Una de las zonas más desconocidas de la provincia de Soria es el sur de
la Tierra de Berlanga. Muchos conocerán Tiermes, si acaso Retortillo y alguno
habrá estado en Caltojar, pero en general poco más sabemos de esta comarca. Sin
embargo existen pequeños pueblos cargados de leyendas, de paisajes insuperables
y de monumentos históricos increíbles cuya visita casi se entiende como un
viaje en el tiempo y que debe ser obligada para todo aquel que quiera conocer
Soria. Uno de ellos es Brías, un pueblo pequeño y escasamente poblado pero que
posee una gran riqueza patrimonial, en buena parte gracias al esfuerzo de uno
de los briaseños más conocidos, Juan Aparicio Navarro.
Juan Aparicio Navarro nació en Brías en 1624. Cursó estudios
eclesiásticos en Sigüenza, Alcalá de Henares, Valladolid y El Burgo de Osma. Su
formación humanística y teológica le permitió desarrollar puestos importantes
de carácter político, pero sobre todo eclesiásticos dentro del seno de la
Iglesia como el de canónigo de la catedral de Santiago así como titular de los
obispados de Lugo y León donde falleció el 6 de noviembre de 1696.
Pero además de sus destacables funciones eclesiásticas, si queremos
traer su recuerdo hoy a esta sección es porque en su Brías natal Juan Aparicio
promovió la construcción de una nueva iglesia parroquial que pasa por ser uno
de los mejores ejemplos de la arquitectura barroca en la provincia de Soria, un
edificio sorprendente que tiene la calificación de Bien de Interés Cultural
desde 1998 y cuya descripción puede encontrar en el enlace de la imagen y que invitamos al lector a que aproveche
estas tardes del otoño soriano y la visite.
Por si fuera poco Brías dispone también de una ermita románica
brutalmente expoliada pero que sigue siendo espectacular, tiene cerca alguna de
las atalayas musulmanas de la comarca, un grandioso palacio promovido por el
mismo personaje y restaurado con tanto esmero que la visita parece también un
viaje en el tiempo más que en el espacio. Además, muy cerca de Brías está
Abanco cuya visita debe ser obligada pues allí también son poseedores de un
magnífico templo más propio de una capital que de una humilde aldea, un Bien de
Interés Cultural del que nos ocuparemos en otra ocasión y que también fue
promovido por José Aparicio, un mecenas emparentado con Juan Aparicio Navarro.
Torre-campanario de la iglesia parroquial de Brías (Soria).
Fuente foto: web
jcyl
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