Pese a haber nacido en El Escorial, tal día como hoy, y ser hijo de catalanes, este soriano pasó a la historia local por ser uno de los intelectuales que, entre el XIX y XX, mejor conoció y contó la historia de la ciudad y de la provincia, y que recogió en muchos trabajos de investigación que hoy seguimos empleando regularmente en esta sección.
Doctor
en Ciencia Físico-Matemáticas por la Universidad Central de Madrid (1899), se
dedicó a la docencia y por oposición (1911) obtuvo la cátedra de Matemáticas
del Instituto General y Técnico de Soria, del que llegaría a ser vicedirector y
en el que ejerció el resto de su vida. Pero, pese a su formación académica en
ciencias, fue un gran aficionado a la historia, dedicando su tiempo libre a la
investigación de archivos y bibliotecas y que le sirvieron para publicar
algunos trabajos. Fue nombrado cronista de Ayllón (Segovia); Hijo Adoptivo de
San Esteban de Gormaz; correspondiente de las Reales Academias de la Historia y
de Bellas Artes de San Fernando; vocal y vicepresidente de la Comisión
Provincial de Monumentos de la Provincia de Soria; delegado regio de Primera
Enseñanza (1922); y concejal del Ayuntamiento de Soria durante la II República,
cargo que no pudo acabar de desempeñar pues le sorprendió la muerte en mayo de
1933.
Entre
sus iniciativas, las dos más recordadas fueron: la de promover el homenaje a
Antonio Machado, que acabó brindándole el título de Hijo Adoptivo de Soria en
1932, y la segunda, mucho más controvertida, consistió en cambiar el nombre a
la provincia de Soria por el de provincia de Numancia, un debate que acaparó el
tema provincial del año durante 1922.
Retrato de Pelayo Artigas
Corominas en torno a 1900. Imagen de autor desconocido en XXXX. |
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