El proyecto del ferrocarril de Soria-Torralba venía fraguándose
desde hacía muchos años. En 1872 el diputado soriano Basilio de la Orden ya
había iniciado los trámites ante el Gobierno presentado una proposición de ley
pero, como tantos asuntos que incumben a los sorianos, el proyecto avanzaba muy
despacio o, como en este caso, estaba totalmente detenido por falta de
financiación pública pero, más si cabe, por la falta de interés de los
gobernantes.
Ante esta situación el diputado conservador por Soria don Ramón
Benito Aceña decidió que, como ya estaba bien de tanta tomadura de pelo, tomárselo
como algo personal y volvió a presentar en el Congreso una proposición de Ley
del Ferrocarril de Torralba a Soria por Almazán. Al mismo tiempo, lejos de
limitarse a hacer la gestión como habían hecho tantos otros, don Ramón inició
sus propias negociaciones en los pasillos extracamerales y tanto dio la lata
que finalmente consiguió la palabra del presidente del Gobierno y de su
partido, Antonio Cánovas del Castillo, de que el proyecto contaría con una
subvención de 10 millones de pesetas (60.000 euros).
La propuesta de ley fue tratada en el Congreso de los Diputados el
19 de enero de 1885, una sesión en la que don Ramón transmitió una vez más a
sus señorías la gran desigualdad que sufrían los sorianos por no contar con
éste u otros proyectos imprescindibles para el desarrollo de la provincia, un
discurso que podría volver a emplearse hoy más de cien años después. El
proyecto de ley salió adelante con el beneplácito del Gobierno, lo que permitió
la aprobación de la Real Orden, de 30 de mayo de 1885, por la que se permitía
la concesión en pública subasta.
El proyecto del ferrocarril para Soria desde Torralba ya era una
realidad, al menos documentalmente, aunque el siguiente paso, la subasta, aún
tuvo que esperar dos años más, pero seguro que don Ramón durmió a pierna suelta
con la conciencia bien tranquila.
No hay comentarios:
Publicar un comentario