jueves, 16 de enero de 2020

16/01/1270: El primer censo conocido y accesible es de Soria y cumple 750 años.


Tras la repoblación de Soria por parte de Alfonso I El Batallador en 1109, el territorio se organizó en forma de Comunidad de Villa y Tierra de forma que la villa de Soria, organizada internamente en 35 parroquias o colaciones, quedase como capital o centro administrativo de un gran territorio conocido como la Tierra de Soria y formado por los pueblos que hoy más o menos conforman la Mancomunidad de los 150 pueblos y que grosso modo, podemos decir que se corresponde con el sector central de la actual provincia.
En esa organización la célula principal era la parroquia entendida en un sentido demográfico mucho más amplio que el puramente religioso, pero a cuyo párroco debían los sorianos pagar el inexcusable impuesto religioso conocido como diezmo, generándose así el problema de que, mientras los clérigos de la villa se enriquecían por momentos, los clérigos de los pueblos prácticamente vivían en la indigencia pues sus parroquianos acudían a sus misas en la aldea pero pagaban sus diezmos en Soria. Ante esa situación los párrocos de los pueblos se organizaron casi sindicalmente y plantearon un pleito contra sus compañeros de la villa de Soria reclamando que en la villa pagasen los sorianos y en sus pueblos los aldeanos.

Tal día como hoy de 1270, el obispo oxomense don Agustín trató de dirimir el asunto y convocó las partes para que negociasen una solución. Y para saber exactamente de qué y de cuánto estamos hablando, el obispo pidió al rey castellano Alfonso X que mandase redactar un censo de Soria y su Tierra, que se ha convertido en el primer censo español accesible, apenas un librito escrito en pergamino con letra gótica y guardado en la Real Academia de Historia, pero que incluye una valiosísima información sobre los vecinos de la Tierra de Soria, sus nombres, sus oficios y sus lugares de residencia, algunos despoblados casi desde entonces.
El problema de los clérigos no se solucionó fácilmente, lo veremos, pero sirvió para que se elaborase ese documento que hoy se guarda en la Real Academia de la Historia en lo que no deja de ser un hurto, y de lo que también hablaremos un día. Ha sido estudiado en varias ocasiones por historiadores como Esther Jimeno, Enrique Díez o Máximo Diago, entre otros. Pero, ahora, llamamos la atención para que alguna institución pública dedique un escaso importe económico (menos de lo que cuesta una verbena o poco más que una comisión) y becar a algún investigador que lo analice, estudie y haga accesible al ciudadano toda la información que atesora.

Página 13 del Censo de Soria de 1270


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