jueves, 14 de mayo de 2020

14/05/1930: Sobre la propiedad del Castillo de Soria.


Alguno de los lujos y privilegios que disfrutamos los sorianos casi al lado de casa son nuestras zonas de paseo junto al Duero o el Castillo, donde se encuentra uno de los mejores parques municipales de la ciudad, aunque no siempre haya tenido esa consideración de parque ni de municipal.


     Ya hemos comentado en alguna ocasión que, al poco de que Durán ordenase la voladura del Castillo, el Ayuntamiento quiso aprovechar la ruina resultante como cantera de piedra pues considera que el solar y las ruinas eran de su propiedad, pero se encontró con la oposición del Gobierno de la nación que consideraba que arruinado o en pie, el castillo era un edificio militar y el solar un importante lugar estratégico propiedad del Ministerio de la Guerra, algo que parece insinuar que en algún momento se valoró la posibilidad de reconstruirlo o de levantar un nuevo cuartel militar.
     El Ayuntamiento de Soria se opuso a este planteamiento y siguió considerándolo suyo, sobre todo ante la pasividad de las autoridades nacionales que nunca más volvieron a hablar de un posible uso real del cerro para usos militares, pero que seguían poniendo pegas a un uso municipal.   Esta situación duró más de un siglo y, aunque el 14 de mayo de 1930 la Dirección General de Propiedades y Contribución Territorial envió al consistorio soriano una resolución que seguía insistiendo que la meseta pertenecía al Ministerio de la Guerra y que todo el cerro seguía siendo monte catalogado de Utilidad Pública, los de Soria nunca lo tuvieron en consideración e incluso ya habían construido sin permiso un depósito de aguas (el del Sagrado Corazón) y planteaban construir otro en terrenos supuestamente militares.
     Al cabo de los años el asunto se fue ya diluyendo y de una forma tácita las administraciones local y ministerial acabaron reconociendo que, más que interés estratégico, el Castillo tenía un gran interés paisajístico para los sorianos, y que su ubicación en un alto junto a la población era el lugar adecuado para situar los depósitos de agua corriente de la ciudad.

Reconstrucción del aspecto que pudo tener el Castillo de Soria en torno a 1700.
Dibujo de Felipe Barnuevo Hernández recogido en la publicación de la Asociación de Amigos del Museo Numantino "La ciudad de Soria, su Castillo y su muralla. Recopilación histórica y documental", de Susana Blanco, Ángel Lorenzo y Alberto Arribas.


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