domingo, 21 de junio de 2020

21/06/1822: Fiestas de San Juan, sí o no, pero sin interferencias.


Este año tenemos más claro que nunca que las fiestas de San Juan o se celebran bien o no se celebran, pues para andar a medias o no pudiendo cumplir lo que los usos y costumbres mandan, pues mejor nos quedamos en casa y no celebramos fiestas. Pues consolémonos que eso mismo pensaban nuestros antepasados de hace doscientos años y que estuvieron a punto de suspender las de 1822.

      En esos años la situación política, económica y social del país estaba un tanto delicada, y a las autoridades del reino no se les ocurrió otras cosas que para no hacer derroches, prohibir los refrescos, obsequios y agasajos que con fondos del Común, las Cofradías o Ayuntamientos acostumbraban a dar a sus cofrades o vecinos en las fiestas y solemnidades religiosas.
      El jefe político de la provincia, Bernardo de los Ríos, trasladó de inmediato el Decreto al Ayuntamiento de Soria y convocó en una reunión a los alcaldes de la ciudad (aquel año había dos) y a los de barrio, proponiendo reducir las fiestas de San Juan con sus correspondientes excesos, a una corrida de novillos y la caldera para los pobres el Domingo de Calderas. Los alcaldes de barrio, que ya estaban un poco hartos por los problemas que estaban teniendo esos años para correr los toros, se abstuvieron de opinar y le dijeron que le darían una contestación la cual  llegó el día 21 de junio cuando le trasladaron que no aceptaban esa reforma y que preferían no celebrar fiestas.
      Oficialmente nada más sabemos pero sería interesantísimo conocer los detalles de lo que en realidad pasó esos días, pues lo que ocurrió es que al final el Sr. de los Ríos cedió y las fiestas se celebraron sin incidentes.
Portada de la revista ilustrada Fiestas en Soria,
nº 4 junio de 1900, dibujo de José Alfonsetti, col. particular.
 





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