lunes, 6 de abril de 2020

06/02/1939: La rendición de Gaya Nuño.


Tras casi tres años de sufrimientos y penurias en el frente, vencido y derrotado, probablemente hasta humillado, el teniente del Ejército Republicano Juan Antonio Gaya Nuño regresó a Madrid al día siguiente de la caída de Madrid, refugiándose en el domicilio madrileño de su suegro donde le esperaba su esposa Concha de Marco.
Seguro que por la mente le pasó la idea de intentar esconderse o escapar, pero eran días de traiciones, venganzas y revanchas, y, además de la suya, ponía en riesgos la de su esposa y suegro por lo que al final tomó la decisión de rendirse. El 6 de abril de 1939 se entregó a la Guardia Civil, iniciándose entonces una dura represión que le llevó por varios campos de concentración y cárceles.

        Hubo consejo de guerra, o al menos un intento de legitimizar la condena, pues los vencedores querían mostrarse justos y magnánimos, y aunque no conocemos otros casos parecidos con tanto detalle para asegurarlo, no nos equivocaremos mucho sin pensamos que el final lógico de aquel proceso era el paredón.
        En su contra tenía los informes negativos del jefe de la Guardia Civil de Soria y del delegado de Falange que le acusaron de organizar el Batallón Numancia en la zona roja, de estar afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas y al Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de la UGT; pero en su favor dispuso de los informes cívicos favorables del alcalde de Soria, Gregorio Ramos Matute, de los informes morales del párroco del Espino, Celestino Zamora Ramos, y del abad de la colegiata Gómez Santacruz que le describió como un tipo amable, piadoso, entusiasta del arte y sin demasiado interés por la política
        Esta vez la providencia no le dio la espalda y, contra todo pronóstico, esto no deja de ser una opinión personal difícil de probar, Juan Antonio Gaya Nuño esquivó la condena a muerte y fue sentenciado a una pena de veinte años de prisión y la correspondiente inhabilitación.
        Juan Antonio fue llevado a la prisión de Valdenoceda (Burgos) y a otra de Las Palmas, en las Islas Canarias, hasta que a los cuatro años fue indultado.

Retrato de teniente del Ejército republicano Juan Antonio Gaya Nuño durante la Guerra Civil. Imagen de autor desconocido tomada del citado artículo de Martínez Laseca.
 Para más información sobre este proceso remitimos al lector a los artículos de José María Martínez Laseca: “Reivindicación de la memoria histórica del escritor soriano Juan Antonio Gaya Nuño, en el centenario de su nacimiento” (Revista de Soria nº 84, IIª época, primavera 2.014, páginas 95 y ss), y al de Josemi Lorenzo Arribas: “Juan Antonio Gaya Nuño, maestro sin discípulos, autor del primer manual de Historia del Arte español (1946)” que el autor ha colgado en internet.



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