miércoles, 22 de enero de 2020

22/01/1965: El Museo Numantino bajo la espada de Damocles.


A finales de 1964, el director de los museos Numantino y Celtibérico don Ricardo Apraiz y Buesa tuvo conocimiento extraoficial de ciertos rumores fundados que aseguraban que el Ayuntamiento de Soria había decidido trasladar ambos museos a otros emplazamientos como el palacio de los Condes de Gómara, oficialmente para que ambos estuvieran juntos y hubiera más espacio, algo que entonces y ahora sigue siendo prioridad, pero a nadie se le escondían las especulaciones urbanísticas que convertían el solar del Numantino en el mejor emplazamiento de la ciudad para construir, por ejemplo, viviendas de lujo.
En un régimen dictatorial, la oposición a un proyecto oficial que contaba con todos los parabienes del sistema era algo impensable, y de la mano de un funcionario de alto nivel implicaba jugarse su carrera. Pero Apraiz no pudo quedarse de brazos cruzados y, a primeros de este 1965, escribió a su amigo, el intelectual Juan Antonio Gaya Nuño, para que moviese sus contactos e influencias y se detuviera el proyecto.
Gaya, excombatiente republicano y represaliado duramente en su día, tenía buenos contactos y cierta amistad con el entonces ministro de Información y Turismo Sr. Manuel Fraga Iribarne, y consiguió también que la Asociación Española de Críticos de Arte publicase una nota en el ABC para mostrar su oposición al proyecto, una noticia que dio carácter público a la amenaza, ya que ni la prensa ni la radio local se hacían eco de este tema y no informaban del asunto. Además, cuando lo hicieron (Soria, Hogar y Pueblo 20/01/1965), fue para tomar una postura claramente a favor del traslado.
Un desesperado Apraiz habló con Gaya quien, de nuevo, volvió a trasladar el problema a Fraga que personalmente intervino redactando una carta, tal día como hoy de 1965, en la que le contestó que esa cuestión no es competencia directa de su ministerio, pero que realizaría las gestiones correspondientes para conseguir que “permanezca intacto ese famoso Museo Numantino, símbolo de la cultura y civilización de todo un pueblo…”, algo que leyendo entre líneas y traducido al lenguaje de la época significaba que no podía desautorizar a las autoridades sorianas, pero que el Museo no se tocaba. La prueba de su intercesión es que hoy el Museo Numantino ha cumplido cien años y goza de buena salud, urbanísticamente hablando, también.

Postal del paseo del Espolón a finales de la década de 1960. Col. particular.


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