La villa berlanguesa debe ser una de las pocas poblaciones que da su nombre a dos títulos nobiliarios, el Marquesado de Berlanga y el Ducado de Berlanga de Duero.
Del primero hemos tratado varias
veces y volveremos en otras ocasiones, pero del segundo nunca lo hemos hecho,
por lo que lo haremos hoy ya que, en esta jornada de 1876, el rey Alfonso XII
lo concedió al bilbaíno Cándido Alejandro Palacio y Espina (1811-1879), fiscal
del Real Cuerpo de Hijosdalgos de la Nobleza de Madrid –donde residía-,
caballero de la orden de Alcántara, y mayordomo de Semana de S. M. en Derecho.
El título pasó a su hija, y más
tarde a su nieta María Romrée Palacio, casada con el ingeniero inglés Edgar
Neville, padres del diplomático Edgar Neville Romrée, más conocido por su
faceta de autor de obras de teatro de cierto éxito en la España de la segunda
mitad del siglo XX. Este IVº Conde de Berlanga lo transmitió a su hijo Rafael
Neville Rubio-Argüelles, arquitecto y pintor de éxito, que murió sin hijos y lo
traspasó al VIº Conde, su hermano Santiago, padre del VIIº y actual conde, Edgar
Neville Guill que se dedica al paisajismo y a la jardinería en Gran Canaria.
Sobre la vinculación del
dramaturgo en la villa de Berlanga, el autor del artículo “El Conde de
Berlanga” (05/05/2009) en berlanga.blogia.com informa que en
una ocasión visitó la villa soriana y que incluso mostró interés en comprar el
castillo, pero en aquellos momentos había dedicado sus recursos financieros a
una producción cinematográfica y fue posponiendo este proyecto que finalmente
no pudo realizar.
Charles Chaplin “Charlot” a la izquierda y a la derecha Edgar Neville Romrée IVº conde de Berlanga de Duero. Imagen tomada de libertaddigital.com |
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