atención espiritual a las monjas, los frailes carmelitas se instalaron en la capital un sigo después de que se Santa Teresa de Jesús fundase el convento femenino pero, más que monasterio, desde el principio fue más bien un sencillo hospicio ocupado por un reducido número de frailes que ni siquiera tenían capilla abierta al público. Posteriormente, hacia mediados del siglo XVIII, comenzaron a construir un edificio de piedra en el lado nordeste de la iglesia aprovechando el solar de la antigua iglesia de Nuestra Señora de Cinco Villas y parte de sus ruinas que serían aprovechadas en la nueva fábrica, entre ellas la que fue su portada que se mantiene como acceso principal a esta casa, dando la iglesia e instalaciones inauguradas en 1776.
La
desamortización de Mendizábal (1836) obligó a los monjes carmelitas descalzos a
abandonar su casa en Soria, aunque la expulsión no fue efectiva y durante
algunos años se quedaron asistiendo espiritualmente a las monjas, concretamente
hasta que su edificio fue subastado tal día como hoy de 1844. Según el Boletín
Oficial de la venta de Bienes Nacionales, el hospicio del Carmen era un
edificio de 691 varas cuadradas superficiales, con cuatro pisos y que se tasó
en 25.564 reales.
El
caserón fue comprado por el comerciante soriano y secretario de la Sociedad
Económica Numantina, don León Perlado, quien se lo adjudicó por 25.560 reales
con la intención de que esa Sociedad instalase allí una escuela de párvulos que
funcionó dirigida por aquella sociedad hasta 1861, fecha en la que se hizo
cargo el Ayuntamiento de la ciudad convirtiendo el edificio después en escuela
mixta, y dedicando otra parte a Archivo Histórico Municipal.
Prácticamente
desde que los frailes fueron expulsados de forma definitiva, las monjas
carmelitas iniciaron gestiones para que se les adjudicara a ellas el edificio y
que los frailes regresaran. Pero tuvo que pasar casi un siglo hasta que, en
septiembre de 1937, sus oraciones fueron escuchadas y los frailes carmelitas
pudieran regresar a Soria, instalándose primero en un piso alquilado cercano y
después en su emplazamiento original de la plaza del Carmen que era entonces
propiedad municipal. Allí los frailes siguieron pagando un alquiler al
Ayuntamiento de la ciudad y, en 1947, pudieron volver a comprar lo que les
había sido expropiado en 1835.
Imagen del Sagrado Corazón en el jardín de los frailes carmelitas de Soria en 2017. Autor: Alberto Arribas. |
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