La situación de la provincia de Soria en la retaguardia del frente durante los primeros meses de la Guerra Civil motivó que aquí se asentaran algunos campos de concentración de hombres y mujeres, en algunos casos venían con sus hijos, formada por personas detenidas por su ideología o bien soldados vencidos y capturados en la batalla.
Según
el investigador Juan Antonio Gómez-Barrera en dos recomendables artículos indispensables para conocer este periodo y titulados “Campo de Concentración de
prisioneros de Soria” (Heraldo-Diario de Soria 22/04/2019) y “Prisioneros,
camas de paja y trabajos municipales” (HDS 06/05/2019), estas personas fueron
retenidas en varias dependencias de la ciudad como la plaza de toros, el
cuartel de Santa Clara, el hospitalillo del Salvador, la ermita de Santa
Bárbara, la cárcel de la Audiencia, el Instituto, el fielato de la avenida de
Valladolid, … , y con el visto bueno de las autoridades sublevadas, desde el 18
de abril de 1937 al 24 de febrero de 1940, estos prisioneros fueron empleados
como mano de obra barata para la realización de varias obras públicas de
carácter municipal como el camino que desde la carretera de Burgos va hacia
Valonsadero, la terminación de la calle de Santa Clara, el Campo de Deportes de
San Andrés, el camino de subida a Castillo y movimientos de tierras en el
corral del Matadero.
Gómez-Barrera
analiza en su estudio la documentación que obra en el Archivo Municipal de
Soria con la que demuestra que el Ayuntamiento capitalino, que sólo puso las
herramientas y materiales, empleó a un total de 757 prisioneros, de los que se
conoce nombre y apellidos, que trabajaron durante 119 semanas desarrollando un total de 11.347 jornadas o peonadas. A
cambio se les adjudicó un salario de 1,50 pesetas diarias, lo que costaba su
manutención al Estado, cuando el propio de los peones civiles que limpiaban los
refugios o reparaban las calles de la ciudad era entonces de 5,50 ptas., lo que
invita a pensar en una cantidad de 45.388 ptas. que se ahorró el Ayuntamiento
de Soria o que ganó, a costa de aquellos infelices, el Nuevo Estado.
Sobra
decir que este fenómeno de la explotación de seres humanos durante un conflicto
bélico ha sido, es y será algo generalizado, y que también ocurrió en el otro
bando donde las condiciones fueron parecidas, y aunque la derrota no les
permitiría desarrollar esta esclavitud a ese mismo nivel, todos estamos hechos
de la misma pasta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario