lunes, 4 de mayo de 2020

04/05/1901: Primeros pasos para el acceso al agua corriente en Soria.

Aunque no le demos ninguna importancia a cada vez que abrimos el grifo, el acceso al agua corriente en la ciudad es algo relativamente reciente, y fue tan fundamental para su desarrollo que vale la pena recordarlo.

En aquella época la escasez de agua era el principal problema de Soria y urgía una solución eficaz. Finalmente, y ante las diferentes soluciones, la sesión municipal de 4 de mayo eligió la construcción de una elevadora de aguas al depósito del Castillo cuyo presupuesto (maquinaria, obra, expropiación del molino de Enmedio y desviación de las aguas sucias) ascendía a la astronómica cifra de trescientas ocho mil ochenta y ocho pesetas (unos mil ochocientos euros); más otras doscientas cinco mil quinientas dieciocho (unos mil doscientos treinta euros), para depósitos, maquinaria para elevar las aguas durante el estiaje, reparación de la presa y arreglo de las fuentes de la ciudad.

El Molino de Enmedio era entonces una instalación dedicada a la molienda de grano y propiedad del conde de Gómara, don Pedro Pujadas, y, aunque se intentó alquilar parte del edificio y compatibilizar el uso molinero con el propio de elevar las aguas, finalmente se destinó únicamente a este segundo fin ya que acabó siendo propiedad municipal.
Aún se tardaría algún tiempo en abrir un grifo y que saliera agua, pero los principales pasos ya estaban dados y el agua corriente comenzaba a ser una realidad.


Elevadora de aguas de Soria, en 2005, durante la realización de obras con el cauce casi seco.
Autor Alberto Arribas.

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