jueves, 29 de octubre de 2020

29/10/1812: Consecuencias de la Guerra de la Independencia.

Uno de los temas más seguidos y comentados por nuestros seguidores en esta sección es todo lo relacionado con la Guerra de la Independencia, y es que parece que todavía debemos tener una especie de sentimiento atávico marcado en nuestro inconsciente que nos ha marcado durante generaciones sobre este asunto, lo que hace que sigamos mostrando interés hacia ello.

Por activa y por pasiva, hemos referido las consecuencias de la francesada en muchos edificios, en el Castillo y en las murallas de la ciudad. Pero hemos de reconocer que poco, muy poco hemos referido el desarrollo de la Guerra y de sus consecuencias en otras poblaciones importantes, como Almazán, y salvo algún estudio de José Ángel Márquez conocíamos pocas investigaciones específicas. Hoy venimos a corregir es vacío gracias al estudio de uno de los seguidores de esta sección, el catedrático José Luis Gómez Urdáñez, quien junto con José María Espinosa de los Monteros escribieron el trabajo: “Almazán durante la guerra de la Independencia”, y lo pusieron a disposición de todos los usuarios en internet.

En ese trabajo, página 32, los autores recuerdan que la primera medida adoptada por el Ayuntamiento constitucional de Almazán fue la de elaborar un informe sobre los desastres causados durante la Guerra de la Independencia y que este, terminado el 29 de octubre de este 1812, recogía que Almazán había sufrido tres saqueos generales y otros particulares, cuatro incendios y toda clase de vejaciones a los vecinos; se habían “hecho cenizas” 177 casas, no había ganado, pues había sido sacrificado, mientras en numerosas ocasiones el pueblo había sido abandonado en masa. El pueblo, que había llegado a tener 600 vecinos, “de ellos parte opulentos, algunos más de bastantes conveniencias y muy poco en indigencia”, estaba en el momento en la desolación, “la mayor parte en estado de mendicidad”.

Ante esta dramática situación, unos meses después el general Durán, en ejercicio de su cargo de jefe político de la provincia de Soria, avaló las peticiones de los adnamantinos e informó favorablemente a sus superiores sobre la petición de exención de contribuciones y amortización de deudas, y además proponía que en la plaza de la villa “se erija un sencillo monumento que transmita a la posteridad la constancia, fidelidad y patriotismo de dicho pueblo”, y que se le concediera el título de Ciudad.

Vista de Almazán hacia 1916 por Juan Cabré.


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