Con motivo de una reestructuración de las
fuerzas militares españolas, el rey Felipe V dispuso, mediante una Real
Ordenanza de 10 de febrero de 1718, la conversión del antiguo Regimiento
"OSUNA" en el Regimiento "NUMANCIA" número 1 de dragones
(una fuerza de caballería, pero que también era capaz de comportarse como
fuerza de infantería). Recibió ese nombre en recuerdo de la heroica resistencia
que dicha ciudad celtíbera mantuvo contra los romanos.
Su
escudo de armas actual es un campo de azur en el que se muestra un ave Fénix de
plata con las alas desplegadas, y renaciendo entre el fuego sobre un nido de
ramas de canela de oro y gules. Está orlado por una rama de palma de plata a la
diestra y una de roble también de plata a la izquierda, unidas por sus troncos
y liadas en punta por lazo de plata. Todo rodeado de los estandartes y banderas
tomadas al enemigo y el lema: "PRIUS FLAMMIS COMBUSTA QUAM ARMIS NUMANTIA
VICTA". (Numancia antes quemada por el fuego que vencida por las armas).
La
composición orgánica quedó estructurada en doce Compañías (Secciones) con tres
Oficiales y treinta y dos Dragones cada una, y al frente del regimiento se puso
al Coronel D. José Vallejo, a quien entonces se le encomendó su primera misión
en Sicilia, iniciándose así una historia militar con victorias, derrotas y
mucha, demasiada, sangre derramada en muchos países europeos, en la Guerra de
la Independencia, en las guerras carlistas, en la guerra de Cuba o en la Guerra
Civil española. Tras varios y diferentes emplazamientos, hoy tiene sus acuartelamientos
en Ronda y Valladolid.
Porta-estandarte del 7º de Dragones de Numancia en 1805. |
Imagen tomada de defensa.com
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