viernes, 16 de octubre de 2020

16/10/1881: Importante jornada para la conservación del Patrimonio soriano.

El 16 de octubre de 1881 la Comisión Provincial de Monumentos elevó a la Dirección General de Instrucción por primera vez una propuesta de declaración de Monumento Nacional para tres monumentos de la provincia: el antiguo monasterio de San Juan de Duero, las ruinas de Numancia y el monasterio de Santa María de Huerta.

Esta solicitud fue ratificada por la Real Academia de la Historia y por la de Bellas Artes de San Fernando, y en un plazo de tiempo sorprendentemente rápido (la declaración de San Saturio sólo lleva pendiente de resolución treinta años), el 25 de agosto de 1882 fue aprobada esa triple propuesta mediante la correspondiente Real Orden.

Del primero ya hemos hablado ampliamente hace poco por lo que no nos detendremos más. Numancia llevaba veinte años descubierta y puesta en el mapa por Eduardo Saavedra quien en esos años trataba de que la Administración Central indemnizara a los labradores del Cerro de la Muela y dejaran de labrarlo pues a cada pasada de arado destrozaban un poco más el conjunto. Pero probablemente sería el monasterio de Huerta el que estuviera más necesitado de ese grado de conservación pues, desde la desamortización de 1835, había sido robado, saqueado y asaltado, y como ahora, sufría de cuando en cuando el efecto de las crecidas del Jalón.

Desde entonces y hasta hoy, el catálogo de Bienes protegidos de la Junta de Castilla y León en la provincia de Soria ofrece un total de 338 lugares o edificios calificados como Bien de Interés Cultural, una lista que nos gustaría se siquiera ampliando pues sobran elementos que merecen estar ahí, y que, a cambio de garantizar el acceso del púbico de cuando en cuando, ofrece unas ventajas fiscales y una protección que obliga a sus propietarios a conservarlos. Eso, al menos en teoría.

Portada principal de la iglesia monacal de Santa María de Huerta por Juan Cabré hacia 1916.


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