El 31 de marzo de 1937, unos días antes que
el más conocido bombardeo de Guernica, la Aviazzióne Legionaria italiana, con
el beneplácito de los militares españoles sublevados, decidió experimentar algo
inédito y que prácticamente no se había hecho nunca: lanzar un ataque aéreo
contra una unidad urbana habitada por población civil. En esta fecha y con la
impresión de que más que un bárbaro ataque lo que pretendían era ejercitar una
maniobra militar, aviones italianos ametrallaron y lanzaron bombas sobre la
villa vizcaína de Durango.
El plan consistió en que nueve bombarderos
Savoia 21, cargados cada uno con veinte bombas de cincuenta kilos y cuatro
bombas incendiarias de veinte kilos, lanzasen tres ataques: el primero por la
mañana destruyó el casco urbano; el segundo a mediodía, un ferrocarril militar;
y el tercero, poco después, volvió a atacar el casco urbano. La ofensiva
resultó un “éxito” militar que destruyó buena parte del pueblo causando la
muerte de unas trescientas personas, la mayor parte población civil, y dio
inicio a un tipo de maniobras aéreas que desgraciadamente comenzaron a ser muy
habituales en todo el mundo.
Tras
mucho silencio, en el que hasta se llegó a negar el ataque, en 2017 el
ayuntamiento de la localidad vizcaína presentó el informe definitivo. Averiguó
el nombre de aquellos pilotos, de los que dos aún vivían, y presentó una
querella criminal por crímenes de lesa humanidad. También reveló que aquel
escuadrón despegó a las siete de la mañana del aeródromo militar de Los
Negredos junto a Garray.
Aeródromo de Los Negredos hacia 1936-39. Fuente foto: JCYL AHPSo, colección Pascual Borque, autor desconocido. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario