En esta fecha, pocos días antes de morir, uno de los hombres más poderosos de Soria en su época tuvo que reconocer y acatar el derecho de la esposa a la mitad de los bienes gananciales del matrimonio, un reconocimiento sorprendente en una sociedad que imaginábamos tan machista y patriarcal como era la del siglo XVI, y conociendo las grandes posesiones del matrimonio, su poder político-social así como sus complicadas relaciones familiares, casi podríamos asegurar que aquel asunto sería el culebrón del verano en la Soria de 1572.
Juan
de Vinuesa, oriundo de la localidad de Gallinero, es el ejemplo típico del rico
ganadero con aspiraciones políticas pero sin pasado aristocrático que "a golpe
de talonario", como decimos ahora, compró al rey un cargo político en el concejo
de Soria que era como entonces se hacía carrera política. Completó su ascenso
social casándose con una mujer de la nobleza –la navarra Beatriz de Beaumont– lo
que le permitió ingresar en el selecto grupo nobiliario, y como además
precisaba de un símbolo que representara la clase que tenía, se construyó un
palacete en el lugar donde hoy está el Banco de España de la plaza de San
Esteban, una casona austera al exterior pero de gran belleza y lujo interior.
El
matrimonio no tuvo hijos aunque criaron a una hija extramatrimonial de él
llamada Ana de Vinuesa, además del niño Juan Alonso de Vinuesa, un huérfano
hijo de un hermano al que trató como un hijo incluso a la hora de heredar, o al
menos lo pretendió. Al parecer doña Beatriz era una señora muy beata (fue la que
acabó fundando el monasterio de monjas carmelitas de Soria) y manifestaría ya
ese deseo desde temprano, algo que no contaría con el apoyo entusiasta de su
esposo ni de su sobrino que decidieron ocultar a la esposa parte de la fortuna
del matrimonio y evitar así que acabara en manos de la Iglesia.
Pero
doña Beatriz no era tonta y acabó llevando a los juzgados a su esposo y sobrino
por retener la parte de la fortuna que le correspondía como bienes gananciales,
algo que finalmente tuvo que acatar el esposo tal día como hoy y que completó
firmando unos días después su derecho a poder disfrutar de las casas
principales que el matrimonio tenía en Gallinero, y Soria.
Juan murió y fue enterrado en
la capilla mayor de la parroquia de Gallinero. Su sobrino Juan Alonso de Vinuesa heredó el Mayorazgo y
los bienes del matrimonio que le correspondían a su tío, y aunque hay datos que
indican que la relación con su tía Beatriz no fue buena, algunos años después ella
acabó legándole la mitad de su fortuna, cediendo la otra a las monjas
carmelitas a las que dotó y ayudo para que se instalasen en la casa palacio que
ella había comprado en la plaza de las Fuentes Cabrejas.
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