En la jornada anterior el Comité Republicano Provincia de Soria había convocado un pleno extraordinario en el Ayuntamiento de la ciudad para elegir al nuevo alcalde de Soria, y el día 16, a las 8:30 de la mañana, se constituyó el acto presidido por Juan Antonio Gaya Tovar que, tras unas palabras, cedió inmediatamente la presidencia de la mesa al concejal electo Aurelio de Marco García, por ser el que más votos había obtenido, y se celebró la elección del alcalde resultando elegido el republicano Juan Pacheco con once votos frente a cinco en blanco. Tras lo cual fue impuesto con las insignias de su cargo y juró cumplir fielmente sus obligaciones como alcalde de Soria. El acto continuó con la elección y jura del resto de cargos electos.
Aquel
primer consistorio republicano en Soria quedó de la siguiente forma: alcalde,
José Antón Pacheco, que lo sería hasta su dimisión poco antes de morir, el 4 de
junio de 1932. Le acompañaban, Antonio Royo Arana, primer teniente alcalde;
Manuel Ruiz de Pablo, segundo teniente alcalde; Claudio Lorente Esteban, tercer
teniente alcalde; Joaquín Arjona y García Alhambra, primer procurador síndico;
Aurelio de Marco García, primer regidor; Bienvenido Calvo Hernández, segundo
regidor; Pelayo Artigas Corominas, tercer regidor; Silvino Paniagua Nevares,
cuarto regidor; Julio Pérez Rioja, quinto regidor; Pablo Pérez Sevilla, sexto
regidor; Rafael Sainz de Robles, séptimo regidor; Donato Hergueta Mozas, octavo
regidor; José Domínguez Gómez, noveno regidor; Ricardo Vallejo Ramos, décimo
regidor; y Urbano Valera, undécimo regidor.
Dos
días después el nuevo Ayuntamiento se puso a trabajar en sesión y a analizar
los problemas de la ciudad entre los cuales destacó la escasez de recursos
económicos de la corporación y el elevado paro obrero que afectaba a más de
cien trabajadores, que esperaban recibir las atenciones que no habían recibido
apenas una semana antes. Por ello, decidieron comenzar de inmediato una serie
de obras necesarias para la ciudad que sobre todo que dieran trabajo y paliaran
el elevado paro de los obreros sorianos, más de cien hombres en esa situación.
También,
unos días después, acordaron otras medidas como las de retirar del callejero
todos los nombres de calles que honrasen la memoria de los que habían sido
destacado como afines a la monarquía, cambiando el nombre a la plaza del
Vizconde de Eza por la de Plaza de la República (Plaza de San Esteban, hoy de
las Mujeres), y la Calle Primo de Rivera por la Avenida del 14 de Abril (actual
Calle Ferial), denominaciones que ni antes, ni entonces, ni después calaron en
el corazón de los sorianos y que, entonces y ahora , llamamos a las calles por
su nombre tradicional sin importar a quien se quiera homenajear.
Acta de constitución del Ayuntamiento de Soria el 16 de abril de 1931. Imagen tomada del artículo Proclamación de la II República en Soria. |
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