11/06/1543: Los que
nos dedicamos a escribir o a narrar cuestiones tenemos que tener mucho cuidado
pues a veces nos equivocamos y lo que era un error involuntario o mal
expresado, algo aparentemente intrascendente, puede llegar a convertirse en una
afirmación categórica que ya es imposible deshacer.
Eso es lo que paso cuando alguien llamó “fielato” a
lo que era un viejo silo en Soria y con Fielato se quedó para siempre.
Y lo mismo pasó con la advocación de la iglesia que
hubo donde ahora está la plaza de toros. Una iglesia conventual de frailes Benedictinos
dedicada a Nuestra Señora de la Blanca; a la que la emperatriz Isabel en las
reformas que quiso imponer para el desarrollo de las fiestas llamó por error de
la Virgen del Mercado («yendo a Nuestra Señora del Mercado, en cuya
casa siempre se celebró esta fiesta… y tañendo la campana de Nuestra Señora del Mercado»). Y
con ese nombre se la llamó durante algún tiempo, al menos hasta el 11 de junio
de 1543 cuando las cuadrillas se reunieron para establecer el orden en el que
habrían de salir en el desfile para prestar
homenaje a la Virgen de la Blanca.
Sin embargo, el error persistió al ser repetido por
otros historiadores. Aún, de cuando en cuando, se sigue viendo escrito incluso
como uno más de los nombres santos a los que están dedicadas nuestras fiestas: San
Juan o de la Madre de Dios, o de la Boda de Santa María, o de la Visitación de
Santa Isabel…
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