sábado, 19 de diciembre de 2020

20/12/1563: El privilegio de los Miranda.

El 20 de diciembre de 1563 el rey de España Felipe II reiteró la confirmación del privilegio ya dado por sus predecesores de conceder al linaje soriano de los Miranda 1.000 maravedíes en concepto de juro en recuerdo del apoyo prestado por esta familia a sus predecesores.

Para conocer qué servicios prestaron los Miranda sorianos a la corona debemos retrotraernos casi doscientos años atrás, concretamente hasta 1375, cuando en la guerra civil fratricida entre Pedro I y Enrique II, el segundo pudo lograr vencer al primero con la ayuda del rey de Aragón Pedro IV “el Ceremonioso”. Tras la victoria de Enrique, Pedro IV quiso obtener lo prometido (Murcia, entonces en manos de Castilla) pero su antiguo socio y amigo se hacía el tonto. Pedro IV quiso cobrar su deuda y echó cuentas, pero tuvo que reconocer que por las malas llevaba las de perder ya que en ese tiempo Enrique tenía otros buenos socios que le apoyaban militarmente, así que se tuvo que tragar el sapo y reconocer que no le quedaba más remedio que poner buena cara y ofrecerle un tratado de amistad y cooperación. Aquel tratado se firmó en el desaparecido convento de Almazán, en 1372, y en él se acordaron devoluciones territoriales y de lo que hoy tratamos: del matrimonio entre la infanta aragonesa Leonor con el heredero del trono castellano, el infante Juan, así como otra segunda boda del heredero de la corona navarra, el Príncipe don Carlos, con otra hija de Enrique II, la infanta Leonor de Castilla.

No vamos a comentar sobre las arras, capitulaciones o de la dote que llevaba cada uno pues lo más destacado de aquel primer matrimonio fue que, aunque parezca increíble, la consecuencia de una negociación de estado pactada entre dos países fue una boda romántica en la que parece que entre los novios había algo tan raro en una pareja real como el amor, y es que por diversas circunstancias los dos se conocían desde que eran niños, habían pasado mucho tiempo juntos y ¡eso sí que toda es una novedad! parece que el rey nunca le fue infiel a su esposa. No pasó lo mismo con el matrimonio entre su hermana Leonor con el príncipe navarro Carlos donde hubo acusaciones de malos tratos y amenazas a la reina por parte de los nobles navarros, aunque al final del roce surgió el cariño y una larga descendencia.

El tratado de Almazán determinaba que aquellas bodas reales debían celebrarse en la ciudad de Soria, primero, el 27 de mayo de 1372, entre Carlos de Navarra y Leonor de Castilla, y después la de Juan de Castilla y Leonor de Aragón, y aunque probablemente fuesen las dos en el mismo lugar (hay quien dice que esta ceremonia fue en San Francisco), con seguridad sólo lo sabemos del segundo que se celebró en el palacio de los Miranda, hoy Colegio del Sagrado Corazón, y que por ese servicio el rey les concedió el privilegio del que hablábamos al principio.


Existen muy pocas imágenes del palacio de los Beteta, casi tantas como personas vivas lo conocieron por lo que en esa ocasión hemos decidido ofrecer este montaje colocando la imagen antigua de un archivo familiar en una fotografía moderna que nos sitúa el lugar original donde estuvo, en el hoy colegio del Sagrado Corazón.



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