En enero de este año, sor María Colette, una religiosa
concepcionista belga del convento de Nivelles, padecía una enfermedad
incurable, una inflamación de la médula espinal, que la mantenía encamada en
estado muy grave al borde de la muerte por lo que, en esta jornada de 1867, sus
compañeras del convento comenzaron a rezar una novena rogando la intercesión
divina a través de la Venerable sor María de Jesús de Ágreda. El mismo día que
terminaba la novena, el día 7 de febrero, sor Colette, de 32 años de edad, sanó
milagrosamente de su enfermedad.
La hermana fue entrevistada por el médico que la atendía y por el
capellán del convento que fueron los primeros en dar a conocer que la curación
había sido de carácter milagroso. El eco del suceso se extendió y volvió a
reabrir el debate de la canonización de la monja. Y, sobre todo, cuando la
noticia se conoció en la villa de Ágreda. Su ayuntamiento elevó al papa Pío IX
una súplica para que reabriese el proceso y, unos meses más tarde, el
Postulador General de las Causas de Beatificación y Canonización de la Orden
Franciscana, el R. Fr. Bernardino de Grotte di Castro, acudió a Pío IX portando
una petición firmada por treinta y ocho obispos españoles y algunos extranjeros
solicitando al Vaticano el mismo ruego.
Imagen de la Venerable sor María de Jesús en la parte delantera de su convento agredeño. Fotografía: A. Arribas. |
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