Tal día como hoy de hace 67 años era Lunes de Bailas, último día de una fiestas de San Juan que poco de normales tuvieron.
Aquella
situación comenzó en marzo del año anterior cuando llegó a Soria como
gobernador civil un militar, el coronel de Infantería Luis López Pando, un
personaje que acostumbrado a dirigir cuarteles a su capricho, pretendió hacer
lo mismo con toda la provincia, algo que incluso en una dictadura no tuvo
fácil.
Una
de sus primeras actuaciones fue tratar de meter en vereda a los sorianos en
fiestas de San Juan y es que, antes de conocerlas y sólo con lo que le
contaron, el coronel llegó a la conclusión de que más que fiestas eran un
desmadre de libertinaje y desenfreno por lo que trató de liar a varios sectores
de la sociedad soriana para que le ayudasen a controlar la situación y
convertir las fiestas en una especie de romería con batallas de flores,
concursos de poesía y deporte. Lo cierto es que en las fiestas de ese 1952 ya
logró introducir algunas de sus innovaciones como carreras de cintas y gimkanas el Jueves la Saca en
Valonsadero, o un partido de fútbol el Sábado Agés
entre el Numancia y el equipo alemán Freiburger.
A los sorianos, en general, aquellas
intromisiones en el desarrollo de las fiestas les disgustaron pero ¡qué
remedio!, las acataron a la fuerza. Sin embargo, para celebrar las de 1953 el
coronel ya había tenido más tiempo de inmiscuirse en su desarrollo y había
dispuestos algunos elementos que pretendían acabar poco a poco con la
particular idiosincrasia de estos festejos y, para que nadie dudase de sus
intenciones, en las vísperas de aquellas fiestas de 1953 comenzó a demostrar su
firmeza imponiendo multas y sanciones a los disconformes que llegaron incluso
hasta a algún diputado provincial.
Ya
en la Compra se celebraron desfiles de carrozas y batallas de flores y, tras la
Saca, los caballistas fueron detenidos por querer desfilar por el Collado y
conducidos a una prisión que ya estaba tan atestada de sanjuaneros que hubo que
habilitar alguna pensión como calabozo. Los días siguientes hubo una calma
tensa y surgieron manifestaciones silenciosas espontáneas, pero el mayor
incidente se produjo el día 29 de junio, Lunes de Bailas, cuando los sorianos decidieron rebelarse y demostrar la firmeza con que
los Usos y Costumbres ordenan celebrar la fiesta, por encima de resoluciones
gubernamentales. Detrás del desfile de la subida de las Bailas iba un grupo de
sorianos de todas las clases y edades que ya no desfilaban sino que se
manifestaban rezando el rosario y murmurando. Llegaron hasta el gobierno civil
donde, con brevedad, la manifestación no autorizada fue disuelta sin contemplaciones a base de porra, patadas y
bofetadas, causando un gran número de detenidos y heridos, algunos con lesiones
crónicas más o menos graves, como las de alguno que nos ha contado de estos
detalles, que luce con orgullo en la espalda, y asegura que son las marcas de
lo que él dice fueron los porrazos de López Pando.
Lo
cierto es que pocos van quedando ya de aquella época, pero aún queda alguno que
haría bien en escribir sus recuerdos para que conste pues, no busque el lector
referencia alguna en la prensa de la época que no encontrará incidente alguno.
El gobernador civil Luis López Pando en un desfile del Domingo de Calderas hacia 1955. Foto de Salvador Vives Soriano, JCYL AHPSo 30518. |
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