15/06/1816: Hoy hace doscientos años se fundó
en Almazán la cofradía de San Pascual Bailón. Los pastores y ganaderos
adnamantinos que ya honraban a ese santo (se ha dicho que desde 1684), se
reorganizaron como una cofradía gremial.
En
aquella época la cofradía ya contaba con
dos mayordomos elegidos por antigüedad, un secretario y un presidente o abad
que era el párroco de San Miguel y celebraban la fiesta de la onomástica del
santo, el 17 de mayo, con los zarrones, una peculiar figura posiblemente
emparentada con los zarragones carnavaleros que existieron antiguamente en
algunos pueblos de Soria y que, posiblemente, sea un arcaico recuerdo de
costumbres mucho más antiguas.
El día de San Pascual es día festivo en Almazán. En esta
jornada la cofradía organiza una vistosa procesión en la que participan unas
parejas de danzantes vestidos lujosamente con trajes regionales. Los danzantes van
precedidos por la figura del palillero, encargado de llevar los palitroques y de
marcar el ritmo del baile con unas castañuelas. Seguidos de los dos mayordomos
y las dos mayordomas que llevan unos roscos que después será subastados. Y por último,
las figuras más vistosas, los zarrones. Su indumentaria, además de llevar una
densa barba consiste en calzones, chaqueta de cuero negro, calzan abarcas,
cubren su cabeza con sombrero de ala ancha cubierto con plumas de buitre, rabos
de cordero y conejo. En la mano llevan sendas porras o zambombas elaboradas con
una vejiga de cuero, hoy lona, llenas de serrín bien apretado.
La misión de los zarrones consiste en abrir paso y
proteger la comitiva formada por la imagen del santo y de los danzantes que
tras la misa vuelven a repetir su baile en la plaza Mayor delante del santo que
va sobre andas y siguiendo una estricto protocolo. Finalmente, un zarrón arroja
caramelos al suelo para que los voluntarios lo recojan, si se atreven pues por
su osadía recibirán porrazos de los otros zarrones que golpean con todas sus
fuerzas.
Quizá esa sea la escena más vistosa de la fiesta, pero
sólo es un acto más puesto que la procesión está cargada de ritos de gran
interés etnológico.
Como nos extenderíamos mucho, lo mejor que podemos hacer es aconsejar a quien no lo conozca a estar presente en la plaza Mayor de Almazán un 17 de mayo. Y a quien no pueda asistir en persona o desee más información que pinche sobre la imagen.
Como nos extenderíamos mucho, lo mejor que podemos hacer es aconsejar a quien no lo conozca a estar presente en la plaza Mayor de Almazán un 17 de mayo. Y a quien no pueda asistir en persona o desee más información que pinche sobre la imagen.
Los zarrones en una imagen de la Revista de Soria nº 15 primera época (1971). |
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