En estos momentos de la dictadura franquista,
la figura de Antonio Machado seguía estando mal vista pues seguía siendo el
“rojo y masón” denostado por el régimen y cualquier acto de demostración de
afecto hacia el poeta era considerado comprometedor. Pero, poco a poco, las
cosas estaban cambiando y la genialidad de su poesía vencía hasta las
resistencias del régimen. Así, con motivo de la celebración del vigésimo aniversario
de su fallecimiento en Coillure y que se celebraría al año siguiente, algunos
profesores del claustro del Instituto de Segunda Enseñanza de Soria, en el que
el poeta dio clases, decidieron reunirse para ir organizando los actos
conmemorativos: una actitud valiente y arriesgada.
Esta
primera reunión se celebró en el Instituto el día 7 de febrero de 1958. Allí
surgieron algunas ideas como: la de intentar repatriar sus restos a España;
darle su nombre a una de las aulas del Instituto, en la que se colocaría una
vitrina con documentos internos relacionados con el profesor Antonio Machado; y
crear una cátedra, también con su nombre, que se inauguraría con la presencia
de Gerardo Diego, otro antiguo profesor del centro, poeta y libre de las
sospechas que marginaban al sevillano.
Contra
todo pronóstico y tras unas, suponemos, tensas negociaciones que se alargaron
varios meses con las autoridades de la Dirección General de Enseñanza Media, el
proyecto acabó siendo una realidad y cobró una dimensión impensable. Eso sí, la
idea del traslado de los restos, más que pendiente, parece que quedó olvidada.
Aula “Antonio Machado” en la que se dice que el poeta daba sus clases. Fotografía A. Arribas. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario