jueves, 5 de marzo de 2020

05/03/1446: Las disputas económicas del clero.


Como toda organización donde hay dinero por medio, la Iglesia Católica no ha estado exenta de polémicas y situaciones en las que da la impresión de que lo que prima no han sido tanto sus fines evangelizadores y el servicio a los creyentes como el enriquecimiento de sus dirigentes o de la propia organización para destinarlo a la construcción de nuevos y fastuosos templos. Para que nadie nos acuse de anticlericales, haremos hincapié que también hemos visto, y veremos, lo contrario, el desprendimiento de muchos clérigos y obispos ejemplares que prefirieron vivir realmente sus votos de pobreza repartiendo sus riquezas entre los que presentan necesidades materiales mucho más que las espirituales.

Hoy hablaremos de los primeros ya que, en estos mediados del siglo XV, volvieron a surgir los mismos viejos conflictos por el reparto de los diezmos. En este caso entre los curas del Cabildo de San Pedro y el Obispado de Osma pues, aunque los primeros percibían los diezmos y rentas de las heredades anejas a la iglesia de San Polo, el obispo oxomense, Roberto Moya, consideraba que la iglesia era de su dignidad y que debía recibir los diezmos él o el canónigo Juan Martínez, a quien había concedido sus derechos el 5 de marzo de este 1446.
        Desconocemos el detalle de las negociaciones pero cabe suponer que las cosas continuaron igual ya que, poco después, consta el hecho de que a cambio de esas rentas los sacerdotes del Cabildo de Soria se comprometieron a rezar tres misas al año por la salud de los obispos de Osma.

Iglesia de San Polo hacia el primer tercio del siglo XX.
Fuente foto: JACYL AHPSo nº75, archivo Carrascosa, autor desconocido.


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