sábado, 18 de abril de 2020

18/04/1937: Prisioneros de guerra explotados en Soria durante la Guerra Civil.


La situación de la provincia de Soria en la retaguardia del frente durante los primeros meses de la Guerra Civil motivó que aquí se asentaran algunos campos de concentración de hombres y mujeres, en algunos casos venían con sus hijos, formada por personas detenidas por su ideología o bien soldados vencidos y capturados en la batalla.

        Según el investigador Juan Antonio Gómez-Barrera en dos recomendables artículos indispensables para conocer este periodo y titulados “Campo de Concentración de prisioneros de Soria” (Heraldo-Diario de Soria 22/04/2019) y “Prisioneros, camas de paja y trabajos municipales” (HDS 06/05/2019), estas personas fueron retenidas en varias dependencias de la ciudad como la plaza de toros, el cuartel de Santa Clara, el hospitalillo del Salvador, la ermita de Santa Bárbara, la cárcel de la Audiencia, el Instituto, el fielato de la avenida de Valladolid, … , y con el visto bueno de las autoridades sublevadas, desde el 18 de abril de 1937 al 24 de febrero de 1940, estos prisioneros fueron empleados como mano de obra barata para la realización de varias obras públicas de carácter municipal como el camino que desde la carretera de Burgos va hacia Valonsadero, la terminación de la calle de Santa Clara, el Campo de Deportes de San Andrés, el camino de subida a Castillo y movimientos de tierras en el corral del Matadero.
        Gómez-Barrera analiza en su estudio la documentación que obra en el Archivo Municipal de Soria con la que demuestra que el Ayuntamiento capitalino, que sólo puso las herramientas y materiales, empleó a un total de 757 prisioneros, de los que se conoce nombre y apellidos, que trabajaron durante 119 semanas desarrollando un total de 11.347 jornadas o peonadas. A cambio se les adjudicó un salario de 1,50 pesetas diarias, lo que costaba su manutención al Estado, cuando el propio de los peones civiles que limpiaban los refugios o reparaban las calles de la ciudad era entonces de 5,50 ptas., lo que invita a pensar en una cantidad de 45.388 ptas. que se ahorró el Ayuntamiento de Soria o que ganó, a costa de aquellos infelices, el Nuevo Estado.
        Sobra decir que este fenómeno de la explotación de seres humanos durante un conflicto bélico ha sido, es y será algo generalizado, y que también ocurrió en el otro bando donde las condiciones fueron parecidas, y aunque la derrota no les permitiría desarrollar esta esclavitud a ese mismo nivel, todos estamos hechos de la misma pasta.

Prisioneros de guerra en el cuartel de Santa Clara delante de la actual Escuela Regional de Salud Pública. Imagen de autor desconocido de la colección de Carmelo Pérez Fernández de Velasco y recogida en su Crónica del siglo XX en Soria.


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