En esa época, el franquismo vivía su periodo de auge, pero no faltaban problemas como un primer intento frustrado de entrar en la Comunidad Europea o una huelga minera en Asturias que aquella primavera provocó algo más que quebraderos de cabeza. Pocos en comparación con el que se estaba planteando en Munich donde, tal día como hoy y con la firma de un duro manifiesto, se clausuró el IVº Congreso del Movimiento Europeo o “Contubernio de Munich”, como se refirió a él la prensa oficial del régimen, un encuentro de fuerzas políticas españolas que se oponían al régimen franquista y buscaban avanzar hacia la democracia. Entre los participantes había socialdemócratas, monárquicos, demócratas cristianos, republicanos, la Hermandad Obrera de Acción Católica, nacionalistas,… todos, menos los comunistas que rehusaron acudir, y con ellos también acudió el Partido Social de Acción Democrática (PSAD) representado por su fundador, el poeta burgense Dionisio Ridruejo Jiménez que había evolucionado desde el falangismo de su juventud a la democracia, y cuya participación en este encuentro causó las iras de Franco que, junto a otros asistentes, les obligó al exilio.
A partir de esos momentos, algunos
demócratas que aún tenían dudas, se convencieron definitivamente de que Dionisio
Ridruejo -que incluso había sido encarcelado por Franco a quien consideraba un
traidor al falangismo puro- había roto totalmente con su pasado y comenzó a
afianzarse como un líder político demócrata a tener en cuenta. Desde entonces
permaneció dos años en París y viajó con frecuencia a Estados Unidos donde dio
clases en varias universidades, llegando a convertirse en redactor de informes
políticos sobre el franquismo para la administración del presidente John F.
Kennedy.
La muerte le sorprendió con 63 años, unos meses antes que al dictador, truncándose así lo que podía haber sido una prometedora carrera política en democracia.
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| Retrato de Dionisio Ridruejo Jiménez por Nicolas Muller, imagen de la fototeca del Museo de Asturias, tomada de elcomercio.es |
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