Nueve años antes la ciudad ya había decidido construir un campus universitario en Valonsadero, en la zona del Centro de Investigaciones Forestales junto al cruce con la carretera de Fuentetoba, y aunque se llegó a realizar un proyecto arquitectónico a cargo del arquitecto Esteban Román, sin saberse razón fue ignorado y los escasos centros universitarios de la capital seguían dispersos: Magisterio en su sede de la ronda Eloy Sanz Villa, el CUS en el viejo caserón de San Francisco, los Graduados Sociales en un inmueble municipal de la plaza Mayor donde ahora están los servicios sociales municipales y la Escuela de Enfermería en el Hospital Institucional, hoy Virgen del Mirón.
Por
aquel entonces la provincia de Soria acababa de abandonar el distrito
universitario de Zaragoza para pasar a formar parte del de Valladolid y como en
todas las relaciones, los primeros momentos son los más tiernos y los de mejor
disposición por lo que el entonces rector de la Universidad de Valladolid,
Fernando Tejerina, vino a Soria tal dia como hoy de 1987 y de una forma
absolutamente inocente solicitó
al Ayuntamiento de Soria una superficie de terreno superior a las cuatro
hectáreas para construir un campus universitario. Sin quererlo, aquella
sencilla y razonable petición acabó ramificándose y derivando en varios asuntos
a cual más feo, y desencadenando uno de los procesos más oscuros del periodo
democrático en Soria en el que hubo de todo.
Con muy buena disposición, al poco tiempo el alcalde
Virgilio Velasco ofreció una parcela municipal de cuatro hectáreas en la zona
de los Royales con el compromiso de que de ser necesario podría expropiarse
más, pero el sr. Tejerina desconfió de aquella buena intención pues prefería
algo más seguro por lo que rechazó la oferta hasta tener otra ubicación mejor.
Aquella oferta tardó en llegar, en 1991 y fuera del término de la capital, en
las Camaretas, un paraje entonces boscoso al lado de la capital pero en término
de Golmayo aunque contaba con el beneplácito del Ayuntamiento de Soria que
correría con buena parte de los gatos de urbanización, dotación de
infraestructuras, servicios y expropiaciones pues alguna fue precisa para
construirse aquel gran campus con aulas, zonas deportivas, residenciales y
algunas, pocas, viviendas.
Cuando aquel proyecto ya estaba muy avanzado
comenzaron a surgir problemas pues algunos concejales de Golmayo cambiaron de
opinión y permitieron aumentar la cantidad de viviendas de Camaretas, lo que
perjudicaba notablemente los intereses de la ciudad pues de allí se nutrirían
los futuros residentes.
Desde aquel momento la situación se enquistó
totalmente y hubo broncas, peleas, amenazas, llamadas al orden en el PP y sobre
todo, cuatro años perdidos y mucho dinero público mal empleado, lo que
probablemente fue lo que condicionó otras decisiones erróneas.
Al final y resumiendo un complejo proceso, se
construyó el Campus en los Pajaritos al que llegaron algunas nuevas
titulaciones y centralizándolo todo en un mismo lugar, en aquel emplazamiento
de Las Camaretas se construyó el centro comercial pero todavía hoy, algunos
afectados siguen odiándose con toda el alma.
Vista aérea de Las Camaretas haca 2004, imagen de nacionrotonda.com |
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