viernes, 29 de julio de 2016

31/07/1223 ~ La ayuda que permitió finalizar las obras del refectorio del monasterio de Santa María de Huerta

Don Rodrigo Jiménez de Rada era entonces, a sus 53 años de edad, arzobispo de Toledo, historiador, diplomático… Uno de los hombres más poderosos de Castilla que, desde esta importante posición económica y social, el 31 de julio de 1223 decidió donar al monasterio de Santa María de Huerta, en el que pedía ser enterrado, los lugares de Bliecos, Boñices, Alentisque y Taroda con sus palacios.

Con el dinero de esa donación los frailes pudieron culminar las obras de construcción del refectorio que en esta fase parece que fueron terminadas por un maestro cantero del norte de Francia o de la Borgoña, quizá también artífice de otras obras en el monasterio burgalés de Las Huelgas y en las catedrales de Cuenca y Sigüenza, y que probablemente construyó entonces la cocina anexa.

El refectorio de Huerta es una sala muy conocida pues ha sido empleada como estudio cinematográfico de varias producciones cinematográficas de carácter histórico y a su lado se encuentra la no menos meritoria cocina que nos hace viajar en el tiempo e imaginarnos los monjes medievales entre pucheros.

Si alguien no lo conoce una visita a Santa María de Huerta no es que sea recomendable, es que es obligatoria para cualquier persona que se precie de que le interesa el Arte y la Historia.


Refectorio del monasterio de Santa María de Huerta (Soria).

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