Tras varios tratamientos inefectivos, los
sorianos tuvimos que rendirnos a la evidencia y reconocer que nuestro Árbol de
la Música había muerto víctima de la grafiosis. Aunque hubo algunas propuestas
de mantenerlo artificialmente, que enseguida se desecharon, prácticamente,
desde el principio, se pensó en sustituirlo por otro. A finales de enero de
1992 el viejo olmo fue retirado y transformado en llaveros o pisapapeles
encerrados en una cápsula de metacrilato. Pero sobró madera y con ella se
hicieron algunos muebles que disfrutan algunos privilegiados.
Su
sustituto fue colocado tal día como hoy, un roble joven de sesenta años
procedente del monte Valonsadero que, aunque al principio parece que arraigó,
no pudo resistir el trasplante y cinco años después fue retirado y sustituido
por el actual.
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Templete del Árbol de la Música tras ser retirado el viejo olmo. Fotografía de Ana Isla en Soria Semanal febrero 1992 |
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