Una dehesa es un espacio verde de uso eminentemente ganadero y forestal que, en muchos casos como el de Soria, acabaron siendo absorbidas al crecer las ciudades que las destinaron para construir viviendas o colegios (Dehesa Serena), o para el paseo y asueto de los vecinos, como nuestra Alameda de Cervantes. Su tamaño y los cuidados de los empleados municipales, han convertido nuestra Dehesa en un lugar privilegiado para pasear, jugar a la tanguilla, tomarse un café o hasta para rezar en la Soledad, pero también es lugar de exposición y reparto de las Calderas de fiestas, espacio cultural y de poesía. Allí hubo un molino, campo de fútbol y zoo, hemos escuchado conciertos de grupos musicales o de la banda, contemplado quemas de fuegos artificiales, desfiles militares reales o de recreación histórica…
Sus usos como
espacio público son muchos y aunque ha sido un espacio destinado para el
ganado, nos sorprende una revelación de José Ignacio Esteban Jáuregui que en su
imprescindible sección “HistSoria” en www.soria-goig.com, nos recuerda
que también fue antiguamente uno de los varios lugares donde los sorianos
celebraban sus espectáculos taurinos y corridas de toros al menos a mediados
del siglo XVIII pues dice que el 25 de agosto de 1742 se celebró la correspondiente
sesión del Ayuntamiento de Soria en la que se leyó un memorial
presentado por varias personas exponiendo que en atención a tener licencia
del «Cardenal de Molina Gobernador del
Real y Supremo Consejo de Castilla para tener en las cercanías de ella dos
corridas de toros, se sirva por lo que así toca conferirles su permiso, y
licencia para hacer la plaza para ello en la Alameda sita junto a Nuestra
Señora de la Soledad. Y habiéndose conferido largamente sobre este asunto, por
la mayor parte de la Ciudad se acordó dar como dio su permiso para las dichas
dos corridas según y en la forma que se pide».
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