lunes, 20 de abril de 2020

20/04/1920: Llegada de Gerardo Diego a Soria.


Tras superar la correspondiente oposición para catedráticos de Literatura y obtener el segundo puesto, lo que le impidió acceder a la plaza de Salamanca que era su primera opción, el profesor Gerardo Diego Cendoya llegó a Soria y, hoy, hace justo cien años, tomó posesión de su plaza como catedrático en el Instituto de Soria, hospedándose en la pensión del Collado “Las Isidras”, donde coincidió con Gervasio Manrique o Santiago Gómez Santacruz.

        Los sorianos le recuerdan entonces vestido luto riguroso por la reciente muerte de su madre, y sus alumnos por su gran capacidad de trabajo, su alto nivel de exigencia y su gran preparación, pero también por su mal genio y su intolerancia llegando a dejar en evidencia a un alumno que no empleaba bien las rimas.
        Soria fue su primer destino y pronto se asoció al Casino formando parte de la vida cultural de la capital y en donde establecerá amistad con José Tudela, Mariano Granados, Bernabé Herrero,... Allí disfrutaba tocando el piano, participando en las conferencias del Ateneo e, incluso, llegando a formar parte de un grupo de teatro cásico con el que ofreció varias representaciones hasta su marcha a Gijón en 1922, si bien regresó con frecuencia a visitar a sus amigos y durante algún tiempo continuó siendo colaborador en “La Voz de Soria”.
        Como otros antes y después que él, el paisaje soriano le impactó e inspiró buena parte de su poemario, destacando en su obra el titulado “Soria Sucedida”.

Gerardo Diego en el Instituto, casi cuarenta años después, el 6 de octubre de 1959, inaugurando el aula “Antonio Machado”. Imagen de autor desconocido tomada de un artículo de Alberto Llorente Sanz del libro de Jesús Bozal Alfaro “Antonio Machado en el corazón de Soria”, 2007.


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