En 1615 doña Catalina de Arana decidió consagrarse a Dios y dedicar su casa familiar de la calle Agustinas en Ágreda para fundar allí un convento femenino en el que profesar ella y sus hijas María y Jerónima, y en 1619 dio por inaugurado aquel primitivo convento en la casa cuya fachada subsiste como parte de un edificio residencial, pero aquella casa de los Coronel Arana pronto se quedó pequeña y decidieron trasladarse y construir uno nuevo, algo que comenzó tal día como hoy de 1616 cuando se colocó la primera piedra del actual convento de la carretera de Vozmediano. al frente del cual se pondrá la hija de doña Catalina, una monja a la que seguimos conociendo como sor María de Jesús de Ágreda y, más corto y familiar, la Venerable.
Aquellas obras se alargaron durante siete años y según la tradición, ya ocurrieron algunos sucesos prodigiosos como accidentes graves sin trascendencia, incluso hay quien dice que sor María Jesús ya demostró entonces su bilocación pues sin salir del viejo convento de su casa familiar viajaba al nuevo y denunciaba los desperfectos que veía. También dicen que hubo dos obreros fabulosos que trabajaban bien, sin descanso y sin salario, lo que hizo que se corriera la voz de que eran ángeles del cielo que habían venido ayudar, aunque quizá lo más milagroso es que siendo un monasterio muy pobre y sin que consten grandes donaciones, cada semana se pagaba puntualmente a los proveedores y a los trabajadores.
El
conjunto monacal no destaca por fuera. Se trata de una sólida construcción
piedra de mampostería cogida a cal y canto, con sillería en esquinas, jambas y
dinteles y fachada principal orientada de oeste a este y protegida por muro de
piedra con rejas, en el que se abren los tres arcos de medio punto que permiten
acceder al interior. El edificio consta de dos pisos y sus ventanas se cubren
con rejas. Abundan los manantiales que favorecen los cultivos hortícolas y
proporcionan el suficiente abastecimiento de agua para la comunidad. El
interior del convento está encalado y embaldosado con la típica baldosa
aragonesa que las monjas hacen brillar con cera desde hace siglos. En el
exterior y muchos años después el abad de Sacromonte de Granada don Zotico
Royo, donó la imagen de la Venerable esculpida en piedra blanca.
La iglesia desarrolla una planta de cruz
latina con cúpula sobre pechinas, brazos cubiertos por lunetos y coro protegido
por verja, todo ello construido según los cánones barrocos que imponen una
decoración arquitectónica casi exagerada, realizada con molduras de escayola
pintadas, y lleva retablos coetáneos así como elementos decorativos oriundos de
Méjico o donados por el rey Felipe IV, si bien lo más llamativo es el féretro
de cristal que guarda el cuerpo de sor María Jesús de Ágreda.
Convento concepcionista de Ágreda en 1886, publicado en la revista la Ilustración Católica. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario