Tal día como hoy y en Medina de Campo, se casaron la infanta María de Aragón con su primo el rey de Castilla, Juan II, y como ya era costumbre desde el siglo anterior, ella recibió en arras el título de Señora de Soria, un cargo honorífico que no debía tocarse pero que ella empleó como recurso para conseguir sus objetivos personales.
María no fue
precisamente el prototipo de abnegada esposa y reina consorte que se limitaba a
saludar y sonreír, fue una mujer de carácter fuerte, decidida a participar en
decisiones políticas, alentando las aspiraciones de sus hermanos, los infantes
de Aragón, enfrentados con su cuñado y a la vez primo el rey Juan II de
Castilla a quien llegaron a secuestrar cuando éste tenía 14 años. Lo raro es
que, con esa tensa relación que mantenían, a alguien se le ocurriese casarlo,
aunque esa es otra historia, y aunque la relación no fuese buena aquel
matrimonio logró concebir cuatro hijos, entre ellos el futuro Enrique IV.
Un de esas
libertades que se tomó la reina doña María y que causó gran malestar entre los
sorianos fue la de premiar a uno de sus protegidos, tomando y segregando aldeas
de la jurisdicción de la Tierra de Soria para entregárselas como pago a sus
servicios. Este caso fue, en 1440, cuando la reina eximió de la jurisdicción de
la Tierra de Soria el lugar de Hinojosa de la Sierra para recompensar al
aposentador real don Rodrigo de Vera, un soriano del linaje de los
Chancilleres, con motivo «de los muchos y leales servicios que nos avedes fecho
y facedes de cada día a el Rey mi Señor y a mi».
Los sorianos y sus
representantes se opusieron frontalmente a esta donación pues suponía romper la
Tierra de Soria y crear un peligroso precedente. Protestaron al rey, que montó
en cólera al enterarse de la decisión de su esposa, y aunque decidió deshacer
el entuerto alguien le hizo ver que la nobleza castellana no vería con buenos
ojos esa rectificación y que su apoyo era fundamental para los intereses del
monarca, por lo que acabó dando larga a los sorianos, a ver si se les pasaba el
enfado, y al final ratificando la donación al Vera.
Por esa razón
protestaron ante la reina y señora de Soria que comprendió las razones de los
sorianos y el 15 de febrero de 1444 deshizo esta segregación mediante carta
real dada en Tordesillas. Cuando el rey tuvo conocimiento de esta decisión de
la reina montó en cólera pero esperó y, a los pocos meses de la muerte de la
reina, el 24 de abril de 1445, la desautorizó y volvió a ratificar la donación
a don Rodrigo en esos momentos difíciles pues la siempre revoltosa nobleza
castellana estaba entonces especialmente alterada y el rey no quería manifestar
debilidad ni darles una excusa por lo que volvió a conceder Hinojosa a Vera.
Los sorianos se
sintieron traicionados por su rey -no sería la primera ni la última vez-, y formalmente
por escrito o derribando la horca jurisdiccional mandada construir por Rodrigo
de Vera, llegaron a enfrentarse a las tropas reales, pero Hinojosa siguió
siendo un señorío.
Retrato de María de Aragón. Fuente foto: lab.rtve.es |
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