viernes, 30 de octubre de 2020

30/10/1850: Primeros paso para el acceso al agua corriente en Soria.

A mediados del siglo XIX el abastecimiento de agua de los vecinos de la ciudad se realizaba prácticamente igual que en la Edad Media: tomándola de algunos manantiales, de pozos que solían tener algunas casas particulares, del propio río o de algunas fuentes que llevaban agua canalizada a través de tuberías subterráneas, alguna desde la Verguilla. El suministro no era suficiente en cantidad ni en calidad y, si escaseaba, era obligatorio caminar más para buscarlo. Ni de lejos gastaría una familia numerosa en una semana los 132 litros de agua que se estima que de media empleó a diario cada español, en 2019.

La hidráulica básica que permitiría abrir un grifo se conocía desde tiempos de Arquímedes pero no existía la tecnología adecuada o era muy cara. Sin embargo las sociedades modernas cada vez eran más consciente de que disponer fácilmente de agua era más que una comodidad, era un factor de desarrollo fundamental, por lo que en este siglo prácticamente todas las poblaciones importantes comenzaron a idear planes y proyectos que permitieran ver ese sueño hecho realidad.

 Soria fue en este año cuando se fecha el primer proyecto conocido para un abastecimiento general de agua a la ciudad. El 20 de octubre el ingeniero Joaquín Núñez de Prado presentó en el Ayuntamiento un informe sobre el abastecimiento de aguas en el que recogía que la mejor solución era la de captar las aguas en el Duero, elevarlas hasta el cerro del Castillo y desde allí repartirlas por la ciudad mediante canalizaciones a varias fuentes repartidas por calles y plazas. De momento el agua corriente a domicilio no lo soñaban ni los más optimistas.

El Ayuntamiento asumió la idea con mucho interés, pero como tantas veces ha ocurrido, el enorme coste económico del proyecto lo hizo inasumible y decidió dedicar sus escasos recursos a parchear lo que había y hacer unas chapuzas que, a la larga, quizá costaron lo que el proyecto inicial. Finalmente y tras cincuenta años de dormir en un cajón, se comenzó a hacer posible a comienzos del siglo XX iniciándose el complicado proceso que ha hecho posible abrir el grifo y beber un vaso de agua. 

¿De verdad crees que el agua es cara?

Elevadora de aguas junto al Soto Playa. 
Dibujo de Aurelio Rioja de Pablo en Recuerdo de Sora IIª época nº 8 (1906).


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