Aunque los orígenes de este proyecto surgieron en el gobierno de
la dictadura, las primeras noticias sobre la nuclear de Lubia se conocieron a
partir de hoy. Un plan que al principio se vendió como una oportunidad de
desarrollo sin precedentes para la provincia de Soria y que no podíamos dejar
escapar.
El
periódico de tirada nacional ABC, de 13 de enero de 1976, informó que el nuevo
centro de investigación nuclear que pretendía construir la Junta de Energía
Nuclear (JEN) entre Soria y Almazán preveía invertir en una primera fase 573
millones de pesetas (unos tres millones y medio de euros) de los que 193 correspondían
a infraestructuras y 300 millones a instalaciones de laboratorios,
plantas-piloto y reactores, si bien en una segunda fase, que se estimaba a
partir de 1979, se invertirían 4.293 millones de pesetas, casi 25 millones de
euros.
Sobre su
ubicación en Soria informaba que se debía a la conveniencia de emplazarlo en
una zona poco desarrollada pues así contribuiría a su desarrollo ya que se
estimaba que la construcción daría trabajo de 500 a 1.000 personas y que a
pleno funcionamiento daría trabajo a 600 personas de carácter técnico y mucho
más personal auxiliar, lo que se incrementaría a partir de la segunda fase.
Además, estimaban que en el Colegio Universitario de Soria se impartirían
nuevos estudios universitarios y relacionados con la energía nuclear.
Como es bien conocido, aquel proyecto lo paró el pueblo soriano
que se opuso radicalmente a ese chantaje y, aunque otros proyectos recientes
nos han puesto en una situación no tan peligrosa pero con cierto parecido,
queremos hacernos una reflexión: hoy, en plena democracia, ¿sería posible un
movimiento ciudadano de oposición a un proyecto similar?
Recorte de prensa no referenciado, probablemente de Soria Semanal, de una manifestación antinuclear en 1977. |
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